Hipotecas fijas con un interés inferior al 2% existen pero no son para todo el mundo, los requisitos cada vez son más elevados y entre ellos está, para empezar, tener ahorrado al menos un 20% del valor del inmueble ahorrado. Esto significa que si, por ejemplo, estás interesado en una vivienda valorada en 200,000 euros, deberías tener un ahorro de alrededor de 40,000 euros. Este requisito de capital propio se ha vuelto más común, especialmente en un contexto de tipos de interés en aumento y una mayor prudencia por parte de las entidades financieras.
Además, se suele exigir que los ingresos mensuales que sean de al menos 3,000 euros en total. Esta cifra no solo garantiza que el prestatario pueda hacer frente a las cuotas mensuales, sino que también proporciona una mayor seguridad a la entidad prestamista. Los bancos evalúan la capacidad de pago de los solicitantes mediante el análisis de sus ingresos, deudas y gastos mensuales, buscando un equilibrio que les permita conceder la hipoteca sin riesgos excesivos.
La combinación de estos requisitos —ahorro del 20% y unos ingresos de 3,000 euros— refleja una tendencia hacia una mayor rigurosidad en la concesión de hipotecas pese a la alegría que muestra el sector. Los bancos están adoptando una postura más conservadora para mitigar los riesgos de impago, especialmente en un contexto económico incierto. Esto también responde a las regulaciones más estrictas impuestas en los últimos años tras la crisis financiera, donde las prácticas de concesión de crédito se flexibilizaron en exceso.
A pesar de estos requisitos, el mercado de la vivienda sigue muy fuerte y sus precios acumulando máximos desde la burbuja inmobiliaria.