Lo que ocurre en Frankfurt se queda en Frankfurt. Esa es la frase más escuchada en el BCE últimamente porque como ya os comenté una vez la fiestas que se montan en el banco central son legendarias y más con la preparación de la marcha de Mario Draghi, ese al que por aquí le llamamos SuperMario pero allí es conocido como el “penúltimo” porque siempre está con lo de “esta es la penúltima copa y nos vamos”. Según me han dicho aquello deja una despedida de soltero en Magaluff a la altura de una misa gregoriana.
Y eso me ha dejado algo preocupado porque todavía no tengo noticias de la becaria que fue allí a hacer un “mini-erasmus” intensivo y tenía que haber vuelto la semana pasada. Según veo en sus redes sociales escribe todos los días mensajes de madrugada. Yo creo que es porque se levanta muy pronto para aprovechar el día y aprender mucho.
Así que con tanto frenesí el indicador más utilizado en las hipotecas de España, el Euribor, sigue jugando al despiste con los pobre hipotecados y hoy ha bajado 4 milésimas hasta el -0.288% con lo que rompe la pequeña senda alcista en la que cómodamente se había asentado.
De esta manera la media provisional de octubre se sitúa en el -0.312% que son 0.158 puntos menos que hace un año cuando cerró en el -0.154%, esto significa que para una hipoteca a interés variable por un importe de 150.000 euros a un plazo de 25 años, la cuota mensual se reducirá en unos 13€ mensuales (150€ anuales).
Todo parece indicar que el euribor tocó suelo el pasado 21 de agosto cuando marcó el -0.399%, la reciente bajada de tipos del BCE escondía una trampa para los hipotecados ya que se trataba de una pequeña subida encubierta en un sistema de tramos para la liquidez de la banca. No obstante seguiremos viéndolo en negativo hasta al menos el 2022.