Ayer se cumplió un año del ataque de Hamas y la escalada de hostilidades ha llevado a muchos a temer que las tensiones se conviertan en un conflicto a gran escala, lo que tendría implicaciones económicas no solo para Israel, sino también para otros países de Medio Oriente e incluso para todo el mundo si el precio del petroleo continúa al alza.
La situación en Gaza, que ya se encontraba en una crisis económica y humanitaria, ha empeorado significativamente, mientras que la ONU advirtió de un “declive económico rápido y alarmante” en Cisjordania. Por su parte, la economía libanesa podría contraerse hasta un 5% este año, según BMI, una firma de investigación de mercados, debido a los ataques fronterizos. Para Israel, las proyecciones de crecimiento, que antes del conflicto se esperaban en un 3.4% según el Fondo Monetario Internacional, ahora oscilan entre el 1% y el 1.9%.
La inflación está exacerbando la situación, impulsada por el aumento de salarios y los gastos gubernamentales que se disparan para financiar la guerra. La guerra ha llevado a un aumento considerable en el gasto público, con el Banco de Israel estimando que estos ascenderán a 250 mil millones de shekels (66 mil millones de dólares) para finales del próximo año. Esto equivale a alrededor del 12% del PIB de Israel.
El exgobernador del Banco de Israel, Karnit Flug, advirtió que si la reciente escalada bélica se transforman en un conflicto más largo y severo, esto tendrá un huella mucho más profundo en la actividad económica y el crecimiento. Esto es particularmente preocupante dado que el gasto en defensa se prevé que aumente, lo que podría resultar en recortes a inversiones en otros sectores críticos que podrían impulsar el crecimiento a largo plazo.
El Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de la Universidad de Tel Aviv ha señalado que, independientemente del resultado del conflicto, Israel podría experimentar daños económicos a largo plazo. Esto incluye una caída en el PIB per cápita, ya que la población del país crece más rápido que la economía, lo que afectará los niveles de vida de sus ciudadanos.
Además, el huella de la guerra no se limita a Israel. Los negocios locales han sufrido un golpe duro, con una estimación que señala que 60,000 empresas israelíes podrían cerrar este año, un aumento notable respecto a un promedio anual de 40,000. Avi Hasson, CEO de Startup Nation Central, ha indicado que la incertidumbre es “mala para la economía, mala para la inversión”. Esto ha llevado a algunas empresas tecnológicas a considerar la posibilidad de registrarse en el extranjero, buscando escapar de un entorno que sienten es cada vez más incierto.
A medida que la guerra continúa, la industria del turismo también ha visto una caída dramática, con un huella financiero que se estima en 18.7 mil millones de shekels (4.9 mil millones de dólares) en pérdidas desde el comienzo del conflicto. Los hoteles, como el boutique The Norman en Tel Aviv, han tenido que reducir precios y despedir personal ante la baja ocupación, que ha caído del 80% anterior a menos del 50%.
Dicen que la guerra es un negocio para unos pocos pero lo que esta claro es que ademas del drama humanitario, es una ruina para muchos.
2 comentarios
Cuando la cola mueve al perro…
dicen las malas lenguas que el primer ministro israeli alarga la guerra porque es la unica forma de mantenerse en el poder…
Algo asi le pasa tambien al Zelensqui en ucra n ia…
Y para muchos politicos europeos, el fin del conflicto seria el inevitable momento de hacer balance… y como saben que el balance les va a dejar sin sillón, alargan las cosas mas y mas….
Y ya hay mucho interés personal que nos tiene rellenes a todos y sobre todo a la economia, que la pobre se nos marchita…
Que tendrán que ver las churras con las merinas digo yo. Manolete si no sabes torear pa que te metes. Te recomiendo comentar temas de la revista vale o super pop donde te veo mas experto la verdad que en temas de política internacional. El que no sabe es como el que no ve. Un abrazo compañero