Hoy es un día que debería celebrar el afán de la sociedad moderna por la igualdad entre hombres y mujeres pero en vez de eso se ha convertido en una especie de ajuste de cuentas de ciertos colectivos feministas y partidos que se apuntan a pescar votos, de algunas mujeres contra todos los hombres. Para mí es evidente que en nuestra sociedad aún quedan demasiados ramalazos machistas y es bueno denunciarlos e insistir en la igualdad. Pero yo no me siento culpable ni por ser hombre ni porque haya mujeres que aún sean discriminadas, y mucho menos porque alguna sea agredida por su pareja. Pretender que todos los hombres somos culpables porque haya maltratadores es como sentirnos todos culpables porque haya asesinos en el mundo. Cada uno tiene un pequeño ámbito de acción para mejorar las cosas en el mundo y sólo es responsable de eso.
La sociedad española ha mejorado mucho las últimas décadas en cuanto a tolerancia, y el machismo –como la homofobia- se ha reducido mucho con la ayuda de un marco legal igualitario. Baste con ver los resultados de esta encuesta: un 25% de media en todo el mundo (en algunos países es el doble) cree que los hombres son más capaces que las mujeres, en España ese porcentaje es del 9%
Pretender romper ese marco legal igualitario que tanto éxito está teniendo favoreciendo a las mujeres discriminando a los hombres, es un error. Los adalides de la igualdad caen en la contradicción más absoluta con este tema. Quizás el mejor ejemplo es que exigen -para mi con acierto- que el hombre se haga corresponsable de los cuidados de los hijos con la mujer pero luego están en contra de la custodia compartida en casos de divorcio. ¿Cómo se come eso? Muy sencillo, porque no están a favor de la igualdad. No son feministas sino supremacistas. El feminismo clásico era un movimiento muy noble que buscaba la igualdad, nunca ha buscado que un sexo tenga más derechos que otro, eso es una perversión moderna.
Otra cosa que hacen las feministas radicales y los partidos que las apoyan, es exagerar los desequilibrios entre hombres y mujeres como por ejemplo la desigualdad salarial. Todos los estudios demuestran que empieza a partir de la maternidad, a partir de ahí muchas mujeres trabajan menos horas y dedican menos tiempo a sus ambiciones profesionales. Si las mujeres priorizan los hijos sobre la carrera laboral y eso incide en sus sueldos, la culpa automáticamente es, según estas feministas radicales, del hombre de la pareja. Es como si dieran por hecho que las mujeres no son capaces de tomar sus propias decisiones y que son sumisas a los deseos de “su hombre”. No, las mujeres toman sus propias decisiones y yo nunca he conocido a ninguna madre de las que me he encontrado en la salida del colegio o en el médico en horario laboral que me diga que están allí en lugar de su pareja porque ésta le ha obligado. Y dudo mucho que aumentar el permiso de paternidad, a costa del empleador de turno, vaya a cambiar eso.
La discriminación de las mujeres sí es muy grave en muchas partes del mundo, allí donde la religión sigue teniendo mucha influencia en el poder civil. Y eso deja en evidencia a algunos que van de feministas. Basta un ejemplo: el mes pasado el canal de televisión estatal iraní IRIB suspendió la retrasmisión de un partido de la liga alemana porque lo arbitraba una mujer (¡!) ya que una fémina en pantalones cortos (y encima con autoridad) es inadmisible para ellos. ¿Sabéis que otro canal de TV es estatal iraní? HispanTV, donde tiene dos programas Pablo Iglesias, uno de ellos con su actual pareja Irene Montero (que el otro día afirmó que “todas las mujeres sufrimos violencia por ser mujeres”) como colaboradora. No creo que haya que explicar más para denunciar la hipocresía de quien cobra de uno de los regímenes más machistas del planeta a la vez que pretende pescar votos presumiendo de feminismo y acusándonos a todos los hombres por el hecho de ser hombres. La batalla por tener políticos coherentes en España sé que es una batalla perdida pero el éxito del verdadero feminismo sí se puede conseguir: luchemos por la igualdad y no por la preponderancia de un sexo sobre otro.
En los mercados, el comienzo de marzo ha seguido la euforia de los dos primeros meses del año en los que han quedado eliminadas todas las caídas del último trimestre de 2018 aunque esta semana se han notado ciertos síntomas de agotamiento, especialmente en Wall Street, tras tanta subida vertical. Curiosamente, con las bolsas en máximos de meses, es cuando los datos económicos están confirmando la desaceleración anunciada si bien creo el factor para que las bolsas europeas puedan seguir subiendo, tras confirmarse las ayudas anunciadas ayer por BCE a la banca, es la sucesión de fechas clave del Bréxit. Este es el calendario propuesto por Theresa May:
12 marzo: Votación sobre el Acuerdo de Salida.
Si se rechaza:
13 marzo: Voto sobre salida sin acuerdo.
Si se rechaza:
14 marzo: Voto sobre extensión de art. 50 (¿3 meses de momento? aunque ya hay legalistas que dicen que cualquier prórroga del Bréxit exigiría que los británicos tuvieran que votar en las elecciones europeas si sigue siendo miembro en mayo, algo que sería realmente curioso) que se debería empezar a aplicar el 29 del actual mes.
Y todos descuentan que se llagará a la votación del 14 de marzo y algunos tienen la esperanza de que los laboristas propongan un nuevo referéndum. Pero en principio, tiene pinta de típica patada para adelante y dejar un tema clave para los albores del verano, época ya típicamente volátil. Y lo peor es que a día de hoy esta parece ser la mejor de las opciones…
Links.
- Situación Madrid. Primer semestre 2019 – BBVA Research
- El movimiento del dictator by Nina L. Khrushcheva
- El argumento a favor del realismo verde by Jean Pisani-Ferry
- Turismo exterior en España: pérdida de tracción – BBVA Research
- La reducción de la pobreza depende del comercio | by Caroline Freund & Robert Koop
- La solución social para la automatización | by Nicholas Agar
- Más allá de la familia tradicional | by Peter Singer & Agata Sagan
- El Brexit es el infierno | by Harold James
- Tontería monetaria moderna | by Kenneth Rogoff
- Situación Illes Balears 2019 – BBVA Research