A pesar de que en un inicio quienes crearon el Monopoly lo hicieron con la idea de ilustrar los aspectos negativos de concentrar tierras y propiedades, el mensaje se perdió. Así que, tras el triunfo de la Revolución cubana, en aquel país el juego fue cambiado por una versión políticamente acorde a la ideología “revolucionaria” llamada “Deuda Eterna” en la que los participantes juegan el papel de gobiernos del Tercer Mundo cuyo objetivo es derrotar al Fondo Monetario Internacional (FMI), que cumple la función de la banca. Otras diferencias es que en vez de la casilla de “cárcel”, en Deuda Eterna puedes caer en la casilla de “Golpe de Estado Militar” y si tienes mala suerte con los dados caer en las tarjetas del FMI que te pueden ordenar el pago de intereses de tu crédito, que además ha ido en aumento. Eso sí, los países, para oponerse a las medidas del FMI, tienen derecho a hacer huelgas y protestas.
Este juego me parece tan curioso que no es la primera vez que comento de su existencia en esta web pero a día de hoy lo que más me llama la atención es que en la actualidad el gran problema de la deuda ya no es cuestión de países del Tercer Mundo que le deben fondos al Primero sino de economías desarrolladas que necesitan un exceso de política monetaria, unas políticas poco ortodoxas de los bancos centrales y una excesiva dependencia de las entidades financieras privadas para no entrar en impagos. Veamos estos datos de elpaís donde se aprecia el problema de la deuda en la Eurozona:
Cada vez mayor y sobre todo por el aumento de la deuda pública. Y todos coinciden en que esto es un ancla que impide seguir adelante. Cierto pero ¿Cuál es la solución? Algunos dicen de condonar parte de las deudas, evidentemente parece lo más fácil pero ningún país puede tomar la decisión unilateral de dejar de pagar porque quedaría marcado y no podría colocar más deuda ante la desconfianza en sus futuros pagos, sólo sería posible si fuera una decisión conjunta. Por desgracia esa opción es poco realista porque esto no es un problema de que se le deben unos millones al FMI o a otro país, es que se le deben mayormente a los mismos europeos y eso es algo que parece que algunos no entienden.
España debe dinero a sus ciudadanos, a sus bancos, a sus compañías de seguros… y a los ciudadanos y entidades financieras de otros países. No pagar la deuda implica un riesgo de impago de la Seguridad Social y de los bancos donde tenemos nuestros ahorros, no es sólo que fastidiemos a un banco de inversión internacional o a la Alemania de Merkel. ¿Estoy a favor de una condonación de las deudas? Por supuesto que sí pero me pasa lo mismo que con la política fiscal o la salida del Euro: o lo hacemos todos juntos o traerá la ruina a España y a los españoles. No soy optimista con que algo así pueda ocurrir pero estoy de acuerdo en que se intente como el otro día anunció el líder griego Tsipras (un gran debate en Europa para reducir las deudas como de hecho ya pasó con Grecia hace unos años) pero incluso si reducimos la deuda actual vía condonación o impago, el problema sigue siendo la estructura de un sistema económico que vive del crédito –desde el consumo minorista a los grandes estados- y que necesita de la deuda para mantener ese crecimiento del que se hablaba -como prácticamente único objetivo económico de nuestros dirigentes- el otro día en el último g-20.
Es el gran círculo vicioso: en la actualidad sin aumento numérico de las deudas no hay crecimiento y sin crecimiento las deudas se elevan respecto al PIB. Por eso la condonación de la deuda griega no sirvió y sigue siendo de los países más endeudados del mundo y es que prácticamente ningún país del mundo es capaz de mejorar su PIB sin aumentar también su deuda y si ésta se reduce el crash es espectacular y dramático:
No puede ser que el motor de la economía sea la deuda, mientras no lo cambiemos todo son parches: endeudarse debe ser la excepción y no la norma. Pretender cambiar las cosas alabando el derecho al crédito es contraproducente porque es insistir en lo mismo. Y por supuesto las administraciones públicas deben dejar de gastar más de lo que ingresan para dejar de recurrir a la deuda por lo que aumentar el gasto público nunca debe ser a cambio de más emisiones de bonos. O transformamos eso o nuestro actual sistema financiero –y quizás el económico- estará condenado.