La primera generación que creció con internet está bastante preocupada por el avance de la inteligencia artificial (IA). Una reciente encuesta revela que 62% de los jóvenes de la Generación Z cree que la IA podría reemplazar sus empleos en la próxima década, una preocupación que contrasta drásticamente con la aparente calma de los directivos de los cuales solo un 6% percibe a la IA como una amenaza para sus propios puestos.
La encuesta, realizada por General Assembly subraya una creciente brecha generacional en la percepción de riesgos laborales vinculados a la IA.
Las tareas repetitivas y de bajo nivel, típicas de los puestos de entrada, están entre las más susceptibles a ser automatizadas,, la IA puede realizar muchas de estas funciones, lo que naturalmente genera ansiedad en las generaciones más jóvenes.
En contraste, ejecutivos como Jensen Huang, CEO de Nvidia, consideran que la IA no representa un reemplazo total, sino una herramienta complementaria. En la reciente cumbre de IA de Nvidia, Huang señaló que la IA podría automatizar entre el 20% y el 50% de las tareas, pero advirtió que “quien sepa usar la IA para automatizar ese 20% será quien tome tu puesto.”
Las cifras también muestran que los jóvenes no están solos en sus preocupaciones. El 50% de los millennials cree que hay una probabilidad significativa de que la IA los desplace, en comparación con el 44% de los de la generación X (1965 a 1981) y solo el 24% de los baby boomers. Aunque los boomers parecen menos preocupados por su estabilidad laboral, creen que tienen un papel clave en preparar a la próxima generación.
Con la IA asumiendo cada vez más trabajos de entrada, las empresas tienen una responsabilidad mayor en entrenar a los nuevos talentos, además, muchos empleadores critican la falta de habilidades “blandas” como la comunicación y la gestión del tiempo en la Generación Z, cualidades que serán cada vez más valiosas a medida que la IA automatice tareas más técnicas e independientes.
La automatización y el avance de la IA plantean un dilema: mientras las empresas buscan eficiencia, no pueden permitirse abandonar a toda una generación. Esto no solo pone en juego la equidad intergeneracional, sino también la sostenibilidad a largo plazo de los equipos laborales.
Las empresas deben ofrecer más vías de desarrollo para que los jóvenes no solo se adapten al cambio, sino que encuentren oportunidades para destacar en un entorno laboral cada vez más competitivo y automatizado.