La semana laboral de cuatro días es una idea que se está planteando en muchos países para mejorar la conciliación laboral, aunque en el caso de Tokio, esa conciliación tiene un claro interes, mejorar la tasa de natalidad. La medida busca aliviar la carga que enfrentan las familias, especialmente las mujeres, al equilibrar el trabajo y la crianza de los hijos.
La iniciativa ofrecerá un fin de semana de tres días a más de 160,000 empleados del Gobierno Metropolitano de Tokio, convirtiéndose en una de las reformas laborales más importantes en una de las mayores instituciones públicas del país. Además, los padres con hijos en los primeros tres años de educación primaria podrán reducir su jornada laboral diaria hasta en dos horas, con una disminución proporcional en su salario.
Japón (al igual que España) enfrenta una de las tasas de natalidad más bajas del mundo. En 2023, el país registró apenas 758,631 nacimientos, la cifra más baja de su historia y el octavo año consecutivo de descenso. Con una tasa de fertilidad de 1.2, muy por debajo del nivel de reemplazo poblacional de 2.1, el país está viendo cómo su población envejece rápidamente, lo que genera presiones económicas y sociales.
El entonces primer ministro, Fumio Kishida, calificó esta situación como “la mayor crisis que enfrenta Japón”. Entre las principales causas del descenso de la natalidad están el retraso en los matrimonios, la alta desigualdad salarial de género, los costos elevados de vida y el acceso limitado a servicios de cuidado infantil, según el Fondo Monetario Internacional.
Tokio ya había anunciado este año otras iniciativas innovadoras para fomentar los matrimonios y aumentar los nacimientos, como el lanzamiento de una aplicación de citas que requiere verificar ingresos y deseos de casarse.Además, Japón ha invertido miles de millones de yenes en mejorar el acceso a servicios de guardería y programas como la congelación de óvulos.
Otros países asiáticos enfrentan desafíos similares y están explorando enfoques creativos. En Corea del Sur, el gobierno invierte en la lucha contra la soledad, ofrece incentivos para revertir vasectomías y otorga subsidios a nuevos padres. Estas medidas buscan hacer frente a la disminución en las tasas de matrimonio y fertilidad que afectan la región.
Si bien las políticas representan un cambio importante, queda por ver si serán suficientes para revertir las tendencias demográficas. La combinación de trabajo flexible y apoyo a las familias podría ser el primer paso hacia un modelo que inspire a otras ciudades y países a seguir el ejemplo de Tokio.
11 comentarios
Japón tiene un problema y es la cultura empresarial y del trabajo.
Por mucho que te concedan una baja de paternidad, está muy mal visto acogerse a ella.
Por mucho que tu hora de salida sea X, si tu jefe no se va, tú no te vas.
Y etc.
Así que muchas medidas de conciliación familiar se quedan en nada…
Al menos para los hombres.
En Asia, no lo sé. Pero en España no creo que se trate de dar incentivos. Es un cambio de mentalidad. La juventud no hace planes más allá de un par de años, cuando ser padre te implica de por vida. Y en su escala de valores no compensan los pros de tener hijos (básicamente de la satisfacción de criar un niño) con los contras (sacrificios económicos y de tiempo, etc). El ser padre/madre ya no es prioritario frente a otros objetivos de la vida. En mi caso, la paternidad me compensa y a mi pareja. Pero entiendo que otros piensen que estamos locos. Hay casos de parejas más jóvenes que nosotros que han querido tener hijos y no han podido (motivos económicos, motivos de salud, motivos de no encontrar parejas). Pero a la generación que llega ahora a la edad de procrear, simplemente no entra en su planteamiento tener hijos sean las condiciones que sean. Dudo que mis hijos nos hagan abuelos.
Entendedme que no estoy criticando a las nuevas generaciones. Entiendo que piensen así.
Frente a esto no se puede luchar. Toca un cambio de mentalidad y entender que muchas cosas dejarán de funcionar como hasta ahora.
No creo que las nuevas generaciones sean diferentes a las anteriores en lo esencial. Todos queremos lo mismo, tener un proyecto vital aunque los estímulos y prioridades sobre todo materiales hayan cambiado. No creo que no se planteen tener hijos sino que la situación que viven sencillamente hace que sea una quimera para muchos por muchos motivos. Acceso a opciones de habitabilidad casi imposibles y no hablo de comprar un piso, sino simplemente que se puedan pagar una habitación en un piso compartido. La especulación en vivienda con el auge de los pisos turísticos está haciendo que toda una generación no pueda salir de la casa de sus padres. Unido a salarios que no permiten una mínima tasa de ahorro crean la tormenta perfecta. ¿Cómo tener hijos sin posibilidad de formar una pareja y en un hogar donde criarlos? Para cuando su situación puede ser algo más desahogada muchos están entrando en los 40…
Urgen políticas que de verdad se tomen enserio derechos constitucionales como la vivienda y trabajos dignos.
Es que los países emergentes lo son porque procrean más… no son machos pero son muchos….. y este empuje contrasta con los problemas de los “emergidos”… que dejan de emerger porque se ve que cuando estás a flote, tienes más tiempo para p.jas mentales …. en cambio los que están emergiendo son menos propensos a gastar pólvora en salvas… aún estan elo básico… que en catalán se dice mam, nyam, caca y nona….
Porque los japoneses y chinos serán tímidos pero tienen más “ocio de valor añadido” que nadie…. no sé si se me interpreta…
También es verdad que en Tailandia los japoneses son el “triple three”…. “3 inches, 3 minutes, 3 thousand”…
Primero liberamos a la mujer de su heteropatriarcal rol tradicional de cuidadora de la familia y se incorpora al mundo laboral.
Después tensamos ese mundo laboral con feroz competencia y lucha atroz por cuota de mercado, haciéndolo cada vez más exigente y agotador.
Lo aderezamos todo con Netflix y derivados que nos meten un mundo idílico e irreal por los ojos que demanda todo nuestros recursos presentes y futuros.
Y ahora nos llevamos las manos a la cabeza porque Occidente se va a la mier da con tanta gilipo l lez y a nadie le apetece ya tener hijos.
Y como díría Juanito, muchos dirán que así se puede.
Para los jóvenes de aquí, tener una familia con hijos es una carga que no están dispuestos a llevar.
Tener hijos es costoso, tanto a nivel económico como de tiempo dedicado. Y hoy en día la mayoría no están dispuestos a ese sacrificio porque la cultura es la del yo, yo primero y luego yo.
Unos pueden y los que no tiran de créditos, total, viven en casas de sus padres. Quedarme sin mis viajes para las fotos del Instagram? No salir con mis amigos? No estrenar iPhone cada año? Renunciar a esa ropa o las zapas de moda?
Es un problema de cultura.
Es un problema de cultura? Podría decirse así, pero es la cultura Occidental. La que se nos ha impuesto como única arrinconando cualquier otra posiblidad.
Cualquier visita a un museo clásico pone de relevancia una cosa: lo que era cultura antes y lo que es cultura ahora. Y ambas se parecen como un huevo a una castaña.
Simlemente estamos recogiendo lo que hemos sembrado, no hay más.
La cultura cambia, y lo que hace 40 años era normal, como la familia tradicional, hoy en día es algo aburrido para unos u aberrante para otros.
Nos hemos convertido en una sociedad egoísta, que solo mira por su interés. Escuchas a los jóvenes echar la culpa de todo a los “langostas” por sus pisos y pensiones. Mientras que lo que esperan de la vida es un trabajo cerca de casa de sus padres por 60.000€ al año de lo que han estudiado y que le han pagado esos langostas de los que despotrican.
Llámalo cultura o nuevas formas de ver la vida de las nuevas generaciones.
Mi padre tenía un buen trabajo; pero no era para nada un puesto “ejecutivo”.
A pesar de eso no solo tuvo 4 hijos, si no que hasta “prosperó”, aunque también tuvo tiempos difíciles en las que estuvo pluri empleado…
Yo no he llegado al nivel de mi padre, pero mi pareja trabajaba, así que, durante un tiempo, nos fue bien. La crisis que empezó en el 2008 (y que para mi aún no terminó) nos dejó muy tocados y ya sé desde hace tiempo que jamás alcanzaré el nivel de prosperidad de mi padre.
Pero me puedo dar con un canto en los dientes. Hay gente con trabajos precarios, peor pagados, con peores horarios y peores condiciones en general.
En esas familias, tener un hijo es casi imposible, y si no cuentas con una red familiar de apoyo, pues…
Y, aún así, como decía una amiga, al final al hijo lo crían los abuelos, no los padres…
Reconozco el cambio de mentalidad en la juventud; pero también hay que reconocer que las cosas no están fáciles, hoy en día, para empezar una familia…
Menos aún, numerosa…
No conozco la realidad de estos isleños sumisos de los estados undidos. Sé de cosas como que los ancianos roban para que les metan en la carcel para poder vivir decentemente.
Aquí me dicen muchos que no les da para tener niños, una vez más, queremos que el burro trabaje sin comer.
Antes era más barata la crianza y ahora son demasiado caros, pero si no puedes ni llegar a fin de mes solo, menos traer niños para tener mala vida. Antes no podías abortar, ahora afortunadamente puedes decir que hacer ante la perspectiva de traer un ser al que vas a querer y verle sufrir a esta mierder de sociedad, de mundo de egoístas y señoritos.