La onza de oro troy, considerada el activo refugio por excelencia en tiempos de incertidumbre económica, ha alcanzado este jueves un nuevo máximo histórico al subir un 0,86% y situarse en los 2.696 dólares. Este incremento se produce en un contexto marcado por las decisiones de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) y las crecientes tensiones geopolíticas en Oriente Medio.
El BCE ha decidido recortar nuevamente los tipos de interés en un cuarto de punto, dejando la tasa de referencia en un 3,25%, en un esfuerzo por estimular la economía. En paralelo, el mercado financiero anticipa que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos podría hacer lo propio antes de que termine el año, lo que impulsa aún más el valor del oro. En las últimas semanas, la creciente inestabilidad entre Israel, Líbano e Irán ha añadido presión al alza sobre el metal precioso, que acumula una revalorización del 30,5% en lo que va de año.
Esta semana, el oro ha sumado un aumento adicional del 1,4%, consolidando su posición como un refugio clave para los inversores en medio de la incertidumbre económica global. Este movimiento se enmarca en un ciclo de flexibilización monetaria iniciado por los principales bancos centrales del mundo. El BCE ya ha recortado los tipos tres veces en 2024, mientras que la Fed redujo los suyos en septiembre, con un recorte más agresivo de medio punto, dejando las tasas de referencia entre el 4,75% y el 5%.
El analista de mercados de IG, Sergio Ávila, ha señalado que “el contexto económico global, con señales de debilidad en las principales economías y la posibilidad de una relajación monetaria, ha hecho que el oro se consolide como una opción de refugio para los inversores”. Esta afirmación se apoya en la teoría clásica de la correlación inversa entre el oro y el dólar: cuando bajan los tipos de interés, el precio del dinero disminuye, lo que hace que se necesiten más dólares para comprar oro, incrementando su valor.
Además de las decisiones monetarias, la demanda de los bancos centrales ha sido un factor clave en la escalada del precio del oro. Según un informe de Bank of America publicado en junio, la entidad proyecta que la onza de oro podría llegar hasta los 3.000 dólares en un plazo de entre 12 y 18 meses debido a la combinación de recortes de tipos y la compra masiva por parte de los bancos centrales.
El incremento del precio del oro también está vinculado al conflicto entre Israel y Palestina. Desde el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, el oro ha subido un 47%, impulsado por la demanda de activos refugio. En diciembre de ese año, el metal alcanzó los 2.100 dólares y no ha dejado de aumentar. Para mayo de 2024, el oro ya estaba en 2.450 dólares, impulsado por la expectativa de nuevas rebajas en los tipos de interés.
Históricamente, el oro ha reaccionado ante situaciones de crisis. En marzo de 2022, alcanzó los 2.075 dólares tras la invasión rusa de Ucrania, y en agosto de 2020, durante el estallido de la pandemia de COVID-19, también rondó cifras similares. Esto refuerza la idea de que el oro es un activo preferido en tiempos de incertidumbre geopolítica y económica, algo que, a la vista de los eventos recientes, podría seguir impulsando su precio hacia nuevos máximos.
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