El Banco Central Europeo (BCE) ha enviado un mensaje claro a los hipotecados: el regreso a los tipos de interés bajos previos a la pandemia no está en los planes del organismo. Aunque la inflación ha empezado a moderarse en varios países europeos, como España, Italia, Francia y Alemania, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha dejado claro en una carta al europarlamentario Stefano Cavedagna que no hay intención de comprometerse con una política monetaria que lleve los tipos de vuelta a esos niveles “súper bajos” de antaño.
El BCE comenzó a reducir los tipos en septiembre, situando la facilidad de depósito en el 3,5%. Aunque los datos de inflación, como el 1,5% en España o el 1,6% en Alemania, podrían favorecer una postura más flexible, Lagarde se muestra prudente y señala que el futuro de las decisiones sobre los tipos seguirá dependiendo de los datos económicos que se vayan publicando. Las proyecciones del BCE estiman que la inflación alcanzará el 2% hacia finales de 2025, lo que permitirá una política más relajada.
Mientras tanto, la caída del Euríbor por debajo del 3% en septiembre, la primera desde noviembre de 2022, supone un alivio para los hipotecados. Con esta reducción, muchos europeos verán cómo sus cuotas mensuales bajan unos 100 euros de media.
En el seno del BCE, el debate sobre si continuar con la política de recortes es intenso. Algunos miembros, conocidos como “halcones”, prefieren mantener una postura restrictiva para no dañar aún más la economía europea, ya debilitada. Por otro lado, los más partidarios de flexibilizar la política monetaria creen que ya se han hecho avances relevantes en la lucha contra la inflación, por lo que sería oportuno no endurecer más las condiciones.
El BCE, consciente de su responsabilidad en la estabilidad económica de la eurozona, busca una solución que garantice la credibilidad de la institución mientras navega entre los distintos intereses económicos de los países miembros.