El oro vuelve a demostrar por qué es considerado el activo refugio por excelencia. Este viernes, la onza de oro troyse revalorizaba un 0,4% en la apertura de los mercados, hasta firmar un nuevo máximo histórico en los 3.000 dólares, en un contexto global marcado por la escalada de tensiones comerciales y las negociaciones diplomáticas en torno al conflicto de Ucrania.
El rally del metal precioso parece imparable. Desde que comenzara 2025, el oro acumula una revalorización del 14,3%, consolidando la fuerte subida que ya registró en 2024, cuando avanzó un 27%, su mejor desempeño anual desde 2010. La combinación de inestabilidad geopolítica, recortes de tipos de interés y compras masivas de los bancos centrales está impulsando la demanda del metal.
La nueva guerra de aranceles dispara la incertidumbre
Uno de los factores que está alimentando la escalada es la renovada guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha amenazado con imponer un arancel del 200% a los vinos y productos alcohólicos europeos si Bruselas no retira de inmediato el nuevo gravamen del 50% al whisky estadounidense. Esta respuesta llega después de que la UE anunciara aranceles por valor de 26.000 millones de eurosa productos norteamericanos, en represalia por los impuestos del 25% al acero y aluminio europeos.
Además de las disputas comerciales con Europa, Canadá y México también han entrado en liza con Estados Unidos, intensificando el clima de incertidumbre internacional. La creciente hostilidad arancelaria está deteriorando la confianza de los inversores en otros activos de riesgo, favoreciendo la búsqueda de refugios seguros, como el oro.
Geopolítica al rojo vivo: Ucrania y Oriente Próximo
El tablero geopolítico añade más leña al fuego. En el frente de Ucrania, el presidente ruso, Vladimir Putin, se muestra reticente a aceptar el alto el fuego de 30 días propuesto por Washington y Kiev, exigiendo en su lugar un plan de paz a largo plazo. Las fuerzas ucranianas, tras perder terreno en la región rusa de Kursk, buscan ganar posiciones para mejorar su postura en las negociaciones.
A esto se suma el conflicto palestino-israelí, que volvió a encenderse en octubre de 2023 tras el ataque de Hamás a Israel. Desde entonces, el oro ha experimentado una revalorización del 63,7%, impulsado por la percepción de riesgo creciente en los mercados internacionales.
La Reserva Federal podría dar alas al oro
En el plano económico, el último dato de inflación en Estados Unidos ha sido mejor de lo esperado, lo que refuerza las expectativas de que la Reserva Federal (Fed) podría bajar los tipos de interés próximamente. Esto suele beneficiar al oro, ya que, según la teoría clásica, mantiene una correlación inversa con el dólar. Cuando bajan los tipos y cae el precio del dinero, el oro gana atractivo como reserva de valor.
El Bank of America ya anticipó en junio de 2024 que la onza podría alcanzar los 3.000 dólares en un plazo de 12 a 18 meses. Sin embargo, el metal precioso ha superado las previsiones, alcanzando este hito en solo nueve meses, gracias a la combinación de compras de bancos centrales, miedo geopolítico y esperanzas de una política monetaria más laxa.
De la pandemia a la guerra: un viaje alcista de vértigo
Hace apenas cinco años, en marzo de 2020, el oro cotizaba en torno a los 1.500 dólares por onza, en pleno estallido de la pandemia de coronavirus. Desde entonces, ha duplicado su precio. Tras alcanzar los 2.075 dólares en marzo de 2022 por el inicio de la invasión rusa de Ucrania, y superar los 2.100 dólares en diciembre de 2023, el oro ha mantenido una tendencia alcista imparable.
La ofensiva de Kiev sobre Kursk, los temores de nuevos conflictos en Oriente Próximo y la guerra comercial global han actuado como catalizadores en el precio del metal. Además, la demanda histórica de los bancos centrales, que han optado por acumular reservas en oro para blindarse frente a la inestabilidad, ha dado el empuje definitivo.
El fundador de Fortuna SFP, José Manuel Marín Cebrián, lo resume con claridad: “En tiempos de volatilidad, el oro se mantiene como un activo refugio que protege el patrimonio de los inversores de manera efectiva. Sirve como un escudo contra la inflación y la devaluación de las monedas”.