Por parte española, en las elecciones europeas podrán votar 36.546.270 personas de las cuales 1,7 millones son españoles que residen en el extranjero y 336.000 ciudadanos comunitarios que residen en España. La abstención será enorme, no sólo porque estamos todos muy hartos de los políticos, es que es muy evidente el abismo que separa al Parlamento Europeo y al ciudadano europeo. Decir que la orientación política de los eurodiputados podría cambiar la actual gestión de la crisis en Europa es una mentira porque ellos no deciden ya que todo está en manos de los gobiernos nacionales y creo la mayoría lo sabe. Los que voten en España lo harán en clave interna: castigar o aprobar a Rajoy, apoyar a “su” partido y/o mostrar descontento hacia los habituales. No creo que por ejemplo alguien que vote al PSOE piense que Valenciano va a cambiar la actual política que se hace en Europa –caso de que sinceramente quiera hacerlo- cuando se integrará en el mismo grupo que los socialistas alemanes que gobiernan en coalición con Merkel o de los socialistas franceses que acaban de aprobar unas medidas similares a las que está realizando Rajoy en España o de los socialista italianos de Renzi, personaje que el viernes pasado alabó la última reforma laboral del PP.
Es decir, creo que para la mayoría de los que voten para elegir a los 54 diputados españoles, Europa será algo secundario. Lo que estarán eligiendo es una pequeña fracción un €Parlamento que en las elecciones de hace 5 años quedó así. No estoy a favor de la abstención ya que ésta beneficia a los partidos grandes y a que gracias a que no hay circunscripciones es más fácil que un partido pequeño consiga 1 escaño y de este modo pueda haber alguna esperanza de cambio, que empiece a destacar y tener voz –siempre en clave nacional- alguna opción que realmente quiera resolver los errores del sistema en lugar de utilizarlos en su provecho y el resultado del domingo le sirva de trampolín. No soy optimista pero mejor hacer algo aunque sea poco que no hacer nada. En cuanto a las consecuencias económicas de la nueva composición del Parlamento Europeo pocas, si acaso el resultado en Reino Unido, Francia y Holanda donde podrían obtener un gran apoyo partidos que abogan uno –UKIP- por negociar la salida de su país de la UE, otro –Frente Nacional- incluso de la €zona y el líder del holandés Partido por la Libertad que directamente afirma “Con mayoría absoluta, me desharía de la Unión Europea” . Es algo que preocupa. Por ejemplo, os copio un par de fragmentos de un artículo de Javier Solana, europeísta convencido:
Partidos como el Frente Nacional en Francia o el UKIP en el Reino Unido pueden convertirse en la primera opción electoral en sus respectivos países. No son los únicos: en Finlandia, Austria, Holanda, Hungría o Grecia, por citar algunos ejemplos, los partidos antieuropeos, y también los tradicionales euroescépticos, se benefician de la creciente decepción ciudadana con las instituciones europeas, las recetas que se han puesto en marcha para combatir la crisis y la explosión de la brecha norte-sur.
Los mensajes de los antieuropeos están calando de manera preocupante en buena parte de las sociedades europeas, y no deben minusvalorarse. Hoy, sólo un 31% de los europeos dice confiar en la UE, mientras que en 2007 la cifra ascendía hasta el 52%. Si en 2007 sólo un 15% tenía una imagen negativa de la UE, ahora es el 28%. La desconfianza ha crecido enormemente durante la última legislatura europea, que coincide con la mayor parte del periodo de crisis, y la UE sufre una crisis política de primera magnitud.
En cualquier caso, la importancia del €Parlamento es relativa. Como se puede ver en esta infografía de El País es el Consejo Europeo -cada gobierno de cada país- el que tiene la última palabra siempre
Eso hace que el voto de cada europeo tenga un peso mínimo en Europa y que su resultado apenas afectará tanto a las políticas actuales que se están realizando como a los mercados financieros. Éstos acabaron la semana pasada con saldos neutros en bolsa pero cierto repunte en las primas de riesgo de los periféricos de la €zona y en la actual este factor parecía podía provocar cesiones en las bolsas europeas pero no ha sido así. Tras algunas sesiones de mucha volatilidad intradiaria y pocos cambios reales, el lado alcista parece haber vencido y con Wall Street de nuevo en zona de máximos, los índices europeos han recuperado el tono. Fuera de algunas realizaciones de beneficios ante este periodo de compás de espera y de expectación hasta que hable BCE -¡y aún faltan 2 jueves!-, la fe en que hará algo –palpable por la debilidad del €- sirve de freno a las caídas. Por último, hay 3 citas importantes más: hoy se espera que S&P suba 1 escalón el ráting de España y hay 2 elecciones: las europeas ya citadas –que han empezado ya- en las que se espera gane la derecha –con poco margen- con fuerte avance de grupos no tradicionales y las ucranianas del domingo, que quizás puedan tener más relevancia para los mercados que las otras no por su resultado –ya descontado- sino por cómo se viva la jornada electoral en algunas zonas del país.
Algunos Links.
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