Una vez al año me atrevo a hacer predicciones a 12 meses vista, y es una buena ocasión para volver por aquí a hacer este esfuerzo tan entretenido como inútil puesto que hay un factor racional en mis opiniones que no tiene por qué ocurrir en los mercados donde, sobre todo en periodos cortos de tiempo, la irracionalidad campa a sus anchas. Qué mejor ejemplo de esto que 2020, el año en el que pasó de todo, todas las previsiones fallaron pero que, curiosamente, está acabando con unos resultados, en los mercados financieros al menos, muy similares a los de otros años de esta misma década: en renta variable Ibex flojo, Nasdaq fuerte y capitalización bursátil global en máximos, y en renta fija (y por tanto en el Euribor también) mínimos de rentabilidad con tipos de interés ultrabajos y liquidez abundante proporcionada por los bancos centrales.
Un año es mucho tiempo y las circunstancias de hoy pueden ser muy diferentes en unos meses pero vamos a arriesgarnos:
- En la Bolsa lo lógico es que la tendencia alcista continúe los primeros meses de 2021 porque un mundo sin apenas rentabilidad en la renta fija y mucha liquidez al final propicia que lleguen flujos a la renta variable. Además, se supone que los peores datos macro serán en la primera mitad del año y por tanto se descontarían las mejoras de la segunda mitad. No obstante, no tengo claro que en el balance del año el resultado vaya a ser positivo porque objetivamente las cotizaciones están caras para los resultados que ofrecen las empresas. No olvidemos que estamos en máximos históricos de capitalización bursátil mundial en medio de una crisis económica que sí, se acabará en 2021 pero que sólo en contados países y en contadas compañías superarán el PIB y los beneficios de finales de 2019, cuando las cotizaciones estaban bastante más abajo. Y todo eso con un aumento del endeudamiento brutal.
- El Ibex merece un capítulo aparte. Hace un par de meses me parecía claro que 2021 sería bastante mejor que 2020 pero tras el gran rebote de noviembre el recorrido alcista de muchos valores no es tan evidente. De los valores bancarios podemos esperar poco ya que, aparte de los problemas estructurales de los últimos años que no vamos a repetir de nuevo, se van a encontrar con un incremento de la morosidad que además, debido a la política de aplazamientos, se prolongará durante bastante tiempo: el mayor número de parados y el cierre de empresas provocarán muchos impagos. Tampoco está claro que el turismo vaya a volver en una medida suficiente como para justificar alzas en otros sectores, dañados además por la polarización política nacional que parece que va a más cada vez. Tanta dependencia de la ayuda europea y el complicado panorama de los emergentes donde muchas de nuestras grandes cotizadas tienen alta exposición, me llevan a ser prudente en nuestra bolsa. Un escenario posible sería el de continuar su buen comportamiento de final de 2020 a comienzos de 2021 para luego volver a comportarse peor en relativo.
- Recomiendo no invertir ni en mercados emergentes ni en el mercado británico, creo el Bréxit dañará las inversiones en Reino Unido y saldrán flujos de capital de allí.
- El fin de las bajadas de tipos -aunque siga habiendo mucha liquidez en el sistema-, el que ya está todo descontado y que no habrá nuevas medidas si la economía crece en 2021 desaconsejan la inversión en renta fija. Mucho cuidado con un posible susto en los llamados bonos basura (o de alto riesgo), especialmente los norteamericanos, que está en mínimos de rentabilidad justo cuando peores perspectivas hay de que los emisores puedan cumplir con sus pagos. Es posible que el FMI y el Banco Mundial consigan que no haya apenas incumplimientos de deuda soberana manteniendo la misma “manga ancha” que en 2020, pero si las empresas empiezan a no pagar por su deuda emitida, también puede montarse un buen lío.
- Enlazando con lo anterior, creo que el Euribor no bajará más y se quedará en esta zona soñada en la que está, la primera mitad del año y lo normal es que rebote algo en el segundo semestre descontando que en 2022 habrá menos apoyos de los bancos centrales ante el crecimiento económico y la mayor inflación de 2021 (respecto a la de 2020).
- Como todo está relacionado, otro factor importante a considerar para la economía y los tipos de interés es qué hará el crudo. Mi opinión es que podría subir algo más con la euforia de las vacunas que descuente un mayor comercio y un mayor turismo global pero entre la transición energética y que el segundo semestre, según mi escenario, decepcionará, puede que acabe en diciembre como empezó en enero, sin apenas cambios. También soy neutral en el oro. Sí que creo que continuará el rally en el precio de los alimentos aunque no creo siga el del cobre.
- En divisas, el €/$ debería seguir subiendo por la debilidad del $ los primeros meses pero en conjunto del año creo bajará. Al final los EUA lo harán mejor que la Eurozona, y el BCE necesitará ayudar a las peores economías –como la española- que no cumplirá sus previsiones de déficit y todo eso alimentará una cierta debilidad del Euro aunque el $ pueda seguir débil respecto a otras divisas.
- No le veo demasiado futuro a las criptomonedas actuales (pienso que es un mercado que acabarán acaparando los propios bancos centrales) y tras el nivel de burbuja al que cotizan, sólo puedo verlo a 12 meses vista más abajo de como está. En cualquier caso, mi predicción es que como para la economía real da igual que suba o baje y como inversión especulativa es muy volátil e irracional, lo mejor es ignorarla. Y desde luego si alguien se empeña en operar con ellas, centrarse sólo en el Bitcoin que parece es la única que sobrevivirá… de momento.
- En cuanto a la economía, como ya he apuntado anteriormente, habrá crecimiento pero en conjunto pienso no cumplirá las expectativas tan altas que hoy se barajan. En concreto en España el PIB no volverá a su nivel de finales de 2019 hasta mínimo 2023, y todo eso gracias a un rescate europeo y a una deuda pública disparada que sólo es sostenible si BCE sigue ayudando. El fin de los ERTEs disparará el paro en algún momento de 2021 aunque lo normal es que el aumento de turistas (respecto a 2020) y las inversiones del dinero europeo hagan que en conjunto sea un año de creación de empleo.
- ¿Posibles “cisnes negros”? Si los conociera ya no serían “sucesos inesperados” pero ya que estamos jugando a ser adivinos, un fracaso de las vacunas o un éxito inesperado de la inmunidad de grupo gracias a ellas, podría destrozar todas las previsiones hacia un lado o hacia el otro. Otro hecho que se me ocurre puede aumentar la inestabilidad es el crecimiento, tras un mal Bréxit, de los movimientos rupturistas irlandés y escocés, y otro que podría desestabilizar aún más la región latinoamericana si implica violencia, podría ser la probable caída del actual régimen venezolano al demostrarse, tras la baja participación de las últimas elecciones convocadas por Maduro, la fuerte caída de apoyo popular del actual gobierno, alimentada por la enorme crisis económica reflejada en el hundimiento de la moneda. Otro “cisne negro” es que se equivoquen quienes anticipan que los riesgos geopolíticos mundiales se reducirán por no estar Trump. Eso es mucho suponer, la salida de la actual crisis va a ser muy diferente en cada país, y esto va a propiciar un aumento de la desigualdad que puede disparar los movimientos migratorios, las revueltas sociales y las guerras. Por otro lado, el fin de la larguísima Era Merkel en septiembre (aunque su suces@r se decidirá este enero) abre otro frente de incertidumbre.
En resumen, mis premisas son que la expectativas económicas irán de más a menos aunque su balance sea positivo y que las bolsas van a ir de mejor a peor y que su balance será negativo. La volatilidad continuará, es probable que la renta fija cambie de tendencia ya que estamos en mínimos y no queda recorrido a la baja en rentabilidades, y considero posible que la deuda corporativa dé algún susto con algunas empresas que no puedan cumplir con los pagos de su deuda emitida. Esperemos que en España las subidas impositivas y la inestabilidad política no impidan que se cumplan las optimistas previsiones de nuestro gobierno y 2020 pueda quedar pronto en el olvido para siempre y que la nueva década que comienza el 1 de enero de 2021 nos sea propicia