El mercado inmobiliario español sigue generando opiniones encontradas entre ciudadanos y expertos. Según un informe reciente del portal inmobiliario Fotocasa, el 52% de los españoles considera que se aproxima una nueva burbuja inmobiliaria, una percepción alimentada por el encarecimiento constante de los precios y la limitada oferta de viviendas disponibles. Sin embargo, los analistas insisten en que, aunque el mercado atraviesa una fase de fuerte actividad y tensión en los precios, no se dan las condiciones necesarias para hablar de una burbuja como la que estalló en 2008.
Condiciones hipotecarias y ahorro estable descartan una burbuja
María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa, ha señalado que, pese al aumento de los precios, no se observan señales claras de una burbuja inmobiliaria. Argumenta que las condiciones hipotecarias no se han flexibilizado de forma peligrosa y que los niveles de ahorro de las familias se mantienen estables, lo que reduce significativamente el riesgo de una burbuja.
Lo que sí está ocurriendo, según Matos, es una gran actividad en el mercado, impulsada por una oferta insuficiente de viviendas, lo que está presionando los precios al alza. Esta dinámica, aunque preocupante, no cumple con los patrones clásicos de una burbuja inmobiliaria, donde el acceso al crédito suele ser desmedido y descontrolado.
El sentimiento de propiedad sigue arraigado, aunque en ligero descenso
El informe revela que el sentimiento de propiedad sigue muy presente entre los españoles, aunque ha experimentado una ligera caída en comparación con el año pasado. En 2023, el 73% de los encuestados valoraba la propiedad como un objetivo importante, mientras que este año la cifra ha descendido al 70%.
En cuanto a la percepción sobre el alquiler, un 70% de los encuestados considera que pagar una hipoteca compensa más que el alquiler, un aumento relevante respecto al 64% registrado el año pasado. Esto refleja el elevado coste de los arrendamientos en España, que en muchas zonas superan el importe mensual de una cuota hipotecaria.
Por otro lado, la idea de que vivir de alquiler es “tirar el dinero” sigue perdiendo fuerza. Aunque algo más de la mitad de los encuestados (51%) aún lo creen, esta percepción ha caído ligeramente respecto al año pasado (52%).
Desconfianza en la Ley de Vivienda
El informe también revela una pérdida de confianza en la Ley de Vivienda aprobada recientemente. El porcentaje de españoles que respalda esta normativa ha caído del 30% al 26% en el último año, reflejando un cierto desencanto sobre su efectividad para resolver los problemas estructurales del mercado inmobiliario.
Diferencias generacionales: el valor de la propiedad como legado
El estudio destaca importantes diferencias generacionales respecto al valor de la propiedad inmobiliaria. Mientras que los jóvenes de 18 a 24 años valoran la propiedad en un 47%, este porcentaje aumenta significativamente entre los españoles de 55 a 75 años, alcanzando el 82%.
Sin embargo, cuando se trata de valorar la compra de una vivienda como inversión, las opiniones son más homogéneas. Tanto los más jóvenes (18-24 años) como los más mayores (55-75 años) comparten esta percepción con porcentajes muy similares, del 64% y el 69%, respectivamente.
Un mercado tensionado pero no al borde del colapso
A pesar del encarecimiento de los precios y la creciente preocupación entre los ciudadanos, los expertos insisten en que el mercado inmobiliario español no está al borde de una burbuja. Las condiciones hipotecarias más estrictas, la estabilidad en el ahorro familiar y el perfil más prudente de los compradores actuales son factores que diferencian claramente la situación actual de la vivida en los años previos a la crisis de 2008.
Sin embargo, el reto sigue siendo incrementar la oferta de vivienda asequible, tanto en compra como en alquiler, para aliviar la presión sobre los precios y garantizar el acceso a una vivienda digna para todos los ciudadanos.