Es infumable pero estoy absolutamente seguro que si las mismas cosas que ha hecho este gobierno las hubiera hecho uno de otro signo la mayoría de los que hoy apoyan estarían criticando y la mayoría de los críticos estaría apoyando. Hay tanta polarización política, tanta animadversión hacia el que no piensa como nosotros que suerte tenemos de que existan las redes sociales para que la gente expulse su odio con violencia verbal y no con violencia física como en otras oscuras etapas de nuestro pasado. Aún así, da miedo el mal ambiente reinante. Yo, intentando juzgar sólo los hechos y las decisiones, creo que el balance de esta corta legislatura merece el calificativo de malo, lo que para nada significa que crea que otros lo hubieran hecho bien que es algo que nunca sabremos mientras que sí conocemos lo que han hecho estos. Es evidente que el gobierno –que con su estructura actual tiene menos de cinco meses de vida– no tiene la culpa de un virus que ha hecho daño a la salud y a la economía de todo el mundo pero su respuesta ante él no merece buenos calificativos. Tomar la decisión del confinamiento una semana antes podría haber salvado muchas vidas siendo evidente que al menos debería haber cerrado Madrid (de hecho, se habla mucho del 8-M pero es que un estudio dice que sólo el viaje de los hinchas del Atleti a Liverpool el 11 de marzo -2 días después de que Italia hubiera cerrado sus fronteras, cuando ya todos sabíamos de la gravedad- provocaron 41 fallecimientos. La forma de abordar el confinamiento fue absurda, no dejando salir a nadie para hacer deporte a solas durante dos meses, o estableciendo un encierro en zonas sin ningún caso, no haciendo distingos entre poblaciones rurales pequeñas y grandes ciudades. Pero quizás lo peor, a escala de salud, fue la falta de rapidez y eficacia en la compra de materiales. Muchas autonomías tampoco estuvieron finas y donde más claro está es en el desastre de las residencias, pero es más fácil valorar la labor del gobierno central que la de las 17 autonomías por separado. .
La sensación que ha dado nuestro gobierno central estas semanas ha sido la de estar sobrepasado, la de improvisar, la de afirmar que lleva semanas preparando algo y luego cambiarlo dos veces en una tarde (como lo de las salidas de los niños en principio sólo para ir al supermercado), la de falta de transparencia (saltándose la normativa legal no haciendo públicos los nombres de los expertos por ejemplo), la de las mentiras evidentes (como cuando Sánchez se inventó un ránking que no existía), la de las contradicciones (han pasado de afirmar que llevar mascarilla era una exageración a ponerlas obligatorias), la de los llamamientos a la unidad y a unos nuevos “pactos de la Moncloa” mientras se critica a presidentes autonómicos de otro partido, se instiga desde el Parlamento contra rivales políticos o se llega a un acuerdo –del que luego se desdice- bajo cuerda con Bildu para no romper otro acuerdo con Cs y la de las explicaciones estrambóticas (como la de Calvo afirmando que España está más afectada por el virus por la latitud, que es la misma que la de Grecia y Portugal). Una buena oposición lo tendría fácil para hundir la intención de voto de los dos partidos gobernantes pero no es así, creo que si hubiera elecciones mañana no cambiarían demasiado los resultados de las últimas elecciones. ¿Y a qué es debido además de a la torpeza de Casado y al radicalismo de Vox que agrupa aún más el voto que le teme, en torno al PSOE y UP? A la buena propaganda.
Sí, si algo tiene este gobierno es que se vende bien y además tiene muchos medios para hacerlo (empezando por RTVE). Lo vimos el lunes pasado, se gastaron un pastón de dinero público en comprar todas las portadas de la prensa luciendo una mentira tan gorda como que “de esta saldremos más fuertes” ¿qué mejor ejemplo de cuán erradas son las prioridades de gasto de este gobierno? Pero el caso es que propagandísticamente le funciona. Su estrategia ha sido por un lado ignorar lo bien que lo han hecho Vietnam, Portugal, Grecia, Alemania… e insistir en lo mal de Reino Unido, los EUA y Brasil (todos curiosamente gobiernos de personajes de derechas), y por otro resaltar los logros del actual gobierno comparando sus medidas con las de 2008 (como la mentira de que “entonces se salvaron a los bancos y ahora a las personas”). La comparación, aparte de ser un poco incoherente porque deja mal al principal partido del gobierno (también gobernaba el PSOE en el que Sánchez ya tenía cargos -al comienzo de la pasada crisis en el ayuntamiento de Madrid, luego como diputado nacional sustituyendo al dimitido Solbes y votando a favor de los históricos recortes de ZP de hace 10 años), es un tanto absurda ya que la de 2008 fue una crisis que fue llegando por oleadas durante meses (de hecho, al principio nuestro gobierno la negó) y la actual ha llegado de sopetón por lo que el convencimiento de su gravedad fue inmediato y la necesidad de tomar medidas era mucho más urgente. Lo más curioso es que parece que la culpa de lo que pasa la tenga la oposición, como si de ésta hubiera dependido algo de lo decidido por el gobierno; de hecho hay una cadena de whatsapp que dice esto:
Están gestionando la mayor crisis en España desde el Desastre del 98 (pérdida de las últimas colonias españolas en 1898) y, habiendo cometido errores, me merecen todo el respeto. Al fin y al cabo son seres humanos y empatizan. Han tenido la oposición más ruin, mezquina y deleznable de la historia de la democracia. Y es verdad, no es un bulo que, hayas votado a quién hayas votado, estas personas han:
✅ Prohibido los despidos
✅ Dado prestaciones a autónomos y pymes
✅ Dado cobertura a 4 millones de trabajadores mediante ERTEs
✅ Prohibidos los desahucios
✅ Dado moratorias para alquileres e hipotecas
✅ Prohibidos los cortes de suministros
✅ Van a dar un Ingreso mínimo vital para los que no tienen nada.
Y esa es la estrategia publicitaria: responsabilizar a la oposición como si fueran cogobernantes o algo así, y sugerir que los otros lo hubieran hecho peor, algo que de hecho ni ellos ni yo ni nadie sabe porque como hemos visto en Grecia donde gobierna la derecha o en Portugal donde gobierna la izquierda o en Alemania donde gobiernan juntos el PP y el PSOE de allí, no es un tema ideológico, sino de eficacia en la gestión. Y se puede desmontar con relativa facilidad todo lo demás:
- Decir que se han prohibido los despidos es una fake new, quien lo afirma miente. Lo que han hecho es encarecerlos, nada más. Aparte de la mentira, sí que es cierto que seguramente un gobierno del PP nunca hubiera tomado esta medida (quizás uno con Vox puede porque es claramente populista). En cualquier caso, podemos valorarla: España es un país en el que el 95% de las empresas tiene menos de 10 empleados, ¡el 95%! ¿Qué supone entonces para un pequeño comercio que lleva casi tres meses sin ingresos la diferencia entre sobrevivir o cerrar? Pues desgraciadamente en muchas ocasiones recortar gastos y uno de ellos muy alto (recordemos que por decisión de este gobierno hasta el salario mínimo le supone al empleador 17600€ al año) es el salarial, así que prescindir de un 10 o un 20% de la plantilla puede suponer la viabilidad o no de un negocio que, si cierra, hace perder el empleo al 80 o 90% restante. Puede que haya algún empresario que cambie de criterio si el coste del despido es de 33 días por año en lugar de 20 como dicta esta norma pero la inmensa mayoría si despide es porque lo necesita y si encarecen el despido, lo pagará igual… o no lo hará pero cerrará el negocio. Así que a mi me parece una mala decisión en estos tiempos (encarecer el despido, prohibirlo no se ha hecho por más que alguno siga mintiendo afirmándolo)
- Lo de haber dado prestaciones a autónomos y pymes lo hubiera hecho también otro gobierno, de hecho lo han hecho gobiernos de derechas en Reino Unido o los EUA, y en este último caso desde luego mucho mejor. De hecho, la idea de Trump de mandar un cheque a cada norteamericano en función de sus rentas del año pasado le da muchas vueltas como política social efectiva a la amalgama de créditos y avales y al “págame la cuota que te la devuelvo el mes que viene” que hemos visto aquí.
- Lo de los ERTEs es de tener morro cuando los aplican los mismos que quieren derogar la reforma laboral de 2012 que es la que permitió que se pudieran conceder con tanta facilidad (algo que entonces, y desde entonces, los que hoy están en el gobierno criticaban), así que por supuesto hubiera ocurrido lo mismo con otro gobierno. Los ERTEs tienen la gran ventaja de que el trabajador no pierde el trabajo y sigue cobrando y el empresario no pierde el trabajador pero no lo paga y para una situación de crisis temporal como la que se pensaba en marzo es ideal pero claro, tiene un gran problema: que supone que el estado, es decir, el resto de españoles, están costeando los sueldos de personas que no trabajan y eso tiene un coste muy alto. En cualquier caso, no veo mérito alguno en que el gobierno actual aplique una norma que quería derogar y que cualquier otro gobierno la hubiera aplicado igual porque se ajusta totalmente al espíritu por el que fue redactada.
- Lo de prohibir desahucios es pura propaganda, no estamos en 2008 y antes de esta crisis ya era muy difícil hacerlo, de hecho el gobierno de Rajoy ya aprobó una moratoria de desahucios que éstos sólo han renovado. Así que nada nos lleva a pensar que esto hubiera sido diferente con otro gobierno.
- Las moratorias de alquileres lo mismo no lo hubieran hecho otros, pero la de hipotecas creo que sí, de hecho ya hubo algo parecido en la anterior crisis. Además lo de los alquileres dicho así y según tengo entendido, es falso, ya que sólo funciona para los propietarios de más de 10 viviendas pero el 85% de los alquileres son de particular a particular y la única medida tangible (y es algo que he mirado para un amigo) es un crédito al 0% a pagar hasta en 6 años que ni siquiera es efectivo aún, así que lo que parece una buena medida social ha resultado ser bastante menos efectiva que lo que en realidad está pasando en muchos casos: que se ponen de acuerdo arrendador y arrendatario a nivel particular.
- Prohibir los cortes de suministro es otra propaganda, estamos en un país que ni cuando un okupa entra en tu propia casa puedes dejarle sin servicios básicos así que… es relleno.
- El tema del ingreso mínimo vital. Otro nombre muy bien buscado pero que no difiere demasiado de los 426€ de ZP que luego mantuvo Rajoy. Además, es falso que sea para los que no tienen nada, se va a pagar a mucha más gente. Por otra parte, es una medida que ha sido recomendada por el propio De Guindos (antiguo ministro de economía del PP) y ya existe algo similar en Euskadi donde gobierna el PNV (partido más bien de derechas) por lo que es razonable pensar que otro gobierno también la hubiera tomado. Otro tema es el cómo, ya que por ejemplo De Guindos hablaba de que fuera temporal y condicionada a la búsqueda de empleo. Lo cierto es que el ministro actual que se encarga del tema es Escrivá, del que ya hablé (y bien, por cierto) cuando era presidente del Airef, un hombre famoso por seleccionar muy bien el destino de los gastos por lo que no creo su propuesta difiriera mucho de la de otro gobierno algo más moderado. En cualquier caso, si empieza a tomarse como un derecho adquirido el recibir una paga por no hacer nada o hacer muy poco, le puede pasar como al PER andaluz: foco de clientelismo político, de impulsor de actividades en B y de traer inmigrantes para que hagan el trabajo duro en provincias con más de un 25% de tasa de paro. En cualquier caso, faltan muchos detalles para valorarla y, sobre todo, falta saber cómo se va a financiar.
En resumen, por más que quieran hacer propaganda, creo este gobierno lo ha hecho mal y no tengo ni idea de si otros lo hubieran hecho mejor o peor pero como ya pasó tras la crisis de 2008, no hay temas ideológicos: al final todos los gobiernos de todas las ideologías han tomado decisiones similares y por tanto es razonable pensar que en España las medidas no hubieran diferido mucho con otro gobierno, lo que cambia –como se ha visto en otros países que lo han hecho mejor que otros que lo han hecho peor- es la capacidad ejecutiva, no si el gobernante es de derechas o de izquierdas. Por desgracia, España lo tiene muy mal económicamente por su alta dependencia del turismo, lo mal que están nuestras cuentas públicas y por lo estricto que ha sido nuestro confinamiento (peor que en Wuhan) y cuanto más dure la crisis más necesidad de endeudarnos tendremos y más posibilidades habrá de que quien nos preste ese dinero nos obligue a recortar gastos. Entonces el gobierno o, como yo espero, un UP en la oposición que dejará solo a Sánchez cuando tenga que recortar, echarán la culpa a Europa de todo pero no, nuestros gestores políticos llevan gastando (ellos) por encima de nuestras posibilidades mucho tiempo y ellos son los responsables.