La idea de la semana laboral de 4 días es una idea muy muy antigua

por Carlos Lopez

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El debate sobre la semana laboral de 4 días vuelve a estar de moda y parece una idea nueva, casi como un logro de los trabajadores que gracias a las nuevas tecnologías podría hacer posible los fines de semana de tres días pero la idea es más vieja que tú.

La primera referencia a que trabajamos mucho aparece (y esto no lo vais a ver venir) en la Biblia, en los salmos 127:2.

Es inútil que te esfuerces tanto, desde la mañana temprano hasta tarde en la noche, y te preocupes por conseguir alimento; porque Dios da descanso a sus amados.

Desgraciadamente siendo un libro tan popular poca gente hizo caso a ese salmo y tuvimos que esperar a comienzos del siglo pasado cuando los economistas prácticamente por unanimidad predijeron una disminución gradual de las horas de trabajo a medida que la productividad aumenta, incluso el economista más influyente de nuestro tiempo John Maynard Keynes dijo en 1928 que la semana laboral podría reducirse a sólo 15 horas en un siglo. Siendo estrictos, esto tendría que ocurrir dentro de 8 años y parece que no va a ser.

Durante las décadas de 1920 y 1930, industriales como Henry Ford comenzaron a reducir drásticamente las horas de trabajo en un momento en que los empleados trabajaban de media 53 horas semanales. Ford descubrió que las semanas de trabajo de 40 horas en realidad traían un aumento de la productividad, todos ganaban. También se dio cuenta de que con el aumento del tiempo de ocio, la gente tendría más tiempo para consumir.

En una entrevista con una revista llamada World’s Work en 1926, Ford dijo: “El ocio es un ingrediente indispensable en un mercado de consumo creciente porque la gente trabajadora necesita tener suficiente tiempo libre para encontrar usos para los productos de consumo, incluyendo los automóviles”.

Pero no fue hasta comienzos de nuestro siglo cuando se replanteó en serio el modelo “de 9 a 5” a medida que las empresas tecnológicas intentaban revolucionar, entre otras cosas, la manera de trabajar.

Microsoft probó la semana de cuatro días en sus oficinas de Japón y descubrió que sus empleados no sólo estaban más contentos, sino que también eran significativamente más productivos. Como parte del “Desafío de elección de vida laboral y personal para el verano de 2019”, la plantilla de 2.300 personas de la empresa tuvo cinco viernes libres seguidos sin recortar la paga.

Además de aumentar la productividad, Microsoft dijo que los empleados tomaron un 25% menos de tiempo libre y el uso de la electricidad también se redujo en un 23%. Al menos el 92% del total de la fuerza laboral dijo que disfrutaron de la semana más corta.

Iniciativas estatales ha habido pocas, destaca el plan de trabajo a corto plazo, introducido en Alemania en plena crisis del 2008, llamado “Kuzarbeit” que redujo las horas de trabajo de los empleados en lugar de despedirlos. En virtud de este plan, los trabajadores recibían el 60% de su salario por las horas que no trabajaban, mientras que recibían el pago completo por las horas que sí trabajaban.

Las pruebas de la semana laboral de cuatro días han tenido algunos baches, por ejemplo en una de las pioneras (Perpetual Guardian) bastante empleados sintieron más estrés y presión para hacer su trabajo en un plazo más corto. Y algunos – especialmente los jefes – se encontraron con la necesidad de trabajar más horas durante los cuatro días. Otro punto importante era la disminución en atención al cliente ya que estos siguen dando trabajo todos los días y no puedes desatenderle los viernes.

Probablemente este punto sea el más importante de todos, como clientes exigimos que las empresas trabajen todos los días y las 24h del día, si no nos resuelven un problema nos quejamos en redes sociales y sería impensable para nosotros contratar una compañía que no trabaja de Viernes a Lunes.

Por tanto el mayor enemigo de la semana de cuatro horas probablemente lo tengas delante de tu pantalla…

2 comentarios

Obrero pobre 26 diciembre 2024 - 10:01 PM

Por omisión de quien ha escrito me veo en la necesidad de honrar a nuestros antepasados y recordar a “los martiles de Chicago”, origen de la huelga internacional del 1 de mayo y que derivó en la jornada laboral de 8 horas. Ford se auto declaró enemigo acérrimo.
Después también ha de conocerse ya en nuestro país “la huelga de la canadiense” donde se tubo que aceptar la jornada semanal de 40 horas. La patronal de esos tiempos también asesinaba alegremente.
No fueron concesiones.

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Obrero pobre 26 diciembre 2024 - 10:14 PM

Terminaría el artículo diciendo “Normalmente el mayor enemigo es… la desinformación.”
La economía es la unica ciencia que no mira otras ciencias y que ignora las consecuencias a las ciencias que le rodean de sus conclusiones.

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