Tras el fuerte repunte de las bolsas la semana pasada, que permitió recuperar los niveles previos a las caídas de principios de mes, esta semana comienza con la atención puesta en la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) y la decisión que tome respecto a los tipos de interés. El miércoles se conocerá si optan por un recorte de 25 puntos básicos, como la mayoría de los analistas prevé, o si sorprenden con un ajuste de 50 puntos básicos. En cualquier caso, esta será, probablemente, la primera de varias bajadas que situarán los tipos oficiales en torno al 3,5% en Estados Unidos en los próximos meses.
En la Eurozona, el Banco Central Europeo (BCE) recortó otros 25 puntos básicos el jueves 12 de septiembre. Aunque no se anunciaron nuevos ajustes, nuestra expectativa es que los tipos caigan del actual 3,5% al 2,5% antes de junio de 2025, en línea con la mejora en la evolución de la inflación, que ha sido uno de los principales argumentos para anticipar esta medida. Esto llevará al Euríbor a continuar con una ligera tendencia bajista.
El impacto de la caída del precio de los combustibles también juega a favor de una reducción de la inflación. Durante septiembre, los precios del petróleo y sus derivados, como la gasolina y el diésel, han caído cerca de un 15% en los mercados internacionales. Este descenso influirá directamente en los datos de inflación de este mes, que se publicarán a principios de octubre.
Es muy probable que en las próximas reuniones de la FED (noviembre y diciembre) y del BCE (octubre y diciembre), sigamos viendo nuevos recortes de tipos. Este contexto es bastante positivo para la renta variable a corto y medio plazo.
A nivel global, la situación económica sigue marcada por la incertidumbre derivada de las tensiones geopolíticas y las posibles consecuencias de los elevados precios del petróleo, que podrían alterar las expectativas a futuro.