La política monetaria en la eurozona sigue en el centro del debate, y el Banco Central Europeo (BCE) no parece dispuesto a dar por finalizado el ciclo de recortes de tipos de interés. Según los analistas, tras la reciente reunión de la institución, un nuevo recorte en marzo parece casi un hecho, lo que marcaría un giro más agresivo en la estrategia de relajación monetaria.
El ajuste se justifica, en gran parte, por la debilidad económica de la eurozona, que ha sido más acusada de lo que preveía el propio BCE en diciembre. La tasa neutral, es decir, el nivel de tipos que no impulsa ni frena la economía, se sitúa en torno al 2%, por lo que el mercado ya descuenta que el organismo reducirá el tipo de depósito hasta ese nivel antes del verano.
Carsten Brzeski, responsable macro de ING Research, lo tiene claro: “Otro recorte en marzo es casi un hecho consumado”. En su opinión, la incertidumbre económica y la presión sobre el crecimiento son razones de peso para que el BCE continúe con su política de reducción del coste del dinero.
Más recortes en el horizonte
La economista de eToro, Lale Akoner, coincide con este análisis y prevé “una mayor relajación de la política monetaria”, aunque advierte que la velocidad de los recortes dependerá de cómo evolucionen la inflación salarial y el sector servicios. En este sentido, uno de los factores clave será la posible reelección de Donald Trump en EE.UU., ya que sus políticas arancelarias podrían tener un impacto directo en la economía europea.
Felix Feather, economista de abrdn, también ve claro que el BCE aún no ha terminado con los recortes y espera al menos tres bajadas más de los tipos de interés a lo largo de 2025, lo que llevaría la tasa de depósito hasta el 2%.
Por su parte, Pedro del Pozo, director de inversiones financieras de Mutualidad, anticipa un recorte “muy pronto, probablemente en la reunión de marzo”. Además, subraya que la política monetaria del BCE será mucho más agresiva que la de la Reserva Federal de EE.UU., lo que tendrá un impacto directo en el tipo de cambio euro-dólar.
“La divergencia de políticas monetarias entre ambos lados del Atlántico podría fortalecer el dólar frente al euro, con implicaciones comerciales de gran calado”, señala Del Pozo. Esta situación podría afectar a las exportaciones europeas, encareciendo sus productos en mercados internacionales.
El papel de Trump y el comercio global
Además del impacto de la política monetaria, el BCE tendrá que enfrentarse a nuevas incertidumbres en el comercio internacional. Nicolas Forest, CIO de Candriam, advierte de que una escalada arancelaria entre EE.UU. y Europa podría frenar el crecimiento y representar un riesgo para la tendencia desinflacionaria.
Por ello, los expertos consideran que la próxima reunión del BCE en marzo será especialmente relevante, ya que se dispondrá de más datos económicos y proyecciones trimestrales. A falta de conocer el impacto real de estos factores, el mercado sigue apostando por una reducción sostenida de los tipos a lo largo del año.
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