El proceso de desinflación en la zona euro sigue avanzando, según aseguró este miércoles Philip Lane, economista jefe y miembro del directorio del Banco Central Europeo (BCE). Sin embargo, el funcionario destacó la necesidad de mantener un enfoque flexible en la política monetaria, adaptándose a los datos y las circunstancias de cada momento.
Durante una charla organizada por MNI, Lane destacó que las proyecciones actualizadas confirman que la inflación sigue en descenso, aunque persiste elevada en algunos sectores. Este análisis llega una semana después de que el BCE redujera los tipos de interés en 25 puntos básicos, lo que refleja una leve flexibilización de su política tras meses de incrementos sostenidos.
Factores que impulsan la desinflación
Lane explicó que la moderación en los precios de los servicios y la relajación de las presiones laborales serán claves para lograr un descenso más relevante en la inflación. Asimismo, subrayó que los recortes recientes de los tipos de interés están comenzando a reflejarse en los costes de financiación, aunque de manera gradual.
No obstante, matizó que las condiciones de financiación en la eurozona siguen siendo restrictivas. Esto incluye tanto los tipos oficiales como los costes que las entidades financieras imponen a empresas y hogares, lo que sugiere que la política monetaria sigue ejerciendo una presión significativa sobre la actividad económica.
Agilidad frente a la incertidumbre
En un entorno marcado por la elevada incertidumbre económica, Lane reiteró que el BCE no adoptará compromisos previos respecto a la trayectoria futura de los tipos de interés. Esta flexibilidad permitirá reaccionar de manera ágil ante posibles ‘shocks’ económicos o inflacionarios.
Por ejemplo, en caso de un repunte inesperado de la inflación o un aumento en el impulso económico, la relajación de la política monetaria podría ralentizarse. Por el contrario, si se observan contratiempos en el crecimiento económico o una caída acelerada de la inflación, el BCE podría optar por medidas más rápidas de flexibilización.
El desafío de la inflación subyacente
Una de las claves para determinar las próximas decisiones del Consejo de Gobierno será la evolución de la inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y los alimentos por ser más volátiles. Lane subrayó que este indicador y la eficacia de la transmisión de la política monetaria serán determinantes para evaluar los próximos pasos.
“Estamos decididos a garantizar que la inflación se estabilice de manera sostenible en nuestro objetivo del 2% a mediano plazo”, afirmó Lane, reiterando el compromiso del BCE con un enfoque basado en los datos y decisiones reunión por reunión.
Con este marco, el BCE se posiciona como un actor clave en la búsqueda de estabilidad económica en un contexto de desafíos globales, apostando por la prudencia y la adaptabilidad.