La primera semana del nuevo trimestre ha iniciado con un movimiento preocupante en los mercados, ya que la escalada del conflicto en Oriente Próximo entre Israel, Gaza e Irán ha generado incertidumbre entre los inversores. Esta situación, similar a la de hace un año cuando se produjo la invasión de Gaza por Israel, ha comenzado a afectar los precios del petróleo y otros combustibles. La reacción ha sido rápida: el temor a un incremento en los precios de la energía debido a la tensión en la región está poniendo en riesgo los planes de flexibilización monetaria previstos por los principales bancos centrales.
El riesgo inflacionario preocupa especialmente debido al aumento en el precio del petróleo. Las tensiones geopolíticas suelen provocar una reacción en cadena en los mercados de materias primas, ya que los conflictos en zonas ricas en recursos energéticos como Oriente Próximo pueden llevar a restricciones en el suministro. En este caso, la intervención de Irán en el conflicto tras la invasión del Líbano por parte de Israel ha generado aún más presión. Este aumento de precios podría, a su vez, empujar a los bancos centrales a reconsiderar una posible relajación en las políticas de tipos de interés, situación que hasta hace pocos días parecía viable.
Aunque la incertidumbre sigue, los analistas sostienen que la cercanía de las elecciones presidenciales en Estados Unidos podría limitar la extensión de este conflicto. Estados Unidos tiene un interés estratégico en evitar una mayor escalada, ya que una crisis en Oriente Próximo podría afectar tanto los precios de la energía como la estabilidad económica mundial. Un reflejo de esta cautela se vio el pasado viernes, cuando, a pesar de la crisis, los mercados estadounidenses cerraron al alza gracias a los datos de empleo que mostraron una economía sólida, alejando por el momento los temores de recesión.
Los datos positivos en empleo de EE.UU., junto con la reciente reducción de tipos de la Reserva Federal (50 puntos básicos), han reforzado la confianza de los inversores. Sin embargo, el mercado sigue de cerca el precio del crudo, que, aunque comenzó esta semana a la baja, podría fluctuar en función de las noticias provenientes de Oriente Próximo. La estabilidad de este mercado será clave, especialmente en las bolsas europeas, que lograron una ligera recuperación tras las caídas de la semana pasada.
Esta semana, la atención de los inversores estará en el Índice de Precios al Consumo (IPC) de Estados Unidos, que se publica el jueves, y en el inicio de la temporada de resultados empresariales del tercer trimestre en ese país. Si los datos de inflación son favorables y los resultados empresariales cumplen las expectativas, es probable que veamos nuevos máximos en los índices bursátiles.
La prudencia seguirá siendo la clave para esta semana, ya que el comportamiento de los mercados dependerá tanto de la evolución del conflicto como de los datos económicos estadounidenses. Mientras Oriente Próximo mantenga su tensión y el crudo siga en una situación volátil, los inversores se mantendrán atentos y cautelosos, esperando que las turbulencias no pongan en peligro la recuperación económica global.
Respecto al Euribor los futuros muestran también esta preocupación y cotizan ligeramente al alza con lo que esta semana podríamos ver alguna subida.