He leído un artículo de un tal Roger E.A. Farmer “Professor of Economics at the University of Warwick, emeritus Professor of Economics at UCLA, Research Director at the National Institute of Economic Research” (vamos, que no es ningún tertuliano) que critica la actual labor de los bancos centrales y propone unas medidas muy diferentes: habla de que lo mejor es subir tipos para dinamizar la economía a la vez que los bancos centrales compren acciones de bolsa. Personalmente me parece un disparate pero demuestra, una vez más, que en economía caben todo tipo de opiniones y que nadie tiene la verdad absoluta sobre nada, lo único que no miente son los datos, siempre y cuando nos fiemos de la fuente, claro.
Aunque por ejemplo –un ejemplo bursátil es lo más sencillo- calcular que si hubiéramos comprado hace 20 años acciones de BBVA hoy tendríamos menos dinero pero si lo hubiéramos hecho en un fondo de bolsa mundial tendríamos casi 4 veces más que la inversión inicial, tiene poco que objetar porque son matemáticas. Pero la economía no es eso, es intentar analizar por qué ha ocurrido eso y si de esa experiencia podemos aprender para mejorar el futuro. Ahora que la economía se ha popularizado tanto, hay muchos periodistas que también opinan, lo curioso es que parecen olvidar que para sacar conclusiones hace falta mucho tiempo de estudio, estoy harto de leer en medios on-line que la bolsa está bajando por un dato que acaba de salir y cuando en unos minutos cambia la dirección del mercado otro dice que sube por el mismo dato. El método científico exige no validar hipótesis al tun tún aunque todos tengamos la tentación de encontrar explicaciones a todo.
Dejando los ejemplos bursátiles, hay muchas teorías de unos y otros sobre lo bien o mal que va el mundo y esa opinión en demasiadas ocasiones va antes que los datos que respaldan las posturas. Afirmar que el mundo va peor cuando la mayoría de los datos –con una perspectiva temporal alta- indican lo contrario (al respecto recomiendo este artículo Percepciones y realidades) es demasiado habitual, y el responder al verse sin argumentos que “en unos años veremos”, también. El problema de tomar datos históricos grandes es que hay conceptos que cambian de significado con el tiempo. Por ejemplo, ahora se afirma que la desigualdad aumenta y para apuntalarlo se habla de salarios medios, de ganancias corporativas, patrimonios… y resulta que en un plazo corto de tiempo (básicamente desde que los bancos centrales dedicaron luchar contra la crisis con liquidez que se ha ido sobre todo a activos, enriqueciendo a los que los poseen mucho más que a los que viven de un salario) es cierto, incluso en un plazo superior si hablamos de China, Rusia y casi todos los países excomunistas -otro tema es si los chinos prefieren esa desigualdad a una igualdad por abajo pero como digo, ese es otro tema-. Sin embargo, si hablamos de que la esperanza de vida se ha más que duplicado en el último siglo y que a quien más ha beneficiado ese dato es a la gente más pobre, difícilmente podemos defender que el mundo es hoy tan desigual como algunos dicen, si a eso sumamos la reducción del analfabetismo, del trabajo infantil e incluso que estamos viviendo una de las épocas históricas con menos conflictos bélicos, de nuevo resulta que son los más pobres los que más se han beneficiado. En 1990 –no hace tanto- la proporción de la población mundial que defecaba al aire libre era del 30%, ahora está en torno al 13% (que me sigue pareciendo una barbaridad, claro)
Pero incluso si hablamos sólo de ingresos, si nos vamos a 30 años vista, el ingreso per capita promedio global casi se ha duplicado, por ello en 1990 cerca de cuatro de cada diez habitantes de la Tierra eran pobres en comparación con la cifra actual de menos de uno de cada diez. Por supuesto, hay quien obvia todos estos datos porque el cambio climático nos va arrasar como especie en unos años pero si algo bueno tiene el pasado es que, bien o mal, es muchísimo más conocido que el futuro. En resumen, en economía no hay verdades absolutas pero para sacar conclusiones hay que tener una base de datos amplia como exige el método científico y por eso, por ejemplo, aún es pronto para saber si la actual política monetaria iniciada en 2009 es la adecuada y, al mismo tiempo, tampoco sabremos nunca si otra hubiera sido mejor o peor. Lo que está claro, como podemos ver en esta imagen, es que a España le ha venido muy bien que justo cuanto más deuda emite, menos pague por ella:
En cuanto a las bolsas, sigue la tendencia alcista aunque parece que estos días alguno índices han sufrido algo de “mal de altura”, algo lógico teniendo en cuenta las semanas subiendo que llevamos y lo inestable que parece el tantas veces anunciado acuerdo comercial China/USA. El Ibex, el más retrasado por los líos políticos y el mal comportamiento del Santander desde resultados, no consigue volver a los niveles anteriores al anuncio del pre-acuerdo PSOE/UP pero al menos está protagonizando uno de los culebrones del año a propósito de la opa sobre Bolsas y Mercados Españoles, una compañía que presentó hace unos días unos pobres resultados debido a la constante caída de la negociación bursátil en nuestro país pero que se disparó el lunes un 38% (alegrando a sus accionistas y fastidiando a varios fondos que apostaban contra el valor en corto, demostrando que la idea tan extendida de que son infalibles o que su apuesta es más segura –justo es lo contrario- es falsa) ante el interés de ser adquirida por la bolsa suiza y quizás por Euronext, algo que lleva rumoreándose meses pero que por fin se ha concretado. De nuevo un ejemplo más de cómo los factores reales presentes de una empresa (un negocio que va a menos) pueden importar poco en bolsa. No puedo evitar cierto paralelismo con la cotización de algunos bancos, ahora que otra vez están flaqueando, ya que todos sabemos que acabará habiendo más fusiones y/o adquisiciones.
Links.-
- La manía de decirle a la gente lo que debe hacer con su dinero
- Situación Cataluña. Segundo semestre 2019 – BBVA Research
- Cuando los mercados chocan con la movilidad | by Ricardo Hausmann
- La revolución del dinero digital | by Huw van Steenis
- La necesidad de no perder la perspectiva general en la reducción de la pobreza | by Yue
- ¿Qué sucedió realmente en Bolivia? | by Jorge G. Castañeda
- El derecho a ser visto | by Anne-Marie Slaughter & Yuliya Panfil
- No, el 1% más rico de España no vive de las rentas
- Otro problema de los tipos negativos