En 1859 un residente en Australia decidió importar 24 conejos desde Reino Unido. Su idea era disfrutar de la caza. El resultado fue que, al carecer estos animales de depredadores, se multiplicaron de forma descontrolada. Pronto superaron los terrenos de este personaje y se convirtieron en una plaga. Se calcula que en sólo 20 años ya se habían cazado unos 20 millones de piezas y es fácil imaginar que serían bastantes más las no cazadas ya que 60 años después se calculó que existían ¡10 mil millones de conejos! en Australia. Se intentó todo contra ellos (desde vallas electrificadas a cebos envenenados con estricnina) ya que arrasaron la vegetación herbácea de grandes extensiones de terreno lo que a su vez afectó a las especies autóctonas (una de las “ideas” fue importar zorros pero éstos preferían cazar marsupiales y aves que eran más fáciles de atrapar) y a toda la flora y la fauna porque menos pájaros provocaron más insectos y por tanto más enfermedades, incluso en los árboles. Se llegó a construir la Rabbit Proof Fence que es una valla anti-conejos de ¡1.830 kilómetros!
A mediados del siglo XX, temerosos del avance de la desertificación del país, al gobierno australiano se le ocurrió infectar –y liberar- a unos mosquitos con el virus de la mixomatosis (mortal para los conejos) lo que fue un éxito en el corto plazo y hasta se recuperaron pastos para el ganado ya desaparecidos. Pero la selección natural funcionó y los conejos que desarrollaron resistencia a la mixomatosis siguieron reproduciéndose trasmitiéndosela a sus descendientes por lo que el virus fue desapareciendo del país. El problema ha llegado hasta nuestros días y la última gran medida fue hace menos de un año: de un laboratorio de Corea del Sur se obtuvo la cepa RHDV1 K5 de la llamada “enfermedad hemorrágica del conejo” y su aplicación aparentemente está consiguiendo su objetivo sin infectar a otros animales si bien siempre existe el riesgo de que un insecto dentro de un avión sirva de portador del virus y éste se traslade por todo el planeta. No sería la primera vez.