Los españoles tenemos poca cultura económica pero cuando vienen mal dadas nos ponemos las pilas para tomar buenas decisiones, muestra de ello es la poca morosidad que tiene la banca en un entorno en el que hemos sufrido una fuerte subida de tipos que afortunadamente ha llegado a su fin.
¿Y cómo han hecho las familias españolas para afrontar el encarecimiento de las hipotecas? De la manera más sensata, amortizando anticipadamente, las familias han aprovechado sus ahorros (gran parte de ellos producidos durante la pandemia) y las condiciones del mercado para reducir su endeudamiento, un proceso que curiosamente es más intenso en España que en la zona euro.
El informe sobre la situación financiera de los hogares y las empresas del primer semestre del año, publicado por el Banco de España, confirma esta tendencia. El análisis señala una cierta recuperación en el nuevo crédito para la compra de vivienda, pero destaca que, a pesar de ello, el saldo de deuda ha seguido disminuyendo debido a las “elevadas” amortizaciones.
“Las nuevas operaciones de crédito para adquisición de vivienda en España se han seguido recuperando en los primeros meses de 2024… Al mismo tiempo, los hogares españoles han continuado amortizando préstamos por importes relativamente elevados, en un contexto de altos tipos de interés, comportamiento que no se observa en el área del euro, donde el stock de hipotecas a tipo variable es menor que en nuestro país”, recoge el informe.
Como resultado de este doble movimiento, el saldo de hipotecas ha seguido contrayéndose en España, aunque a un ritmo menor que hace unos meses. En mayo, la contracción fue del 1,7% en comparación interanual, “mientras que en la Unión Económica y Monetaria (UEM) crece de forma muy moderada”, señala el Banco de España.
El proceso de desapalancamiento de los hogares españoles se ha prolongado más que en otros países, y gran parte de este proceso está vinculado a la vivienda. Según los datos del Banco de España, la ratio de endeudamiento se redujo hasta el 72% de la renta bruta disponible (RBD) en el primer trimestre de 2024, un nivel que no se veía desde finales de 2001 y que está 14 puntos porcentuales por debajo del promedio de la zona euro. El regulador reconoce que en ambas áreas, el desendeudamiento ha sido más intenso en los préstamos para adquisición de vivienda. En el caso de España, esto se debe en parte a las dificultades de acceso a la vivienda en propiedad para los hogares jóvenes en comparación con generaciones anteriores.
“La pérdida de peso de la deuda en poder de las familias jóvenes refleja también su menor propensión a endeudarse en comparación con las cohortes anteriores, y está en gran medida vinculada con el menor acceso de estos hogares a la vivienda en propiedad”, señala el estudio. Según sus datos, en 2022, un 40% de los hogares de menos de 45 años tenía un préstamo para la vivienda principal, frente a más del 50% a finales de la primera década de los 2000. En cambio, la proporción de hogares con deuda inmobiliaria en la franja de 45 a 54 años ha aumentado del 32% en 2011 al 42% en 2022.