El nubarrón al que se enfrentan ahora los hipotecados

por Carlos Lopez

El nubarrón al que se enfrentan ahora los hipotecados 4

Llevamos unas semanas de ensueño para los hipotecados con un Euríbor desplomándose hacia mínimos anuales. La principal razón de esta caída está en los buenos datos de inflación que da vía libre al BCE para bajar los tipos con fuerza.

Desgraciadamente en estos momentos tenemos un nubarrón que podría amargarnos la fiesta y se trata de los precios del petróleo, con el barril de Brent a punto de cruzar los 80 dólares. El crudo europeo sube un 1,29%, situándose en los 79,06 dólares, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) estadounidense no se queda atrás, con una subida del 1,61% hasta los 75,58 dólares. Esta reactivación se produce en un día con especial carga simbólica, justo en el primer aniversario de los atentados perpetrados por Hamás que dejaron más de 1.200 muertos y afectaron directamente la estabilidad de la región.

El impulso reciente de los precios se debe a una combinación de factores geopolíticos que han incrementado la preocupación sobre la oferta y seguridad en los principales puntos de producción y transporte del crudo. Hasta finales de septiembre, los precios del Brent se encontraban por debajo de los niveles actuales, a unos 72 dólares por barril, afectados por el bajo crecimiento económico y la sobreoferta en los mercados. Sin embargo, las tensiones en Oriente Medio han cambiado rápidamente este escenario, con una serie de incidentes que han puesto a los inversores en alerta.

La eliminación de Hassan Nasrallah, líder de Hezbolá, y la invasión israelí del sur del Líbano son apenas el comienzo de una cadena de eventos que ha aumentado la tensión en la región. A esto se suma el lanzamiento de misiles por parte de Irán el 1 de octubre, que marca una escalada significativa en la respuesta iraní ante los movimientos israelíes. La incertidumbre sobre las posibles represalias de Israel contra los intereses petroleros iraníes es el último ingrediente en este escenario de alta volatilidad, y los expertos en el mercado temen que un ataque israelí contra las refinerías y terminales exportadoras iraníes podría paralizar una parte significativa del suministro mundial de petróleo.

Estos movimientos geopolíticos tienen un efecto directo en el comportamiento de los mercados de futuros de petróleo, ya que cualquier posible interrupción en la producción o exportación desde Oriente Medio tiende a reducir la oferta disponible y empujar los precios al alza. Irán, uno de los principales productores de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), cuenta con importantes instalaciones de refinado y exportación de crudo en la región del Golfo Pérsico, desde donde se transporta buena parte de la producción global. La sola amenaza de una operación israelí contra estas instalaciones genera temores en los mercados de que podría restringirse el flujo de crudo desde esta región, lo que elevaría los precios aún más.

Los efectos sobre el West Texas Intermediate (WTI) también son evidentes, con subidas casi a la par del Brent. Esta correlación se explica en parte por la relación estrecha entre los dos índices y el hecho de que el precio del Brent influye directamente en el WTI, ya que ambos sirven como referencias globales del mercado energético.

Los analistas están observando de cerca las señales en el tablero internacional, ya que la región de Oriente Medio, tradicionalmente volátil, ha sido el epicentro de conflictos que han disparado los precios del petróleo en otras ocasiones. La situación actual recuerda a episodios pasados en los que las amenazas a la producción y transporte de petróleo en el estrecho de Ormuz -un punto clave para la exportación de crudo- desencadenaron importantes subidas en los precios. Las sanciones a Irán y la hostilidad creciente entre este país e Israel añaden una capa de complejidad al panorama, lo que deja a los mercados en vilo ante cualquier novedad.

Esta subida del petróleo podría tener además consecuencias en otras áreas de la economía global, elevando los costos de transporte, producción y, en última instancia, los precios al consumidor. Un Brent acercándose a los 80 dólares es una señal de advertencia para gobiernos y empresas, que pueden ver cómo sus costos operativos se incrementan si el precio sigue en esta línea ascendente.

Deja un comentario

Change privacy settings