En los campos de concentración nazis de la Segunda Guerra Mundial la Cruz Roja suministraba a los prisioneros diversos bienes: alimentos, ropa, artículos de aseo, cigarrillos, etcétera. Como no todos necesitaban lo mismo surgió un comercio entre ellos, por ejemplo una persona a la que no le gustase el queso podría intercambiarlo por chocolate si encontraba a alguien al que le interesase el trato. El problema es que el trueque no siempre funciona ya que podría pasar que a mi me interesan tus zaparos pero a ti no te interesa mi cantimplora. Hacía falta dinero, algo que sirviese como bien intermedio que todos valorasen. Con el tiempo las cajetillas de tabaco se convirtieron en esa moneda, no eran fácilmente falsificables, duraban bastante, eran manejables y eran divisibles en unidades más pequeñas, los cigarrillos. Incluso los que no fumaban valoraban mucho los cigarrillos ya que aunque no los “disfrutasen” sabían que podían comprar cosas con ellos.
A lo largo de la historia el “dinero mercancía” ha existido de diversas maneras, quizás el de más éxito haya sido el oro pero también lo ha sido la sal, el grano, el bacalao o incluso en las cárceles de EEUU la sopa de ramen.
Basta con que esté comúnmente aceptado para que su uso se extienda y funcione como una moneda de facto. Un no fumador es incapaz de entender que un cigarrillo, que solo sirve para echar humo, pueda valer tanto pero lo vale y si con ello puede comprar cosas lo aceptará como moneda.
Las criptomonedas van por el camino de los cigarros, un producto incomprensible que aparentemente no hace nada pero que hay mucha gente que paga una fortuna por ellas. Realmente nos queda por saber la razón por la que la gente paga tanto, puede ser porque confía en su sistema como alternativa al dinero o podría ser que invierten en ellas simplemente porque la gente invierte en ellas. Si es por esta última razón se trataría de una burbuja especulativa, pero si es por fe absoluta en su funcionamiento, la cosa podría cambiar mucho.
Lo cierto es que la criptomoneda por excelencia, el Bitcoin, se está haciendo mayor de edad y lejos de ser un invento para frikis cada vez llama más la atención de grandes inversores, esos que pueden darle un impulso definitivo bien para convertirlo en una moneda seria o bien para pinchar la burbuja (imposible saberlo hasta que ocurra).
1 comenta
Los canelones…. ahora son los canelones….. ahora mismo voy a cambiar dinero por canelones… con trufa… primera línea de mar… y los voy a guardar en la mejor caja fuerte…. mi estómago….. jajajajajaja…. lo que pasa que creo que es más gasto que inversión…aunque después de 4 canelones de estos, estás más listo, ergo puedes cobrar más…
Vamos… en medio de estos días.. ya falta menos..