Lo dejo. Sé que esperabais más de mi, que no me rindiese tan pronto pero creo que es algo que tarde o temprano tenía que acabar y es mejor hacerlo cuanto antes. Realmente ha sido un corto espacio de tiempo, aunque muy intenso, en el que además he querido compartirlo con vosotros y notaba vuestro apoyo (incluso ayer me lo dijisteis en la zona de comentarios) pero la situación, a mi juicio es insostenible y creo que no merece la pena empezar el año amargado y estoy a tiempo de arreglarlo.
Tengo la sensación de que ha sido demasiado esfuerzo para tan poca recompensa y que un becario como yo puede mejorar su vida de otra manera.
Dejo el gimnasio. No entiendo como alguien puede pagar por eso. Ayer me dejé la piel el él y los únicos resultados que he obtenido es un intenso dolor en músculos de los que desconocía su existencia. A cambio he decidido dejar también los Doritos y utilizar menos el patinete y más las piernas.
Lo que no pienso dejar (siempre que mi jefe me renueve la beca) es seguir trayendo todos los días el Euribor recién hecho, calentito y listo para endulzar tu hipoteca.
El indicador más utilizado en las hipotecas de España ha terminado la semana subiendo diez milésimas hasta el -0.238%. De esta manera deja la media mensual en un sorprendente -0.243% lo que supone una bajada de 0.127 puntos respecto al mismo valor de hace un año, cuando se situó en el -0.116%.
El euríbor lleva ya cuatro años en negativo, alcanzando su mínimo histórico en agosto del año pasado, mes a partir del cual comenzó a subir. No obstante, según las previsiones de Bankinter, seguirá en negativo al menos durante dos años más, con un mínimo estimado para el 2020 del -0,27% y un máximo del -0,17%, así como un escenario central del -0,22% durante todo el año.
Los hipotecados a tipo variable no son los únicos beneficiados de la caída del Euribor ya que también se han abaratado las hipotecas a tipo fijo, ya que la banca está apostado fuertemente por ellas en los dos últimos años, declarando una guerra hipotecaria entre entidades.