por Carlos Lopez

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El Euríbor, el índice al que se referencian la mayoría de las hipotecas variables en España, ha agudizado su caída en estos últimos meses, transformando el panorama hipotecario en cuestión de pocos meses. Tras haber alcanzado máximos históricos hace un año, con incrementos de hasta 200 euros en las cuotas mensuales de muchas familias, la caída reciente del Euríbor ha despertado el interés por explorar cambios en las condiciones de las hipotecas, especialmente la transición de hipotecas variables a hipotecas fijas.

Simone Colombrelli, director de hipotecas de iAhorro, señala que el mercado hipotecario ha cambiado significativamente desde el verano. Según Colombrelli, una hipoteca a tipo fijo firmada hace un año a un interés del 3,5% podría renegociarse hoy con una bajada de hasta un punto porcentual, lo que se traduciría en un ahorro de aproximadamente 150 euros mensuales. Este tipo de ahorro es un alivio sustancial para muchas familias, especialmente después del fuerte impacto financiero causado por el encarecimiento de las hipotecas variables en el último año.

Uno de los principales atractivos de este momento es la posibilidad de cambiar de una hipoteca variable a una fija sin comisiones, un beneficio que surgió de un acuerdo entre el gobierno y los bancos. Este acuerdo, según ha avanzado el Ministerio de Economía, se mantendrá al menos hasta 2025, y los gastos asociados a este cambio se limitan a la tasación del inmueble. Esto significa que los propietarios que busquen mayor estabilidad en sus pagos hipotecarios podrían considerar esta opción como una oportunidad financiera viable.

Pero, ¿cómo saber si realmente merece la pena realizar el cambio? Patricia Suárez, presidenta de ASUFIN (Asociación de Usuarios Financieros), detalla algunos criterios que pueden ayudar a los titulares de hipotecas a decidir. Según Suárez, una hipoteca variable debe considerarse “cara” si su diferencial supera el Euríbor + 1%, mientras que para las hipotecas fijas, el umbral razonable se sitúa entre el 2,5% y el 2,8%. En otras palabras, si una hipoteca variable tiene un diferencial superior al Euríbor + 1%, podría ser más ventajoso plantearse un cambio a tipo fijo, especialmente si se pueden conseguir tasas más bajas y previsibles.

El interés por cambiar de hipoteca también dependerá de factores como la cantidad de deuda viva que quede por pagar. Las personas con saldos importantes pendientes pueden beneficiarse más del cambio, ya que el ahorro sería más relevante a largo plazo. Para determinar si es el momento adecuado, los expertos recomiendan consultar comparadores online o acudir a un asesor hipotecario que pueda evaluar las condiciones del préstamo actual y ofrecer opciones basadas en el perfil financiero del cliente.

El mercado, efectivamente, ha cambiado, y lo que hace un año parecía una opción inviable o poco rentable, hoy se presenta como una oportunidad para muchas familias. Los tipos fijos, que durante mucho tiempo fueron casi prohibitivos, ahora son más accesibles. Sin embargo, es importante estudiar bien las condiciones, ya que la decisión depende de muchos factores personales y del comportamiento futuro de los tipos de interés.

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