“El último duro que se lo gane otro” es un viejo dicho de bolsa que incide en la idea de que no hay que ser codicioso e intentar vender con beneficios no sea que por apurar perdamos ese dinero que tan cercano está. Tiene su parte de razón pero ha servido como excusa para uno de los peores males del inversor/especulador en bolsa: vender demasiado pronto. Y es que sobre cómo identificar un buen valor hay muchas teorías y algunas son hasta acertadas pero es el momento de entrar o de salir el que en muchas ocasiones determina el éxito de una operativa bursátil. Una vez más, todo es psicología: la mente nos anima a convertir en dinero las ganancias para hacerlas físicas igual que nos insiste en aguantar las pérdidas y no vender para así no hacerlas reales. Pero son trampas de la mente: lo importante es tener un sistema que limite al mínimo las pérdidas y amplíe en lo posible las ganancias. Vender porque se está en beneficios no es un argumento suficiente para hacerlo, hay que vender cuando detectemos que la tendencia empieza a cambiar y eso puede ocurrir con un +2% o con un +20%. Alguien que compró Apple a 300$ hizo mal si vendió a 400$ o a 500$ aunque ganara, porque limitó sus ganancias vendiendo un valor en tendencia claramente alcista. No hay que aspirar a vender en los máximos nunca –porque entonces hubiéramos vendido las Apple la primera vez que marcó lo que en su momento eran los máximos-, sino cuando percibamos que no va a haber nuevos máximos, cuando detectemos un agotamiento. De este modo no alcanzaremos ese “último duro” del dicho porque sólo estaremos seguros de que se ha alcanzado un máximo cuando ya lo haya perdido pero estaremos más tranquilos de no vender algo que aún tiene mucho recorrido. Con todo, yo aplico mucho ese dicho al momento de comprar, que es el clave. Estoy harto de ver cómo mucho compran cuando consideran que un valor ya ha caído lo suficiente como si eso se pudiera determinar, ¿O es que alguien vaticinó la cotización actual de Iberdrola o de Repsol? (y cito estos dos porque son mis 2 valores favoritos del Ibex –para cuando sea el momento de comprar- y así como no me sorprendo de otras cotizaciones, jamás imaginé que los vería en estos niveles).
Voy a poner un ejemplo real de hace unos días: Nokia –por no hablar siempre del Ibex- es un valor en clarísima tendencia bajista que se ha desplomado desde los casi 28€ de finales de 2007 a los 4.08€ con los que cerró en marzo de este año. El 11 de abril abrió a 3.81€ y de repente la compañía comunicó que sus resultados, a publicar en unos días, serían menores a los esperados y en pocos minutos la acción comenzó a caer agresivamente. Conozco al menos a 2 persona que, como 3.30 era un nivel de soporte según los gráficos, pusieron orden de compra ahí. Se ejecutaron pero el movimiento no se detuvo y a los pocos días tocó los 3 euros, tuvo un mínimo rebote y volvió a bajar hasta otro soporte clave: 2.60€ donde tuvo otro diente de sierra hasta 2.84 y volvió a caer para estabilizarse en torno a 2.70€. Los que pusieron orden a 3.30 cayeron en lo mismo que los que quieren vender en máximos: buscaron un nivel apetecible pensando que era el adecuado en lugar de esperar a ver cómo reaccionaba el valor. Si hubiera rebotado en 3.30€ perfecto para ellos pero el no hacerlo les ha costado más de un 20% de pérdidas mientras que si se hubieran esperado si llega a subir habrían tenido que comprar más caro –habrían perdido ese “último duro”- pero lo habrían hecho con mucha más seguridad. No sé qué pasará con la evolución de Nokia pero si yo quisiera comprar lo haría una vez rompiera al alza los 3 euros, es decir, no me “aprovecharía” de su actual nivel para comprar porque Nokia no está barato porque en el pasado estuviera más caro, lo estará (o no) si en el futuro lo puedo vender por encima, y es esa fuerza alcista la que debo intentar detectar, una fuerza alcista que no encontraré en un valor que está en caída libre sino en uno que consigue recuperarse con fuerza. Lo que intento explicar es que el momento de vender, y sobre todo el momento de comprar, es tan importante como acertar porque ninguno somos genios, no es posible que acertemos el 90% de las ocasiones, es más, lo más probable es que sólo lo hagamos un 50% y por eso hay que ganar más cuando toque ganar y perder lo menos posible cuando toque –que tocará, es imposible que no pase- perder. Siempre hay que ser prudentes, plantearse el peor escenario y actuar con humildad.
Tras esta “charla” que intenta completar mis 4 consejos para pequeños inversores en bolsa y que de paso responde a la pregunta que me hacen muchos desde hace semanas: ¿Cómo es que no compro nada con lo “barato” que está todo?, pasemos a la actualidad que para mi tiene dos frentes en España:
- El cuadro macro y previsiones gubernamentales hasta 2015 que presentó Luís de Guindos hace una semana. Por un lado tenemos eso tan humano de creer que el futuro siempre será mejor y que, como le pasa a toda institución –pública y privada- que hace predicciones siempre son más positivas cuanto más largo sea el plazo temporal y por otro tenemos lo que se refiere a la actualidad (2012 y 2013) en la que hay bastante realismo: serán dos años en su conjunto de decrecimiento y de nula creación de empleo. Y como Guindos da por hecho que necesitamos un mínimo de un +1% de PIB para crearlo, eso supone que –incluso con su optimismo cara a 2014 y 2015- el número de parados al final de la legislatura será incluso superior al de su comienzo. Todo esto supone oficializar un escenario de larga Depresión Económica.
- El toque en los mínimos de casi 9 años del Ibex, muy diferentes a los de marzo de 2009 –a los que tantos se aferran esperando un rebote similar- ya que entonces la caída fue global mientras que en esta ocasión es el índice español el que cae y cae mientras no hay un solo índice bursátil importante en el mundo que no esté subiendo más del 50% (y algunos como el $&P500 más del 100%) desde aquella fecha. La esperanzadora envolvente alcista que dibujó el Ibex el viernes pasado tras rebotar de nuevo en la zona de mínimos de marzo de 2009 a pesar del desastroso dato de paro y la bajada de 2 escalones en el ráting de S&P, apenas sirvió para maquillar algo el cierre de un pésimo Abril en el que perdió un 12.45% y volver a las andadas ya que el nuevo mes empezó –como es habitual- al alza pero el efecto duró sólo minutos. ¿Por qué tanto castigo al Ibex? Mi respuesta breve es sencilla: porque es español. Por ejemplo Telefónica es una compañía demasiado endeudada para ser de un país que está inmerso en una crisis de deuda tal que amenaza incluso su propia solvencia , si fuera alemana su endeudamiento no sería un problema pero no lo es y es por eso por lo que el análisis fundamental se equivoca tanto con este valor y con tantos otros: las cifras y expectativas de una empresa, incluso si son ciertas, no reflejan los riesgos que ahora mismo hacen huir al inversor. Y estos básicamente el posible rescate (que en el caso de la banca cada día parece más probable) de España y el coste económico –lo hemos visto en Grecia o Portugal- que eso va a suponer, además de lo que podría significar para el futuro de toda la €zona. Para colmo, la volatilidad que pueden provocar las elecciones en Grecia y Francia y el peligro de una corrección global en mayo, un mes malo por estadística, sigue siendo alto.
Algunos links.
- USA vs China
- Los diferentes tipos de IVA en Europa
- S&P: Media de rentabilidad por meses desde 1928 y desde 1988
- Los sectores que España lidera en el mundo
- Realismo sobre el renminbi
- Crecimiento medio del PIB en España por lustros: 1980-84 1.1%, 1985-89 4.4%, 1990-94 1.6%, 1995-99 3.9%, 2000-04 3.6%, 2005-09 1.7%
- “El proteccionismo, incluido el financiero, es un error”
- Comparativa Apple/Samsung
- Rátings de S&P de los estados de los EUA
- The European Strategy Observer – informe en español sobre bolsa europea
- Y hoy no pongo gráficos que ya puse bastantes en el artículo de ayer