Cuando la crisis se hizo notar en 2008 (empezó el año anterior pero algunos no lo reconocieron) una de las reivindicaciones que más se leían en los foros y de algunos opinadores es que la culpa era de los bancos por prestar sin ton ni son. No les faltaba razón y no porque concedieran muchas hipotecas –que también- sino sobre todo por los enormes créditos a promotoras, empresas de construcción, inmobiliarias y chiringuitos empresariales varios. Sin embargo, en la actualidad hay un clamor popular y en los medios en culpar a los bancos de no dar crédito. Y es curioso porque si la mayoría estamos de acuerdo que el sistema financiero se equivocó en 2007 a pesar de estar entonces bien capitalizado, de invertir en un país cuya burbuja inmobiliaria era considerada un mito (lo podéis leer aquí) por el “prestigioso” José Carlos Díez, con una deuda pública que era la mitad de la actual, superávit presupuestario, alto crecimiento y previsiones favorables avaladas por el FMI de Rodrigo Rato (que hay para todos) y un paro en mínimos (8.5%), ¿Cómo es posible que se considere medianamente razonable que en la actualidad concedan créditos con un país sumido en la depresión, gran parte del sistema financiero rescatado y zombie (algo que algunos ya predijimos que pasaría hace años) y lamorosidad por encima del 10% (163 mil millones de €)? Yo veo claramente que hay una contradicción en por un lado echar la culpa a los bancos por arriesgar mucho en el pasado y exigirles ahora que asuman un riesgo mucho mayor porque ellos están peor y la situación económica también.
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En los últimos años un país de la €zona –Grecia- ha hecho una quita de su deuda haciendo perder mucho dinero a aquellos que confiaron en su solvencia. Pero no sólo no han desaparecido las ganas de invertir en deuda emitida por estados, es que muchos emisores lo están haciendo en tipos mínimos.
También ha habido un corralito dentro de la €zona motivado porque de un día para otro han confiscado parte de los depósitos bancarios. Pero no ha habido fuga de capitales ni pérdida de confianza en el hecho de depositar los ahorros en una entidad financiera.
Las elecciones en Italia, uno de los países fundadores de la UE y uno de los mayores impulsores del €, han dado como resultado que dos grupos políticos tendrían mayoría suficiente –si se pusieran de acuerdo- como para gobernar y ninguno de los dos descarta sacar al país del €. A pesar de que las opciones políticos “anti€” crecen con fuerza en toda la €zona y en ese escenario quien más perdería sería Alemania, la bolsa de ese país está en máximos históricos ignorando ese riesgo además de ignorar el de las consecuencias de la actual recesión en la €zona, que vistos los PMI´s de ayer no parece vaya a acabar pronto.
A todos nos encanta sentirnos seguros, saber que los cimientos de nuestra vida son lo más sólidos posibles pero estamos expuestos a factores impredecibles. Por ejemplo, dicen las estadísticas que cada 30 segundos muere una persona en el mundo en un accidente de coche, ¿Cuántos al despertarse esa mañana esperaban un final así? Lo mismo nos pasa con la economía: queremos estabilidad y queremos confiar en que no vamos a sufrir sustos periódicos que hagan temblar los cimientos del sistema financiero mundial y que amenacen nuestra calidad de vida. Y sin embargo ocurren, en España una persona con poco más de 50 años ha tenido la oportunidad de vivir una crisis casi cada 15 años: la de finales de los ´70, la de 1993 y la iniciada en 2008.
La primera se alargó muchos años y se mezclaron en ella muchos factores: inflaciones del 20%, inestabilidad política, atentados, mucha juventud cayendo en la droga, problemas sociales… la segunda personalmente la viví en una situación laboral buena pero fui consciente de su gravedad: el 25% de tasa de paro de 1993 era dramático y sin embargo duró poco y a partir de 1994 se mejoró a gran velocidad, tanto que en el 2000 la tasa de paro llegó al 10%. Ese 25% parecía algo irrepetible: empezamos el nuevo siglo y formábamos parte de la €zona, éramos AAA y si el paro no se reducía más era porque el país se llenaba de emigrantes al calor de nuestro gran crecimiento económico. Muchos españoles de 30 años nunca habían vivido una crisis hasta 2008 (porque la anterior la pasaron de niños) pero, probablemente, si llegan a viejos aún les quedarán por vivir varias más. La pregunta es obvia: ¿No hay alguna forma de evitarlo?
Hay ocasiones en que los dirigentes toman decisiones que coinciden bastante con ideas y propuestas que yo llevaba pensando hacía tiempo e incluso que he escrito en esta web como cuando en abril de 2009 abogué porque las cajas se convirtieran en bancos y pagaran las ayudas públicas cediendo su propiedad al estado, algo que acabó pasando… lástima que cuando se hizo fue tan tarde que ya las cajas tenían valor negativo. Hay más ejemplos pero hoy me quiero fijar en una propuesta que hice en enero de 2012 y cito textualmente:
…voy a hacer una propuesta que creo sería un buen regalo de Reyes para la economía real si BCE me hiciera caso… Yo propongo que el BCE establezca como tipo oficial de sus depósitos el -1%, que a los bancos les cueste mucho dinero en intereses no hacer su trabajo (estableciendo un importe mínimo de depósitos por banco al 0%, tan sólo castigando los excesos). Y si a pesar de eso siguen empeñados en hacer lo mismo, como BCE es una institución pública europea, que todo el beneficio obtenido en estas operaciones se destine a ayudar en algunos costes de la UE. De este modo, o los bancos mueven más el dinero o reduciremos gastos a su costa”
Sé que a veces peco de ingenuo e inocente pero había llegado a soñar con que la gravedad de la actual crisis serviría al menos para que aprendiéramos la lección y no cometiéramos los mismos errores que nos han llevado a la situación actual, que intentaríamos hacer algo distinto esta vez. Por desgracia no es así y volvemos a la irracionalidad de alimentar burbujas como solución. Hagamos un poquito de historia resumida copiándome a mí mismo de un artículo de 2009 y solapando en negrita mis impresiones de hoy:
- El fuerte bajón de la liquidez producido por el desplome bursátil de la famosa “crisis de las .com” en el 2000 fue –tras el 11 de septiembre de 2001- combatido con bajadas de tipos a escala mundial (Greenspan ha quedado como el máximo responsable pero todos los bancos centrales lo hicieron).
Exactamente igual ahora - Una liquidez nueva, favorecida por unos tipos de interés baratos, provoca una fuerte inversión, sobre todo en el sector inmobiliario, y que llega incluso a las capas más bajas de la sociedad. Empieza en los EUA pero se extiende por todo el mundo (salvo raras excepciones como Alemania por ejemplo, debido a su proceso de re-unión entre la RFA y la RDA), y se ve impulsada en España por el fin de la peseta -y la necesidad de convertir el dinero negro en propiedades- y el auge del turismo residencial europeo.
Hoy el dinero para la banca está más barato que nunca porque los tipos de interés reales son negativos y eso está provocando máximos históricos en las bolsas y mínimos de rentabilidad de la deuda pública en los países más solventes pero últimamente esto está dando un giro más y están mejorando también los tipos a los que se financian países que incluso han sido rescatados como Portugal u otros sin ningún prestigio crediticio como Ruanda.
- Las inversiones inmobiliarias no son tan fáciles de mover como las acciones e inmovilizan el capital. La banca, que vive de mover dinero, empieza a titulizar hipotecas, es decir, juntarlas en un paquete, ponerlas un bonito nombre y una rentabilidad atractiva, ayudadas por unas agencias de rating que claramente miden mal el riesgo y la connivencia de los que deberían regular (bancos centrales y autoridades políticas), las venden por todo el mundo. Es decir, las hipotecas en los EUA, que sólo son respondidas por el activo inmobiliario y que son concedidas sin rigurosidad por la banca americana (y sobre todo por las agencias semigubernamentales Fannie Mae y Freddie Mac), entran en las carteras de la banca mundial.
Actualmente, los bonos basura, los peor calificados por las agencias y que son emitidos por empresas prácticamente quebradas (lo más parecido a una hipoteca subprime), están en mínimos históricos de rentabilidad.
- La bonanza económica –más condicionada por el efecto psicológico de la burbuja bursátil e inmobiliaria que por la realidad- y la baja rentabilidad de los tipos oficiales, aumenta la aversión por el riesgo, que claramente se minusvalora, y se complica la ingeniería financiera buscando más beneficio, con productos derivados dependientes cada vez más de más factores. Y una burbuja impulsa la otra…sube la bolsa, sube el oro, sube el crudo …y sobre todo se financian operaciones a largo plazo con deuda a corto plazo, convirtiéndose bancos y cajas de ahorros de medio mundo en creadores de dinero ficticio basado en valoraciones carísimas de los activos que poseían. Algo que por supuesto también le pasa a las familias, que creen que por tener una propiedad con un valor teórico elevado (y un trabajo fijo) pueden vivir como si ese valor fuera efectivo al instante. El gobierno de los EUA actuó del mismo modo, ignorando un altísimo déficit –que era superávit al final de la era Clinton- y gastando billones de $ en guerras cuya rentabilidad económica es –incluso hoy- nula.
A día de hoy, y aunque los bancos están volviendo a invertir irracionalmente aprovechando el dinero barato y los estados no paran de aumentar el volumen de su deuda estando algunos de ellos (como los EUA o España) con un grave desequilibrio presupuestario, las deudas de particulares y pymes sí se están reduciendo porque toda esa liquidez no les llega y su sensación de crisis persiste a pesar de la euforia en los mercados financieros. Esa es la gran diferencia.
- La crisis inmobiliaria empieza en los EUA en 2006 pero también se minusvalora y aunque en verano de 2007 ya hay un gran susto y se empieza a hacer famoso el término “subprime”, una bajada sorpresiva de tipos de la FED parece resolver el problema y por ejemplo el SP500 –la principal bolsa del mundo- marca máximos históricos en octubre de 2007. Pero como hay muy poca liquidez que sostenga los precios de los activos el movimiento por conseguir dicha liquidez se acelera y se produce un círculo vicioso en el que en todos los mercados se vende y se aprovechan los rebotes para vender más, y los bancos cierran el grifo del crédito a clientes y a otros bancos. Así empezó la actual recesión.
Esto aún no ha pasado y no tengo idea cuando pasará (¿días, años?) porque me desconcierta una burbuja de activos sin apenas inflación pero no me cabe duda que también estallará porque sus bases no son sólidas y su efecto tendrá un impacto económico enorme muy negativo. Hay que tener en cuenta que en 2007 la situación económica de las familias era muchísimo mejor que ahora y aún así las consecuencias fueron nefastas.
También podemos hacer una “mini versión española”:
Los bajos tipos de interés y la entrada en el € atraen al capital internacional hacia España desde finales del siglo pasado. El país recibe toda esa lluvia de liquidez invirtiéndola básicamente en el negocio inmobiliario lo que provoca un fuerte endeudamiento privado, alimentado por los bajos tipos de interés y la facilidad crediticia de la que disponen las entidades financieras nacionales gracias a su fácil acceso al exceso de capital global, algo de lo que también disfrutan nuestras empresas. Unas gotas de mala gestión, otras de corrupción y la suma de ambas en las cajas de ahorros mezcladas con una pésima supervisión, agravan especialmente nuestra crisis que empeora a nivel financiero desde finales de 2009 por culpa del contagio griego.
Resumiendo, esta crisis se origina por un exceso de dinero barato que acabó invirtiéndose con muy poca racionalidad. Algunos llevamos desde 2008 insistiendo que la mejor forma de acabar con ella es deshacer todas esas malas inversiones cuanto antes para empezar de cero y con más cabeza. En lugar de eso, los gobiernos y bancos centrales han hecho todo lo posible para que no haya quiebras bancarias ni haya suspensiones de pagos de países lo que a mi juicio está alargando innecesariamente la crisis. Tenga o no tenga razón, el caso es que los síntomas que actualmente se están viendo son muy similares a los de 2007 y en algunos casos, incluso peores.
Lo último es que parece ser que hay un proyecto por el cual BCE compraría créditos dudosos de bancos del sur de Europa con la excusa –falsa, es otra ayuda más a la banca- que llegue el crédito a las pymes. Hinchando el balance de nuestro banco central de basura (¿los miles de millones que Pescanova le debe a NovaCaixaGalicia por ejemplo?) lo único que hacemos es trasladar riesgo privado a un organismo público socializando las malas inversiones e hinchando la enorme burbuja, exactamente igual que en 2007. La gran diferencia es que en esta ocasión las familias y empresas, el sector privado, se están desendeudando pero si sigue esto así, a poco que empiece a mejorar algo la situación económica ¿Cuánto tiempo tardarán los bancos centrales en volver a contagiarnos su burbuja? ¿De verdad no hay otra forma de salir de esta que sentar las bases de la siguiente crisis?
En el subconsciente colectivo a mucha gente le queda la sensación que los que perdieron dinero con Afinsa (esta semana se ha cumplido 7 años del escándalo) o con los pagarés de Rumasa son culpables por meterse en inversiones que no estaban lo bastante reguladas pero no es así. Por supuesto tienen su responsabilidad pero Pescanova estaba auditada y controlada por la CNMV, Bankia también, las preferentes se comercializaron sin impedimento legal… A veces pensamos que lo que pasa ocurre por falta de supervisión y no, el sector más supervisado del mundo, el financiero, no para de meter la pata e incluso de engañar al cliente con el beneplácito de la Administración de turno.
¿Es la solución no supervisar, no intervenir? Lo siento por mis amigos liberales pero no estoy de acuerdo: creo que por desgracia la incultura financiera del ciudadano medio y la sinvergonzonería de muchos ejecutivos obliga a una supervisión total, a una casi censura. Por supuesto hay que hacerlo mejor que hasta ahora pero hay que hacerlo. Además, una de las reformas más necesarias que existen en España es el cambiar la aparente impunidad de los que causan los más graves problemas financieros en este país a la que por supuesto unir un cambio cultural para que no vuelva a ocurrir que las personas se preocupen más de los detalles del móvil que compran que de la hipoteca que firman.
Pero lo peor es la impunidad que otorgamos a los políticos cuando son los máximos responsables de todo esto, asumimos que existe falta de honestidad y lo aceptamos sin rechistar en lugar de luchar contra ella o al menos elegir a alguien adecuado para que la combata. ¿Por qué no exigimos una ética irreprochable a aquellos a los que votamos? ¡Si fuéramos tan comprensivos con las mentiras de nuestra pareja como lo somos con las de los políticos que votamos habría menos divorcios! Estamos avalando que nos mientan o que encubran a delincuentes y pretendemos que a los que no castigamos por ello, sean honestos y supervisen bien o al menos encarguen esa labor al más adecuado, ¿No es un poco ingenuo por nuestra parte? ¿Por qué van a ser éticos si no van a recibir un castigo electoral por ello?
En cuanto a la semana en los mercados tras los apoyos de la FED y el BCE de la semana pasada, el buen dato de creación de empleo USA del viernes y la bajada de tipos de Australia el martes, se han sucedido máximos históricos en el Dow Jones, el S&P500 y el Dax alemán y anuales en el Nasdaq y varias bolsas europeas que una vez más anteponen el efecto “bancos centrales” a la clara recesión económica en el continente que muestran los datos día sí y día también. Y eso que entramos en unos meses que no son los mejores, estadísticamente hablando:
Lo más llamativo es quizás el cambio de sesgo en el Ibex: la bajada de rentabilidad de la deuda ha dejado de ser un acicate para comprar en bolsa española (y la subida para vender) como viene pasando desde 2010. Si hace 6 meses le dicen a un analista bursátil que la deuda a 10 años iba a estar rondando el 4% seguro hubiera apostado por un Ibex por encima de 10 mil. Sin embargo ahora parece que a los inversores le preocupa más la economía y lo que antes era síntoma de confianza en este entorno no se tiene en cuenta. Y quizás por eso el Ibex no ha podido alcanzar ¿aún? los máximos anuales de enero, está perdiendo diferencial respecto a otras bolsas del entorno y no acaba de romper la tendencia bajista iniciada en 2007.
Por cierto, hoy es el tercer aniversario de la mayor subida en un día del Ibex en toda su historia (+14.43% en unas horas). ¿El motivo de tanta euforia? El primer rescate a Grecia. Una prueba más de lo estúpidos que son a veces los movimientos de los mercados financieros… Otro ejemplo más reciente es que el aumento de la tensión entre Siria e Israel (que puede provocar una guerra en uno de los focos más “calientes” del planeta y con un contendiente al menos con armas nucleares) ha provocado menos movimiento que un atentado aislado en Boston…
Algunos links.
- Un relato histórico de preferentes
- En los EUA los cupones de alimentos casi igualan el coste de las prestaciones por desempleo
- El círculo virtuoso de la Europa zombi
- El miedo a la gran deuda feroz by Ricardo Hausmann
- La continuidad de los Paraísos Fiscales
- La crisis en España. Fíjate en la evolución de las remesas
- El irrelevante debate europeo sobre la austeridad by Daniel Gros
- Por qué el BCE no nos ayuda (más)
- El experimento japonés by Mohamed A. El-Erian
- Francia y Alemania, 30 años en una imagen