La situación es de película. Estados Unidos, acostumbrado a ser autosuficiente en algo tan básico como el huevo, ha tenido que levantar el teléfono y llamar a media Europa para preguntar quién puede mandarle unos cuantos millones. Y no es para menos. El precio de los huevos se disparó en los últimos meses a cifras históricas, llegando a costar una docena hasta 8 dólares, cuatro veces más de lo habitual.
Detrás de esta subida está una tormenta perfecta: el impacto de la gripe aviar, que ha obligado a sacrificar millones de aves, la caída en la producción y un aumento de la demanda. Con este panorama, el gobierno estadounidense ha estado tanteando a países como Dinamarca, España, Francia, Italia y Alemania. La pregunta era clara: “¿Cuántos huevos podéis mandarnos y cuándo?”
Por ahora, las conversaciones han sido muchas, pero los acuerdos, pocos. En algunos países, aunque el interés existe, el papeleo para iniciar exportaciones es lento y complicado, y no siempre se cuenta con el excedente necesario para ayudar. Hay países que han preferido mantenerse al margen porque, aunque no tengan el mismo problema que Estados Unidos, no quieren arriesgarse a quedarse cortos ellos también.
Quien sí ha dado el paso ha sido Turquía, que ya ha empezado a enviar miles de toneladas de huevos desde febrero. Este salvavidas ha sido clave para aliviar parte de la escasez y contribuir a que los precios empiecen a moderarse.
Bajan los precios… pero no cantes victoria aún
Después de tocar máximos, el precio mayorista del huevo ha bajado más de un 50% en cuestión de semanas. Actualmente, ronda los 3,50 dólares la docena, el nivel más bajo en cinco meses. Las razones son varias: por un lado, la oferta ha mejorado porque los inventarios han aumentado. Y por otro, la demanda se ha enfriado tras el tirón de las Navidades, cuando el consumo de huevos se dispara.
Además, la buena noticia es que en las últimas semanas no ha habido grandes brotes nuevos de gripe aviar, lo que ha permitido recuperar algo de estabilidad. Aun así, las autoridades no bajan la guardia, porque saben que la situación podría complicarse de nuevo en cualquier momento.
El huevo, en el centro de la conversación económica y política
En Estados Unidos, el huevo se ha convertido en todo un símbolo del coste de la vida. No es raro que, en debates y discursos, el precio de la docena sea mencionado como ejemplo de las dificultades económicas que atraviesan muchas familias. Incluso durante la campaña electoral, hubo promesas de bajar el precio del huevo “desde el primer día”. No es broma.
En la Casa Blanca intentan transmitir optimismo: destacan que los precios están bajando y que la situación mejora. Sin embargo, los expertos avisan de que la calma podría ser pasajera. Las previsiones oficiales señalan que en 2025 el precio del huevo podría subir más de un 40% si la gripe aviar vuelve a golpear fuerte o si el mercado internacional sigue revuelto.
Una crisis global que afecta a todos
Aunque el foco está en Estados Unidos, el problema del huevo es global. La gripe aviar es una amenaza en muchas partes del mundo y mantener a salvo las granjas requiere un esfuerzo constante. Algunos países europeos han logrado mantener a raya los brotes, pero saben que cualquier descuido puede tener consecuencias graves.
Lo que deja claro esta crisis es que hasta los alimentos más simples dependen de cadenas de suministro internacionales complejas y frágiles. Y que algo tan cotidiano como un huevo puede acabar protagonizando titulares en todo el mundo.
2 comentarios
Porque todas las nuevas regulaciones a las granjas de gallinas ponedoras seguro que no han tenido nada que ver…
Densidad de animales, los costes laborales, incremento del precio de los alimentos y la energía… todo suma para los productores.
Independientemente de que algunos se aprovechen del aumento de la demanda también para aumentar sus márgenes (pero con respecto a un precio de partida más elevado ya).
Por una proteína de gran calidad y barata que tenemos…
America Great Again… pues a comer Tofu