La firma de un contrato de alquiler, que debería ser un proceso claro, a menudo se convierte en fuente de tensiones y malentendidos entre propietarios e inquilinos. En la prisa por asegurar una vivienda, especialmente con la actual escasez de oferta y el aumento de precios, muchos futuros inquilinos cometen errores que pueden evitarse fácilmente. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha identificado las trampas más frecuentes que deben evitarse para asegurar un acuerdo sólido y beneficioso para ambas partes.
No adelantar dinero sin verificar la vivienda
Uno de los principales consejos de la OCU es no adelantar ningún pago sin antes haber comprobado la vivienda en persona. Es muy común que, debido a la urgencia por alquilar, algunos inquilinos se precipiten y adelanten dinero sin haber visto el estado real del inmueble. Esta situación puede dar lugar a problemas graves, ya que la vivienda podría no cumplir con las expectativas o estar en peor estado del que se describió. Además, la OCU sugiere utilizar herramientas como la web del Catastro para verificar la existencia y características del inmueble, como su tamaño o ubicación exacta.
El contrato debe estar siempre por escrito
Aunque pueda parecer un detalle menor, formalizar un acuerdo verbal puede salir muy caro. La OCU subraya la importancia de contar con un contrato de arrendamiento por escrito que refleje todos los aspectos clave del acuerdo, desde la duración hasta el estado de la vivienda. En este sentido, es imprescindible que el inquilino conserve una copia original del contrato firmada en todas sus páginas. La OCU también alerta sobre una práctica engañosa que algunos propietarios emplean: ofrecer contratos de once meses, lo que puede causar problemas legales a la hora de renovar.
Realizar un inventario del estado de la vivienda
Otro consejo importante es documentar con fotos el estado en el que se encuentra la vivienda, así como realizar un inventario de los muebles y elementos presentes. Este paso puede evitar futuros conflictos, sobre todo si al final del contrato el propietario intenta cargar al inquilino el coste de reparaciones por desperfectos que ya existían antes de la mudanza. Este tipo de documentación es clave para proteger los derechos del inquilino y evitar disputas innecesarias.
Cuidado con los gastos adicionales
En relación a los costes, la OCU hace hincapié en que el propietario no puede incluir ciertos gastos, como el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles) o los gastos de comunidad, a menos que se pacte explícitamente en el contrato, y aún así debe especificarse la cuantía de dichos gastos en el año de la firma. Además, desde mayo de 2023, la Ley de Arrendamientos Urbanos prohíbe que se cobren los honorarios de la agencia inmobiliaria al inquilino, por lo que cualquier intento de hacerlo debería ser rechazado.
Depósitos y garantías: un límite claro
Un punto que a menudo genera confusión es el de las fianzas y garantías adicionales. Según la normativa vigente, la suma total que se entrega al casero no puede superar el equivalente a tres meses de renta: un mes de fianza legal y hasta dos meses de depósito en concepto de garantía adicional. Si un propietario exige más, está actuando de manera ilegal, y lo mejor es buscar otra opción.
Subidas anuales de renta limitadas
En cuanto a la actualización de la renta, la OCU recuerda que desde 2022 se ha impuesto un límite extraordinario en las subidas anuales del alquiler. Este tope es del 2% en 2023 y del 3% en 2024, un cambio que ha supuesto un alivio para muchos inquilinos. Si el propietario tiene menos de diez inmuebles, es posible acordar otros términos, pero, en la mayoría de los casos, es preferible acogerse al límite legal para evitar sorpresas desagradables.