Aquí se puede apreciar cómo la inflación ha provocado que el poder adquisitivo de 1$ en 1933, cuando Rooselvet abandona el patrón oro buscando con ello acabar con la deflación y sacar al país de la crisis de 1929 –que como vemos por el sombreado gris ya había acabado, al menos según los datos de PIB- ha decrecido en la actualidad a 5 centavos. Es decir, con lo que un norteamericano podía comprar con 1$ de 1933 ahora sólo podría adquirir algo de 5 centavos:
Por eso se hace tan necesario que los ahorros renten al menos la inflación, ya que si guardamos el capital en una caja de zapatos cada vez vale menos porque se pueden adquirir menos bienes con él según pasa el tiempo. La mayoría de economistas están a favor de la inflación, un 2 o un 3% cada año les parece una buena manera de que el dinero se mueva ya que sin ese incentivo la tentación sería no mover los ahorros. Aunque un 2-3% anual parezca poco, al cabo de las décadas se garantiza una expansión monetaria muy importante. De hecho, fijémonos en estas cifras:
La cantidad de reservas de oro en los EUA es hoy un 58% inferior a la que había en 1940 y sin embargo el tope máximo de deuda (que no anda lejos del total de deuda pública del país) se ha incrementado en un 33.981%. Evidentemente, si existiera el patrón oro difícilmente habría pasado eso pero también es cierto que se supone el PIB sería menor. No voy a entrar en esa discusión pero quiero que quede claro que nada garantiza que la cantidad de dinero que hay en el mundo se corresponda con algo real y que por lo tanto la deuda tiene el mismo problema.
Ahora bien, resulta que en los últimos años varios bancos centrales han hecho trampas creando dinero e inyectándolo al sistema financiero global así como muchos gobiernos han aumentado la cantidad de deuda que deben. Y sin embargo, todo ese capital no ha generado una inflación que justifique esa expansión monetaria ¿por qué? No hay un solo motivo: los $ de la FED han exportado la inflación a países emergentes por su carácter de moneda global, el aumento de impuestos y la rebaja de salarios en Occidente ha provocado un descenso en el consumo interno que ha llevado a una reducción de márgenes que se ha trasladado a los precios, la crisis ha reducido el poder adquisitivo lo que ha llevado al consumidor a adquirir productos de menor coste… Pero a mi juicio todo ese dinero sí que ha generado inflación sólo que no en la economía real donde esos fondos apenas han llegado debido al cierre del grifo crediticio y la reducción de las inversiones públicas, sino en los activos financieros. Ahora mismo la capitalización bursátil global está en máximos históricos, la deuda pública ofrece rentabilidades históricamente mínimas así como la privada, incluida la calificada como bono basura. Ahí está la mayor parte de todo lo creado por los bancos centrales que además, con su política de tipos ultrabajos, ha motivado a los ahorradores a aumentar sus inversiones buscando un plus de rentabilidad.
Que las empresas valgan más y que puedan financiarse más barato (así como las administraciones públicas) parece una buena noticia pero comporta graves riesgos. Por un lado los tipos tan bajos suponen una tentación para aumentar el tamaño de la deuda y por otro que las bolsas estén en una burbuja que pueda pincharse en cualquier momento. Y es que parece haber tan sólo dos opciones para el futuro:
- Si como pasa actualmente en Europa se impone el bajo crecimiento y la inexistencia de inflación, los tipos del mercado de deuda –artificialmente bajos por culpa de las medidas de BCE- podrían llegar a tener algún sentido pero como los resultados empresariales no podrán crecer en ese contexto y al final las bolsas se componen de empresas, la posibilidad de un crash bursátil será muy alta puesto que no se justificaría su cotización. Ya vimos en el 2000 con el estallido de la burbuja “.com” las consecuencias de una fuerte corrección de los mercados de renta variable.
- Si la bolsa tiene razón y la economía crece y vuelve la inflación, los bancos centrales retirarán la liquidez inyectada y subirán los tipos de interés por lo que el crash en los mercados de deuda será brutal lo que afectaría muchísimo a todas las compañías y estados endeudados y sobre todo a las entidades financieras.
Ambas posibilidades acaban con una crisis. Pero claro, no nos deberíamos extrañar puesto que la historia ya nos ha enseñado que la expansión monetaria las provoca cada cierto tiempo. ¿Llegará algún día la definitiva? Seguro aunque puede tarde un año o un siglo, esto no es nuevo, ya los romanos jugaban a depreciar el valor del dinero hace casi 2 milenios reduciendo la cantidad de plata en las monedas: