Desde que se expandió la Revolución industrial no es la primera vez que parece que no va a ser posible acabar con el desempleo pero siempre han aparecido circunstancias que han dejado mal a los pesimistas. Resumiendo mucho: los agricultores que por culpa de los tractores perdieron sus trabajos se trasladaron al sector industrial, la mecanización llevó a que fuera el sector servicios el que tomara el relevo y en las últimas décadas la revolución de internet y de las comunicaciones creó nuevos empleos que antes no existían. Sin embargo esto no ha sido suficiente, hizo falta una burbuja inmobiliaria (algo tan “primitivo” como la construcción) para que algunos países se acercaran a unas tasa de paro por debajo de la media histórica ya que el sector inmobiliario genera mucha actividad económica indirecta. Por otra parte, hace unos días Canadá anunció que en 5 años piensa acabar con el sistema de correos y por tanto los carteros desaparecerán víctimas del éxito de los e-mails por lo que los avances tecnológicos siguen destruyendo empleos.
Y es que hace falta más, nuestro sistema económico basado en el crecimiento económico y el consumo necesita de la innovación. Es evidente que en algunos aspectos recientes ha habido avances como el que ha llevado a los EUA a un aumento espectacular en la producción de combustible gracias al controvertido fracking pero da la sensación que se está perdiendo fuelle. A mi al menos me lo parece, me decepciona que no estemos colonizando el mar ni otros planetas ni hayamos encontrado una máquina –similar a un televisor, que podamos tener en casa- que mejore nuestra salud. Y no soy el único que lo piensa, me alegró leer un artículo del empresario de Internet Peter Thiel y del legendario campeón de ajedrez Garry Kaspárov en el FT – también el economista Robert Gordon sostiene una postura similar-, señalando que el motor tecnológico que ha impulsado a la Humanidad de una meseta económica a la siguiente durante los últimos 200 años no se aprecia en la actualidad. Simplificando, que Internet puede ser genial pero no está a la altura del agua corriente, la electrificación o el motor de combustión interna. Adair Turner lo explica muy bien aquí:
El cambio tecnológico es la esencia del crecimiento económico. (…) Las nuevas tecnologías exitosas siempre causan pérdidas de puestos de trabajo en algunos sectores, que son compensadas por nuevos puestos de trabajo en otros sectores. Por ejemplo, los tractores destruyeron millones de empleos agrícolas, pero los fabricantes de tractores, camiones y automóviles crearon millones de nuevos empleos. Sin embargo, las nuevas tecnologías vienen en formas sutilmente diferentes, con consecuencias económicas que son intrínsecamente diferentes. Las nuevas tecnologías en la actualidad pueden tener efectos distributivos mucho más preocupantes que aquellas de la era electromecánica.
Los seres humanos tenemos una cualidad que parece es única en el mundo animal: una vez cubiertas nuestras necesidades básicas (comida, bebida, acomodo…) no nos conformamos. Algunas tribus primitivas aisladas han sido la excepción pero lo cierto es que la mayoría, al entrar en contacto con otros humanos, han acabado codiciando lo que los demás tienen. Eso no nos hace mejores ni peores, simplemente es como somos: los millones de chinos que sufrían hambre hace algunas décadas y ya no lo hacen no se instalan en la felicidad de estar alimentados, no se conforman y quieren más. El avance de las comunicaciones y la globalización ha llevado a que casi todos los humanos aspiren a vivir donde saben que se vive mejor, a tener los avances sociales y los objetos tecnológicos que saben que tienen otros. Resumiéndolo mucho: la mayoría de los 7 mil millones de habitantes del planeta quieren vivir como noruegos… y lo van a intentar.
La postura optimista dice que, ya que la población ha crecido y aún así, el nivel de vida medio de la humanidad también, es lógico pensar que la evolución futura será similar. Según esta visión, las sociedades se auto-regulan, si antes era con las guerras, ahora según mejora la economía el crecimiento poblacional se reduce y todo esto, unido a los grandes avances científicos, proporcionará un futuro mejor aunque seamos más. La actual crisis parece apuntar a lo contrario ya que hay algunos países –como España- que difícilmente estarán mejor en 2017 de cómo estaban en 2007 pero también es probable que a nivel global esta recesión, aunque perjudique a Europa, no detenga la mejora en la calidad de vida de muchas más millones de personas en el mundo puesto que la economía mundial –y en especial la india y la china, los países más poblados- no deja de crecer.
Por desgracia, este sistema económico sin más mejoras tecnológicas sustanciales podría no ser suficiente para dar ocupación e ingresos (para consumir lo suficiente) a ese crecimiento demográfico. Yo no soy optimista pero me gustaría saber vuestra opinión: puesto que necesitamos la ciencia para producir y progresar ¿estamos sufriendo actualmente un estancamiento con tanta tecnología de la información o hay que confiar en que conseguiremos una nueva revolución industrial que pueda garantizar que no habrá una involución a pesar del crecimiento demográfico? Concretando más: ¿Cómo crearemos empleos nuevos en número suficiente?