El Euríbor, el índice de referencia para la mayoría de las hipotecas variables en Europa, ha sorprendido al mercado al situarse hoy en por encima del 2.6%, y casi con total seguridad cerrará Enero por encima de Diciembnre, rompiendo una racha de nueve meses consecutivos de descensos. Este cambio de tendencia llega en un momento de alta volatilidad en los mercados financieros, alimentada por factores globales como las propuestas arancelarias de la administración de Donald Trump hacia Europa, que han generado incertidumbre adicional.
La deuda global al rojo vivo
El nerviosismo de los inversores se refleja claramente en el mercado de deuda. Los bonos estadounidenses, tradicionalmente considerados un refugio seguro, están experimentando un aumento de rendimientos que está contagiando al resto de los mercados de renta fija. La deuda británica ha alcanzado niveles no vistos desde la crisis financiera de 2008, mientras que los bonos alemanes se encuentran en máximos desde junio.
Este panorama complica los planes de los bancos centrales, que enfrentan ahora un dilema: controlar la inflación sin estrangular el crecimiento económico. En este contexto, las esperadas bajadas de tipos de interés para 2025, un alivio para consumidores y empresas, parecen cada vez más lejanas.
El impacto en el mercado hipotecario
El cambio de dirección del Euríbor tiene repercusiones directas en los bolsillos de millones de familias en Europa. Aunque los hipotecados han disfrutado de una leve tregua en los últimos meses, las señales actuales podrían anticipar un nuevo encarecimiento de las cuotas mensuales.
Por ejemplo, una hipoteca media de 140.000 euros a 30 años, que en enero de 2024 implicaba un pago mensual de 718 euros, se redujo a 603 euros en los últimos meses gracias a la caída del índice. Sin embargo, con la reciente subida del Euríbor, esta tendencia podría revertirse rápidamente, dejando a muchas familias en una situación financiera precaria.
Mercado inmobiliario en territorio desconocido
La volatilidad ha vuelto con fuerza al mercado inmobiliario, que en los últimos años había mostrado signos de estabilidad. Aquellos que confiaban en un 2025 tranquilo podrían enfrentarse a una realidad distinta. La combinación de tipos de interés inciertos y presiones inflacionarias está dificultando las proyecciones para los próximos meses, tanto para compradores como para vendedores.
La Fed y su postura
En Estados Unidos, la Reserva Federal (Fed) parece haber dejado en pausa sus planes de recorte de tipos, lo que añade un nuevo factor de tensión global. Esta postura refuerza la incertidumbre y podría consolidar la tendencia alcista en los costes de financiación a nivel internacional, afectando no solo a los mercados financieros, sino también al crecimiento económico.
El escenario está lejos de ser alentador para quienes apostaban por un periodo de estabilidad en 2025. La mezcla de incertidumbre económica y tensiones financieras promete mantener a los mercados y a los hipotecados en un estado de alta alerta durante los próximos meses.