Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), reafirmó esta semana en Bruselas que el objetivo de reducir la inflación al 2% está en camino. Ante los eurodiputados de la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios, Lagarde subrayó que los recientes datos económicos refuerzan la confianza en alcanzar esta meta “en el momento oportuno”. A pesar de ello, la presidenta del BCE dejó claro que no se comprometerá a una senda fija de tipos de interés, aunque seguirán siendo restrictivos hasta lograr el objetivo inflacionario.
En la reunión de septiembre, el Consejo de Gobierno del BCE decidió reducir los tipos de interés en 25 puntos básicos, dejando la tasa de depósito en el 3,5%. Esta decisión sigue la política del BCE de ajustar gradualmente las medidas monetarias en función de la evolución de los datos económicos.
Lagarde también insistió en la necesidad urgente de avanzar en la Unión de Mercados de Capitales para integrar los fragmentados mercados financieros de los Estados miembros de la UE. Según la presidenta, esta integración permitiría una mejor diversificación de riesgos y una absorción más eficaz de huellas financieros a nivel europeo. Además, remarcó que la falta de progreso en este aspecto podría poner en peligro la competitividad de la Unión Europea frente a potencias como Estados Unidos o China.
Por último, Lagarde destacó la importancia de completar la Unión Bancaria, un proyecto clave para fortalecer el sistema financiero de la UE. Para la presidenta del BCE, la culminación de este proyecto es urgente y esencial para garantizar la estabilidad financiera y una transmisión efectiva de la política monetaria en toda Europa.