La caída del Euríbor: impulso al consumo y respiro financiero

El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, destacó recientemente que la reducción del Euríbor a 12 meses supone “un elemento de alivio para el bolsillo de los ciudadanos”, lo que representa una mejora significativa en la situación financiera de muchos hogares españoles y un impulso al consumo privado. Este descenso llega en un momento clave, en el que las familias con hipotecas variables habían estado afrontando cuotas crecientes debido a los sucesivos incrementos de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE).

El Euríbor, que cierra noviembre en torno al 2,51%, alcanza su nivel más bajo desde septiembre de 2022. Este indicador, fundamental para calcular las cuotas hipotecarias variables, permitirá a los hipotecados beneficiarse de rebajas importantes en sus pagos mensuales. Por ejemplo, según cálculos de Europa Press, una hipoteca variable de 150.000 euros a 30 años, con un diferencial del 0,99% más Euríbor, experimentará una reducción de 132,93 euros al mes, lo que se traduce en un ahorro anual de 1.595,16 euros.

Cuerpo resaltó que España tiene un porcentaje de hipotecas variables superior al de otros países de la eurozona, lo que amplifica el impacto de esta bajada en el consumo y la economía familiar. Este fenómeno, explicó el ministro durante un acto en el Museo Reina Sofía, responde a la estabilización de la inflación cerca del objetivo del 2% marcado por el BCE, lo que ha permitido al organismo flexibilizar su política monetaria.

“Esta señal positiva permite mirar hacia adelante con optimismo”, afirmó el titular de Economía, subrayando que el descenso del Euríbor no solo alivia a los hogares, sino que también tiene un efecto multiplicador en el consumo privado, un pilar clave para el crecimiento económico.

Sin embargo, el escenario macroeconómico no está exento de desafíos. La inflación en la eurozona ha vuelto a repuntar, situándose en un 2,3% interanual en noviembre, tres décimas por encima del mes anterior, según datos preliminares de Eurostat. Este es el segundo incremento consecutivo y refleja las presiones que aún persisten en los precios, especialmente en sectores como la energía y los alimentos.

A pesar de estas cifras, las expectativas de los ciudadanos sobre la inflación futura se mantienen relativamente optimistas, según la última encuesta del BCE. Aunque hubo un leve repunte en octubre, estas expectativas se sitúan en niveles mínimos desde 2021, lo que indica una confianza moderada en la capacidad del BCE para contener la inflación a mediano plazo.

Este contexto mixto plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del alivio financiero actual para las familias españolas y la dirección que tomarán los mercados en los próximos meses.