Artículos de opinion
Una de las medidas económicas más importantes del recién elegido presidente de Argentina es el cierra del Banco Central y dolarización de la economía.
Esta medida supone adoptar una moneda extranjera, en este caso el dólar estadounidense, como su moneda legal, reemplazando total o parcialmente su moneda nacional. Este proceso suele ser el resultado de hiperinflación, inestabilidad monetaria, o para ganar credibilidad en la política monetaria.
La dolarización puede proporcionar estabilidad, credibilidad y confianza en la economía de un país, pero también conlleva sus riesgos como son la dependencia de la política monetaria de otro país o la limitación en la capacidad de respuesta frente a choques económicos. Por otro lado obliga al país a controlar el gasto público ya que no podrá imprimir más moneda para pagarlo. No obstante, la dolarización puede ser difícil de revertir, lo que implica un compromiso a largo plazo con las consecuencias de esta decisión.
Se trata de una estrategia económica que algunos países han adoptado en circunstancias de extrema inestabilidad monetaria. Mientras que puede traer beneficios a corto plazo en términos de estabilidad y confianza, sus efectos a largo plazo y las restricciones que impone en la política monetaria pueden ser relevantes y deben ser cuidadosamente evaluados.
Veamos algunos casos recientes.
Ecuador: Ecuador es un ejemplo clásico de dolarización total. Adoptó el dólar en el año 2000 después de una crisis bancaria y de deuda severa, acompañada de una inflación galopante. La dolarización estabilizó la economía, pero también limitó la capacidad del gobierno para manejar políticas monetarias, como la impresión de dinero en tiempos de crisis.
Zimbabue: En 2009, Zimbabue se vio obligado a dolarizar su economía después de experimentar una de las peores hiperinflaciones de la historia. La adopción del dólar y otras monedas extranjeras trajo estabilidad, pero también presentó desafíos, como la falta de moneda física y la dependencia de las políticas monetarias de los Estados Unidos.
Venezuela: Aunque no ha adoptado oficialmente el dólar, Venezuela ha experimentado una dolarización de facto en medio de su crisis económica y hiperinflación. El dólar se utiliza ampliamente para transacciones diarias, proporcionando una especie de estabilidad en medio del colapso del bolívar.
El Salvador: En 2001, El Salvador adoptó el dólar para frenar la inflación y atraer inversión extranjera. La medida ha tenido éxito en algunos aspectos, como la reducción de las tasas de interés, pero también ha generado controversias sobre la pérdida de autonomía monetaria.
Una ventaja que tiene Milei es que es bastante difícil hacerlo peor que sus antecesores.