El reciente repunte del euríbor a doce meses, que va camino del 2,6%, ha generado cierta preocupacion sobre los movimientos de fondo en los mercados financieros. Este indicador, que afecta a millones de hipotecas a tipo variable en Europa, ha comenzado a estrechar su diferencial negativo con los plazos más cortos, una señal que podría indicar un freno en su caída durante 2025. Este fenómeno destaca en un contexto de alta volatilidad impulsado por factores internos del mercado interbancario y externos, como la política económica de Estados Unidos bajo el nuevo mandato de Donald Trump.
Un giro inesperado en la curva del euríbor
La estructura tradicional del euríbor sugiere que los plazos más largos, como el de doce meses, suelen registrar tasas de interés más altas que los índices a plazos más cortos (seis, tres o un mes). Sin embargo, en 2024, esta tendencia histórica se revirtió drásticamente, con el euríbor a doce meses marcando tasas más bajas, algo inédito desde que este índice comenzó a calcularse en 1999.
Este fenómeno estuvo ligado a las expectativas de recortes agresivos de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE). Estas previsiones impulsaron a la baja al euríbor durante 2024, beneficiando a los hipotecados, ya que el índice cayó desde el 3,68% a finales de 2023 hasta un mínimo del 2,43% a finales de 2024.
El efecto Trump y su impacto en los mercados
La situación actual es diferente. La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha sembrado incertidumbre en los mercados globales. Sus planes económicos, que incluyen aranceles agresivos para Europa y Asia y una reducción masiva de impuestos, podrían desencadenar nuevas presiones inflacionistas. Ante este panorama, la Reserva Federal ha comenzado a moderar sus recortes de tipos, y esta tensión se ha trasladado al euríbor.
El temor a un repunte inflacionario ha empezado a limitar las expectativas de recortes adicionales por parte del BCE. Actualmente, el mercado solo anticipa una nueva bajada de tipos, situando la tasa de depósitos en torno al 2% para el verano. Esto pone techo al margen de caída del euríbor en 2025.
El futuro del euríbor y las hipotecas
Con la estabilización del euríbor a plazos más cortos y el estrechamiento de los diferenciales negativos, los analistas apuntan a un cambio de ciclo. Los hipotecados podrían enfrentar un panorama más adverso este año, con caídas menos pronunciadas y una recuperación potencial en los intereses hacia finales de 2025.
Además, los futuros del euríbor a tres meses, un termómetro del mercado para finales de 2025, han mostrado un repunte en los últimos días, situándose cerca del 2%. Este movimiento indica que los mercados ya están ajustando sus expectativas ante un posible suelo en las bajadas del euríbor.