Comprar regalos para tus seres queridos (y a veces no tan queridos) es bonito hasta que empieza a ser cansado para terminar siendo desesperante y ruinoso. A esto hay que añadirle que tienes un 25% de posibilidades de que el regalo no guste. Uno racionalmente nunca haría una inversión que tuviese semejante riesgo.
Hace unos años el economista Joel Waldfogel publicó un libro titulado “Scroogenomics: por qué no deberías comprar regalos en navidad”
El título hace un guiño al señor Scrooge el personaje del “Cuento de Navidad” de Dickens que odia la Navidad y que sirve al economista para explicar que, desde un punto de vista puramente económico, este consumo es pernicioso porque se trata de regalos no deseados que destruyen la economía.
En el libro se afirma que sólo el receptor del regalo sabe qué bienes maximizarían su felicidad. Está demostrado que compramos mejor cuando es para nosotros mismo. Por lo tanto, argumenta que se debe dar dinero en efectivo en lugar de un regalo, ya que esto elimina el riesgo de insatisfacción, garantiza la felicidad de los participantes involucrados e incluso mejora la economía ya que no se destruye riqueza.
Por tanto, por muy bonito y costoso que sea un regalo, quien lo recibe nunca le da el valor que realmente se pagó por él. Ese desperdicio es mayor cuanto más alejados estemos de la persona (Acertamos más con un hijo que con un cuñado). La conclusión a la que llegó Waldfogel es que el acto de intercambiar regalos en Navidad destruía entre un 10 y un 30 por ciento el valor que se le asignaba a ese regalo.
Hay quienes atacan esta conclusión tan fría de la navidad, ya que desde el punto de vista psicológico el recibir un regalo no solamente consiste en obtener un objeto si no también saber que la persona que te lo regala ha pensado en ti y ha dedicado un tiempo y un cariño en seleccionarlo. Muchas veces más que el regalo en sí lo que nos gusta es que alguien se haya acordado de nosotros
En ese caso, lo que sugiere es dar una tarjeta regalo ya que eso elimina el estigma y la incomodidad del dinero efectivo y añade algo de calor ya que lo que se compra con ellas se recuerda.
Está feo y mal visto regalar dinero pero cuando a un concursante de TV se le da a elegir un regalo, generalmente elige el dinero… Por algo será…
1 comenta
Y una vez me regalaron un Pago de Carraovejas Cuesta de la Liebres… el regalo más caro… 10.000e…. que el vino valía 200, pero el que me lo regaló se olvidó de hablar de una subida de sueldo pactada…. jajajajajajajaja…