Se rumoreaba que el gobierno español esperaría a las elecciones autonómicas del pasado fin de semana para pedir el rescate si bien puede que también pesara la reunión europea del viernes pasado pues podría haberse dado el caso de conseguir evitarlo. No fue así. Mientras no haya supervisor único bancario, el MEDE no inyectará directamente en el capital de la banca, y lo que se traspase al MEDE cuando finalmente lo haya será “sin legado” (todas las pérdidas que vengan de la etapa anterior, correrán a cargo de los Estados). Por eso el retraso hasta 2014 que se confirmó en la €cumbre la semana pasada es muy perjudicial para España –y el Ibex lo notó el viernes- que tendrá que afrontar el deterioro de sus cifras por las ayudas a la banca y del Banco Malo. Por supuesto tendrá el dinero europeo prestado en buenas condiciones del rescate bancario pero no podrá evitar que todo este proceso compute como más deuda pública y a la postre más déficit. Todo esto reducirá aún más la poca confianza que los mercados tienen en España y provocará que el rescate total se haga imprescindible ya que sin él no será posible afrontar los vencimientos de deuda de 2013. La incógnita es si bastará con las compras de BCE o si hará falta además un crédito del EFSF/ESM pero ya pocos dudan que se pedirá el rescate e incluso se ve muy peligroso que no se haga.
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Es un poco absurdo buscar un momento concreto para el comienzo de la actual recesión pero ya que en octubre de 2007 el principal índice bursátil del mundo, el S&P500, marcó máximos históricos y un mes después hizo lo mismo el Ibex español, un día intermedio puede servir como cualquier otro para fijar una arbitraria fecha de comienzo de la actual crisis, basándonos en el comienzo del pinchazo de la burbuja bursátil. Según esto, estamos en el quinto aniversario de una situación económica que, en la mayor parte del mundo, está en una fase de empeoramiento tras una falsa recuperación y que en España supone, sin lugar a dudas, el peor momento económico del presente siglo. Ya hemos tratado otras veces sobre el origen de todo esto, tanto de los hechos globales como los intrínsecos de nuestro país, y por desgracia, desde que alguien mentó los brotes verdes en 2009, he escrito un par de artículos titulados “por qué esta crisis va para largo” que están resultando acertados pero hoy quiero comentar 10 cosas que he aprendido con esta crisis. La mayoría he de confesar que las sospechaba pero estos años las he podido comprobar “en vivo” y podrían ser 20 pero no quiero restar protagonismo al foro ya que me gustaría que hoy añadierais las vuestras.
En el discurso de inicio del curso que el director del colegio de mi hija dio a los padres sorprendió a todos recomendando que fuéramos discretos con el tema de la crisis cuando estuvieran los niños delante, que no había que ocultarles nada pero que tanto pesimismo podía afectar a su optimismo infantil y que no era necesario que ellos se preocuparan también. En general la gente creyó que era una actitud bienintencionada pero yo no estuve de acuerdo en absoluto. Primero porque aunque no soy pedagogo dudo mucho que el no hablar de un tema delante de un niño haga que él no se percate, son bastante más listos –aunque sea de forma intuitiva- de lo que nos creemos. Segundo porque parece que sólo hayamos tenido preocupaciones ahora y yo recuerdo que también todos teníamos problemas en 2006 y -como siempre- entonces pensábamos que nuestro problema inmediato era el peor de todos porque es el que más nos afecta, aunque ahora nos pueda parecer nimio y seguro que entonces también se nos notaba. Tercero, y para mi el motivo fundamental, creo que sí hay que hablar de la crisis con los niños, creo que hay que educarles aprovechando el momento histórico que están viviendo. En la escuela aprenderán cómo España llegó a ser un imperio mundial “donde no se ponía el Sol” y lo echó a perder, ¿por qué no mostrarles cómo estamos perdiendo todo el impulso de modernización y progreso generado desde la entrada de España en la UE –y digo UE y no €zona- y convirtiendo el milagro español en un fiasco? Deben aprenderlo y tenerlo muy presente.
Siendo sinceros, cada uno de nosotros tenemos una preeminencia de intereses que empieza por uno mismo y su familia y que va disminuyendo según el “prójimo” sea más lejano geográfica y culturalmente. Y sabemos que con el dinero que nos gastamos en tener un perro o en beber refrescos podríamos evitar muertes de seres humanos pero para la mayoría de nosotros un bebé somalí que no conocemos es menos importante que nuestros caprichos cotidianos. Incluso estos días que España ha decidido empezar a cobrar servicios sanitarios a inmigrantes ilegales, ha habido protestas que no hay contra la falta de atención médica de los familiares de esos mismos inmigrantes que aún viven en su país de origen; es decir, parece que nos importan más porque están más cerca. Asumiendo, sin hipocresías, que esto es así, y que aparte de nosotros mismos, familia y amigos, valoramos más a los humanos de nuestro entorno social y cultural más cercano que a los de fuera, el nacionalismo parece algo normal, que no necesita motivos racionales y por ello está tan extendido. Creo que el genial Quino lo resumió muy bien en esta viñeta
En este gráfico se puede observar la evolución del crecimiento (o no) del PIB en grupos de 5 años desde hace casi 160 años. Los peores momentos (traduzco y resumo un poco) según sus autores coinciden con:
- Revolución que empuja al exilio a Isabel II, crisis del ferrocarril y quiebra de la mitad de los bancos españoles.
- Contagio de la crisis francesa
- Contagio de la crisis bancaria europea
- Guerra Civil (la más grave)
- Y por último la actual crisis
Lo curioso es que si miramos la inflación en España en un periodo similar, comienza un ascenso meteórico coincidente con los años de mayor crecimiento del PIB (hace alrededor de medio siglo) pero las recesiones posteriores no han hecho bajar el IPC
También os muestro un gráfico –que hoy estaría más bajo pues está marcando el 7% que se vio hace unos meses- de la evolución del tipo de interés de nuestra deuda pública a 10 años desde hace casi 2 siglos. Recordemos que España incumplió pagos de su deuda en 1820, 1851, 1867, 1872 y1882 además de no reconocer la deuda del banco republicano en 1939
Lo podéis comparar con este otro, no tan extenso, de la relación entre deuda pública y PIB en España
Las conclusiones os las dejo a vosotros… dicen que es bueno mirar las cosas con perspectiva.
Y si os han quedado ganas de leer algo más, os dejo 5 links de diferentes temas, todos interesantes:
Un estudio genético global ha demostrado lo que la arqueología y la antropología ya habían indicado: absolutamente todos los tipos humanos del planeta, desde los esquimales a los aborígenes de Australia, desde los arios a los chinos, proceden de África. La ciencia pues ha demostrado que es absolutamente cierto lo de que todos somos hermanos si bien ha abierto nuevas dudas ya que se han encontrado restos humanos en la Patagonia que no han evolucionado genéticamente de los del norte de América –que a su vez proceden del grupo asiático- sino directamente del grupo humano original de África por lo que de algún modo -a día de hoy inexplicable- africanos primitivos llegaron por mar a Sudamérica cuando no existían barcos. Dejando esto de lado, lo cierto es que lo racional –y yo diría que lo ideal- sería que hubiera un nacionalismo humano, que el bienestar de otro hombre, aún a miles de kilómetros de distancia, fuera algo que nos preocupara tanto como el de un compatriota. Pero esto no pasa en la realidad.
Por casualidad ví en la televisión cómo un colombicultor explicaba que en épocas de hambre en España se criaban palomos que se soltaban para que ligaran con alguna hembra, trajeran a su vuelta a las jaulas a las palomas conseguidas y que éstas sirvieran de cena esa noche. El otro día contaba Perpe, que vive en Shanghai, que allí hay un mercado de compra-venta de palomas y de sus huevos porque se las comen. En la Gran Depresión se hizo famosa una frase de Grocuho Marx: “No entiendo de economía, pero sé que las cosas van bien cuando son los neoyorkinos los que dan de comer a las palomas y no las palomas las que dan de comer a los neoyorkinos”. Es decir, estamos en crisis, hemos perdido mucho con ella, pero aún somos –en la Europa del siglo XXI en comparación a muchas zonas del planeta- unos privilegiados. Por supuesto tenemos toda la razón para quejarnos, tenemos derecho a ello y debemos hacerlo porque no es justo aceptar una involución como la que está provocando toda esta situación pero nuestro problema –al menos aún- es de calidad de vida mientras que para cientos de millones de personas el problema es la supervivencia.
Por razones –también de casualidad y que no vienen al caso- acabé ayudando a un cura con el aluvión que –antes de esta crisis- tenía de inmigrantes ilegales, especialmente con los de Europa del Este, que apenas chapurreaban algo de inglés y con los que no conseguía comunicarse. Era una labor enriquecedora y con la que aprendí mucho, desde cómo viven realmente los que duermen en la calle (su complicidad por ejemplo con encargados de grandes almacenes para asearse en los baños a unas determinadas horas) a las condiciones de los que consiguen, sin tener papeles, alguna habitación en algún piso-patera pasando por entender el pánico que suelen sentir todos por usar los albergues municipales por el miedo a robos (es curioso cómo los inmigrantes de un país de quién más desconfían es de los inmigrantes de otro país) etc. Y el proceso siempre era el mismo: en un primer momento, asustados como estaban por una posible deportación, agradecen exageradamente toda la atención que se les muestra, sus caras de alegría son toda una motivación pero en cuanto pasan algunos semanas y a veces en días, empiezan a poner peros a la ayuda que reciben. Recuerdo que nos llegó un cargamento de latas de kilo de carne en salsa procedentes del Ministerio de Asuntos Exteriores y que estaban destinadas a ayuda a países árabes (¿por qué llegó a un almacén de comida de Barcelona? Yo también lo pregunté pero nadie me lo supo explicar). El caso es que la etiqueta estaba en español y árabe y decía que el 100% del contenido era ternera (si no lo hacían así, por motivos religiosos podían rechazarlo al pensar que pudiera ser cerdo) y las repartimos pensando que estábamos ofreciendo un producto de mayor calidad de la habitual pero al día siguiente uno me dijo que se lo diera a mi perro, que estaba muy salado. También pasaba que ayudabas a alguien y luego lo veías comprando cervezas en el supermercado…
Pero la cosa fue peor con la crisis y la llegada de nacionales a los comedores: personas que se quejaban de la calidad de la comida, de que los yogures caducaban ese mismo día, de que tenían muy malas digestiones cada vez que comían allí… como dice el título del artículo todo esto es subjetivo y lo mismo otro ha visto otra cosa pero en general ver a personas que se aprovechan de un comedor social para ahorrar y así poder pagar la letra de la hipoteca de ese mes cuando en otro lugar del mundo ese mismo alimento podría salvarle la vida a otro ser humano, me superaba. Me hizo valorar mucho más el trabajo tan poco reconocido de los miles de voluntarios que trabajan en el sector de la caridad en España. Yo no pude soportarlo y como ya no me necesitaban para el lenguaje porque los inmigrantes extranjeros se redujeron al mínimo me dediqué de nuevo a colaborar sólo económicamente pero desde esta experiencia siempre enfocado al Tercer Mundo, donando fondos hacia donde de verdad se puede salvar una vida, no sólo por el alimento, también por ejemplo financiando una escuela cuya gratuidad hay familias en España que no valoran.
Sé que esto que digo es impopular, que la mayoría cree que la solidaridad debe aplicarse primero a los españoles y luego a los demás, que estamos en una sociedad donde la noticia no es que fallezcan 10 montañeros en un alud en el Himalaya sino que uno de ellos sea un compatriota como si su muerte tuviera más valor. Y lo entiendo, si desde niños se nos educa en resaltar las diferencias en lugar de las semejanzas con el resto de miembros de nuestra especie, se nos dice que nuestra tierra es la mejor, nuestro equipo de fútbol el que siempre debe ganar, nuestra religión la única verdadera etc. se nos queda enganchado en el cerebro, por eso la mayoría de la gente es nacionalista –con estado o sin estado, ese es otro tema- y entiendo que mi postura es minoritaria pero cada uno es como es. Dejemos pues para otro artículo un “economía subjetiva: nacionalismo” (de paso, aunque lo voy retrasando cada semana porque me parece un debate estéril, valorando económicamente una posible secesión dentro de España) y quizás otro en el que trate también sobre la solidaridad pero no de la voluntaria, sino de la obligatoria: los impuestos. Tampoco mi postura es la más popular en ese tema.