Aparte de temas ideológicos, la verdad es que el PSOE, como el resto de partidos, tiene muchos defectos, desde coqueteos con la corrupción (aún estamos esperando la sentencia de los ERES) a una idea de España un tanto confusa según le preguntes al PSOE extremeño o al PSC pero en general, al igual que PP y Cs, tienen una visión de estado similar al de las democracias más avanzadas del mundo y respetan ciertas líneas rojas. No obstante, las circunstancias le vuelven a situar en la dinámica de pactar con partidos que no condenan la violencia terrorista o que no creen en la separación de poderes y piensan que si unos políticos se saltan la ley, no deben enfrentarse a la justicia. Es decir, de nuevo parece que tenemos una situación política empantanada en España y de nuevo ocurre por la negativa de PP y PSOE de pactar entre sí, el mismo motivo por el que en décadas no han podido consensuar una ley de educación y sólo acuerdan nombramientos. Sí, el bipartidismo ya no es tan fuerte como antes pero el problema es el mismo. Cs parecía ser la solución, podría pactar con el PP o con el PSOE y “centrarlos” y así que no tuvieran que ceder con el PNV o con CiU como hicieron en el pasado ambos partidos lo que en teoría debería propiciar que los acuerdos fueran para beneficio de todos y no de algunas autonomías. En 2016 Cs apoyó al PSOE y lo intentaron pero no sumaban, se repitieron elecciones y Cs entonces apoyó al PP pero tampoco sumaban y necesitaron la abstención de un PSOE sin Sánchez.
Un PP apoyado por Cs consiguió sacar en 2018 los PGE adelante –los que de hecho aún están vigentes- gracias a los votos favorables del PNV que unos pocos días después se dio la vuelta y apoyó la moción de censura de Sánchez. Quizás si éste hubiera convocado rápidamente elecciones las cosas serían distintas pero intentó agotar la legislatura con sus 84 diputados y el apoyo de independentistas y radicales lo que llevó a que la ejecutiva de Ciudadanos decidiera –antes de las elecciones por lo que puede considerarse una promesa electoral que muchos no creyeron que cumpliría- que no pactaría con el PSOE de Sánchez cuando, tras el último resultado electoral, sí que tendrían la mayoría que no tuvieron en 2016. Es comprensible que PP, PSOE y Cs tengan sus diferencias pero están condenados a entenderse. Pactar es lo natural y sí, implica cesiones pero sin mayorías absolutas no queda otra, por más que algunos lo critiquen todo por sistema y no acepten que no todo es blanco o negro. Comprendo que los acuerdos del PSOE con determinados partidos en Navarra, Euskadi y Cataluña empeoran aún más la posibilidad de un acuerdo pero hay que pensar en lo que quieren la mayoría de los españoles. ¿Quieren los españoles un gobierno del PSOE con radicales e independentistas, quieren nuevas elecciones, quieren un gobierno PSOE+Cs o quieren un gobierno del PSOE en minoría que vaya pactando, a derecha e izquierda, cada medida en el Parlamento?
Creo que el resultado electoral (son los dos partidos “grandes” que más crecieron respecto al resultado anterior) marca lo tercero, además sería lo mejor para la estabilidad y la economía del país pero si no se entienden Sánchez y Rivera (y/o éste no quiere saltarse su promesa electoral, decidida por la misma ejecutiva que ahora se ha fracturado parcialmente), la segunda opción menos mala parece la cuarta. Basta con que Cs se abstuviera en la investidura aunque en mi opinión deberían hacerlo los dos: PP y Cs. Hay un video donde Casado no hace tanto explicaba que no era comprensible que el PSOE bloqueara un gobierno del PP habiendo tanta diferencia de votos cuando ahora la diferencia en dirección inversa es aún mayor. Ellos pidieron al PSOE que facilitaran la investidura de Rajoy para que no se repitieran elecciones, la situación ahora es la misma y deberían ser coherentes y patriotas y pensar en el bien general. ¿Qué ocurre? Que piensan en términos de intereses de partido. Al PSOE y al PP no le vendrían mal unas nuevas elecciones porque –según las encuestas- uno conseguiría aún más mayoría mientras sigue reteniendo el gobierno en funciones, y el otro –se supone, por la bajada que dan los sondeos a Vox- dejaría más claro (como ya pasó en las locales) que es el segundo y por tanto la “alternativa”. Por el contrario, Cs y UP, que ahora podrían tocar poder, perderían opciones de hacerlo.
Quizás sea ese el motivo pero dudo que vayan a repetirse elecciones cuando los que pueden evitarlas saldrían los peor parados. Mientras, como en 2016, esta situación de gobierno interino no se nota en la economía. Más allá del mal contexto internacional, España está resistiendo muy bien y aunque las perspectivas macro son cada vez más sombrías, está claro que la fortaleza de la economía española es mayor que la de sus políticos y gobernantes… sin subestimar tampoco la enorme ayuda que supone el BCE. Porque yo soy el primero que piensa que su política de tipos ultrabajos va a acabar mal (y sigue la burbuja: Austria ha emitido un bono a 100 años al 1,2%, quien lo compre probablemente pierda poder adquisitivo anualmente durante un siglo ¡por poseer la deuda de otro!) pero de momento, no debemos olvidar lo que eso ha ahorrado a los españoles –ciudadanos y empresas, ya que contrariamente a lo que muchos piensan, esto a quien más está perjudicando es a los bancos- con deudas (y seguro ese ahorro se ha transformado en consumo e inversiones que han impulsado el PIB) que ha cuantificado Funcas:
En cuanto a los mercados, de nuevo se cumple la pauta de máximos en los vencimientos trimestrales y bajadas la semana posterior, ayudadas el martes por las declaraciones de Powell remarcando su autonomía respecto a los deseos de Trump (lo que se interpretó como que no bajará tanto los tipos como el mercado descuenta) pero son cesiones no demasiado profundas y que han provocado (quizás porque menores bajadas de tipos de la FED son buenas para un dólar más fuerte y aquí queremos –sobre todo Alemania, primera potencia exportadora hacia fuera de la Eurozona- eso para que nuestro Euro se debilite), y como excepción a la norma, que las bolsas eurozoneras se comporten estos días mejor que Wall Street. De todos modos tanto el fin de trimestre de hoy como las expectativas del G-20 de este fin de semana sobre una resolución del conflicto comercial USA/China, que pueden verse confirmadas o defraudadas el lunes, hacen impredecible –¡vaya novedad!- el corto plazo de los mercados.
Links.-
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