Rusia sube tipos un récord del 21%

por Carlos Lopez

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El Banco Central de Rusia ha dado un paso drástico para combatir la creciente inflación al elevar los tipos de interés en 200 puntos básicos, colocándolos en un récord del 21%, el nivel más alto desde que se estableció la referencia en 2013. La decisión, anunciada este viernes, responde a un contexto económico cada vez más desafiante, en el cual la inflación ha superado significativamente las previsiones oficiales, y plantea un duro reto para el poder adquisitivo de los rusos y para las perspectivas de crecimiento económico del país.

Esta tercera subida consecutiva en los tipos de interés ha sorprendido a los mercados, donde se anticipaba un aumento más moderado de 100 puntos básicos. La nueva medida refleja un incremento acumulado de 500 puntos básicos desde julio, cuando el tipo de referencia se ubicaba en 16%. La institución presidida por Elvira Nabiullina ha dejado claro que esta medida no será necesariamente la última de este ciclo de ajuste: ya se vislumbra la posibilidad de otro aumento en diciembre si los indicadores de inflación no muestran una mejora contundente.

Inflación y Presiones Económicas

Rusia enfrenta una aceleración preocupante de los precios. En septiembre, la inflación se disparó al 9,8% interanual, frente al 7,5% registrado en agosto, mientras que la inflación subyacente (que excluye los precios más volátiles) ascendió al 9,1%. Esta tendencia ha llevado al Banco de Rusia a ajustar sus expectativas de inflación para este año, anticipando que los precios cerrarían 2024 con un incremento anual en el rango del 8% al 8,5%.

La presión inflacionaria actual se deriva principalmente de una demanda interna en expansión que supera la capacidad productiva del país. Esto se combina con limitaciones en el suministro de bienes y servicios, impulsadas en parte por las restricciones internacionales y una disminución en la disponibilidad de capacidad de producción y mano de obra, aspectos que limitan el potencial de crecimiento equilibrado del país.

Una Economía con Alta Demanda y Falta de Mano de Obra

El banco central advierte que la economía rusa continúa creciendo, aunque a un ritmo más lento que en la primera mitad del año. La desaceleración se atribuye a varios factores, entre ellos una oferta insuficiente para cubrir la demanda creciente, lo que impacta directamente en la inflación. A esto se suma un mercado laboral en ajuste constante, con una tasa de desempleo históricamente baja y una escasez significativa de mano de obra en varias industrias clave. Esta falta de trabajadores ha provocado un aumento de salarios que, sin embargo, supera el crecimiento de la productividad, lo que a su vez añade presión a los precios.

El aumento de la demanda se ha visto impulsado por el crecimiento de los préstamos, el alza en los ingresos de hogares y empresas, y un gasto fiscal más elevado. No obstante, el Banco de Rusia ha advertido que esta expansión del consumo interno mantiene a la economía lejos de un crecimiento equilibrado, con un exceso de demanda que fomenta la escalada de los precios.

Perspectivas Futuras

De acuerdo con las previsiones del Banco de Rusia, los actuales niveles de inflación irán moderándose gradualmente en los próximos años. Para 2025, se espera que la inflación anual disminuya al rango del 4,5% al 5%, con la meta de alcanzar un nivel estable del 4% en 2026. Sin embargo, los factores que condicionan esta previsión, desde las limitaciones en la oferta hasta el aumento de los salarios, podrían dificultar el cumplimiento de estas metas, especialmente si la situación internacional o la demanda interna continúan ejerciendo presión.

Esta política monetaria restrictiva plantea una tensión entre estabilizar los precios y permitir que la economía crezca. El desafío para el Banco de Rusia será equilibrar la urgencia de reducir la inflación con el huella que estas subidas de tipos tienen sobre el acceso al crédito y el crecimiento económico.

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