El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, advirtió este lunes que la evolución de la política monetaria en la eurozona sigue siendo incierta, aunque afirmó que la trayectoria hacia una moderación de las políticas de tipos de interés está clara si se cumplen las proyecciones de inflación. “Nadie sabe cuál va a ser el final, pero la trayectoria del viaje está relativamente clara si se cumplen las proyecciones”, aseguró durante un acto organizado por Madrid Foro Empresarial.
Un crecimiento débil y un consumo estancado
Guindos destacó que las previsiones del BCE apuntan a un crecimiento económico modesto en la eurozona, inferior al 1% en 2024, con una recuperación esperada para 2025. Sin embargo, advirtió que esta mejora económica podría verse limitada por un consumo y una inversión que han mostrado una evolución “muy estabilizada”.
A pesar de que el aumento de la renta disponible debería haber impulsado el consumo, los europeos parecen mantener una actitud conservadora debido a incertidumbres económicas y riesgos geopolíticos. Esto ha frenado la esperada reactivación de la actividad económica, sumándose a otros factores como la debilidad de la inversión empresarial.
Inflación bajo vigilancia
En el ámbito de la inflación, Guindos señaló que el BCE confía en que las tasas sigan moderándose y que en 2025 converjan hacia el objetivo del 2%, una meta clave para garantizar la estabilidad de precios. Además, apuntó que una desaceleración del crecimiento de los salarios podría ayudar a controlar la inflación de los servicios, un componente que ha sido particularmente resistente.
“La política monetaria sigue ajustándose con prudencia, pero con una trayectoria clara”, resumió Guindos, reafirmando que cualquier cambio dependerá de que la inflación evolucione en línea con las proyecciones actuales. También insistió en que los efectos de la política monetaria suelen notarse con cierto desfase, ya que primero impactan en las condiciones de financiación bancaria y, más tarde, en las decisiones de consumo e inversión.
Riesgos de una guerra comercial con Estados Unidos
Entre los principales riesgos externos para la economía europea, Guindos mencionó un posible giro proteccionista en la política comercial de Estados Unidos, especialmente si se confirman nuevas subidas de aranceles bajo la administración de Donald Trump. A pesar de ello, expresó su confianza en que “el sentido común se imponga” y se evite un conflicto comercial a gran escala.
El vicepresidente del BCE advirtió que una guerra comercial tendría consecuencias muy negativas para el crecimiento económico mundial, con un impacto particularmente severo en Europa debido a su dependencia del comercio exterior. “En una guerra comercial, todos pierden”, afirmó, instando a la Unión Europea a negociar con Estados Unidos en un marco de cooperación internacional que respete los valores compartidos.
Además, Guindos señaló que un aumento de los aranceles podría alterar los flujos comerciales globales y generar reacciones en cadena que impacten no solo el comercio, sino también las expectativas de inflación y el crecimiento económico.
Optimismo moderado ante la incertidumbre
En un contexto marcado por retos internos y externos, el BCE mantiene un enfoque cauteloso pero optimista. La institución confía en que la recuperación económica de la eurozona tome fuerza en los próximos años, siempre y cuando los riesgos como los conflictos comerciales y las tensiones inflacionarias se gestionen adecuadamente.