Artículos de opinion
En Netflix tenéis disponible la película, “La Gran Apuesta” (The Big Short), muy recomendable, en la que se relata la cara positiva de cuando los grandes riesgos (y una identificación correcta de la situación) se convierten en grandes beneficios. No obstante, el riesgo implica la posibilidad de perder… En el artículo “Como un inútil quebró el banco más antiguo de Inglaterra“, repasamos la historia de como un sólo hombre, Nick Leeson, pudo llevar a la quiebra a la histórica entidad bancaria inglesa Barings gracias a una operativa basada en su exceso de apalancamiento en diferentes derivados del Nikkei 225, perdiendo un total de 1.300 millones de dólares. Sin embargo, la mayor pérdida en la historia financiera no queda en manos de Nick Lesson sino fue por parte del trader Jérôme Kerviel, del banco francés Société Générale que superó con creces la marca de Nick Lesson, hasta dejar la cifra de pérdidas récord en 7.100 millones de dólares, 4.900 millones de euros.
Kerviel tenía varios años de experiencia en el Back Office de Société, por lo que tenía un amplio conocimiento de los equipos y sistemas de control utilizados en la entidad, lo cual era un factor esencial para desarrollar su estrategia de trading. Su operativa se basaba en arbitraje, buscando diferencias en las cotizaciones en diferentes mercados para obtener el beneficio. En concreto, compraba enormes cantidades de acciones de una empresa, en Tokio o en Hong Kong, y las vendía inmediatamente después, en París o Nueva York, aprovechándose de pequeñísimas diferencias de cotización, a veces de céntimos de euro por acción. Él aumentaba el tamaño de sus posiciones, engañando al sistema de gestión de riesgos de empresas y así superando los límites de negociación de la mesa en 125 millones de euros, con un máximo de 200 millones de euros.
El escenario perfecto para la operativa Jérôme Kerviel era un mercado fluctuante con volatilidad baja pero con el estallido de la burbuja subprime era imposible no salir con pérdidas. Y para rizar aún más el rizo y tapar los agujeros, llegó a comprometer cerca 50.000 millones de euros, que suponía más de 10 veces el beneficio neto de Société Générale. No obstante, cuando alguien está tan altamente apalancado, las posibilidades de que algo salga desastrosamente mal son extraordinariamente elevadas.
Con el colapso de las hipotecas subprime, las bolsas cayeron a plomo y la estrategia de Kerviel fue fallida. El 18 de enero de 2008, Société Générale inició una investigación sobre el trading de Kerviel y, al descubrir lo peligrosamente apalancadas que eran sus posiciones, desactivó sus posiciones con unas pérdidas de 7.100 millones de dólares. El impacto de Société Générale era enorme. Este fraude condujo graves pérdidas, a serios cambios en la alta dirección del banco y varios cientos de millones de euros de inversión en nuevos sistemas de control, diseñados para prevenir futuros profesionales deshonestos que pongan en riesgo la segunda entidad francesa.
Finalmente, Jérôme Kerviel fue condenado en marzo de 2014 por abuso de confianza, falsedad documental y la piratería informática relacionada con la superación reiterada de los límites en operativa de Société Générale. La condena en primera instancia fue de cinco años, tres de ellos en firme, con una multa de 4.900 millones de euros. El Tribunal Supremo el año pasado autorizó su excarcelación y anuló la multa de 4.900 millones de euros que muy difícil podía atender. Asimismo, el pasado enero aparecían grabaciones en las que se dejaba entrever que Société Générale conocía perfectamente está operativa, una versión en la que el propio Kerviel siempre ha alegado que no actuó solo y que sus compañeros estaban al corriente pero el banco hacía la vista gorda cuando habían beneficios.