Esa gráfica que tenéis ahí arriba es la de la cotización del Rublo con respecto al Euro, en los dos últimos años ha bajado casi un 50% y ha alcanzado su valor más bajo desde que comenzó la invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022. Este nuevo golpe a la moneda rusa se produce en un contexto de sanciones internacionales, una economía cada vez más aislada y dificultades crecientes para gestionar pagos internacionales.
El desplome se ha agudizado estos dos últimos mesesy se espera que la moneda se debilite aún más con la llegada de la temporada de invierno, cuando las empresas aumentan las importaciones para satisfacer la demanda de consumo.
El último golpe vino del anuncio del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que el pasado 21 de noviembre sancionó a decenas de bancos rusos, incluidos algunos que hasta ahora habían sido excluidos para facilitar transacciones relacionadas con la compra de gas por parte de Europa. Entre ellos destaca Gazprombank, un actor clave para los pagos de gas ruso. Según el Financial Times, estas restricciones podrían reducir aún más los ingresos por exportación de gas, un sector ya afectado por la caída en la demanda europea y las sanciones.
Este bloqueo financiero complica las transacciones internacionales de las empresas rusas y amenaza con agravar aún más el déficit en la balanza comercial del país. Además, los principales compradores de gas y petróleo ruso tendrán que buscar mecanismos alternativos de pago, un proceso que podría ralentizar aún más las exportaciones.
A pesar de la caída del rublo, algunos analistas ven posibles beneficios para las exportaciones rusas, ya que una moneda débil puede hacer que los bienes sean más competitivos en el extranjero. Sin embargo, los costes internos de esta depreciación son importantes.
Lla mala condición del rublo debilita el poder adquisitivo del país, una realidad palpable en la inflación que alcanzó el 8.5% en octubre, más del doble del objetivo fijado por el Banco Central de Rusia (BCR).
En respuesta, el BCR ha implementado medidas agresivas, como elevar los tipos de interés al 21% en octubre, un nivel incluso mayor al de la emergencia inicial al comienzo de la guerra. Sin embargo, estos tipos han tenido un impacto limitado en la estabilización del rublo y en la atracción de inversiones.
La economía rusa también enfrenta presiones internas relacionadas con el gasto militar elevado y la escasez de mano de obra, derivados de la prolongación del conflicto en Ucrania. Estas tensiones han llevado a los analistas a prever un posible nuevo aumento de las tasas de interés en diciembre, mientras el gobierno busca controlar la inflación y evitar una crisis económica más profunda.
Entretanto, gigantes estatales como Gazprom, que antes de la guerra lideraban el mercado ruso, sufren pérdidas históricas debido a la reducción de sus ventas internacionales. Este declive pone de manifiesto la creciente dependencia de Rusia de su mercado interno, que, en medio de un panorama de alta inflación y sanciones, se encuentra bajo una presión constante.
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No se publica nada . Todo censura
El rublo se porta así desde siempre, no es algo nuevo... Ahora tienen muchos gastos en petardos, antes los oligarcas sacaban la riqueza del pais
Lo del cen sor se va de las manos
Hay días que los comentarios se quedan en p d t e de re vi sar