Si hay que apuntarse a criticar al partido del gobierno yo también lo hago, no sólo porque es un ejercicio muy sano (lo llevo haciendo aquí desde 2008), también porque es justo ya que no hemos tenido demasiada suerte con los gestores políticos en este país (queja que yo ampliaría a ayuntamientos y comunidades autónomas) pero este uso político que se hace del problema de las pensiones para criticar al PP me parece injusto primero porque el problema ni es sólo español, ni tiene 6 años que son los que lleva en el poder; además, la aceleración del problema llegó por una crisis económica que se inició años antes de que Rajoy ganara las elecciones. Decir que las pensiones públicas están en riesgo por el nivel de salarios en España no sólo no es cierto (y bastan hacer cuentas para ver que el asunto es mucho más complejo), es que no es algo que haya empeorado en esta legislatura ya que lo más importante, que es el número de personas en activo, ha aumentado. No hay país en el mundo que salga de una crisis (cuyo punto peor desde el punto de vista de datos macroeconómicos fue la primavera de 2013) tan profunda con sueldos más altos que antes de la recesión, igual que no hay una economía con una tasa de paro estructural tan alta como la española (que lleva a que por cada buen puesto ofrecido, salgan muchas ofertas por él) que no priorice la creación de empleo antes que el crecimiento de los salarios. Lo que no tiene sentido es decir que la creación de puestos de trabajo tiene poco que ver con este gobierno (y estoy de acuerdo, desconozco el impacto real de la reforma laboral pero para mi el mayor mérito es de la industria turística y exportadora) pero luego echarle la culpa del nivel de salarios de este país.
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Droblo
Es habitual que tras un acontecimiento traumático en los mercados una gran parte de los inversores se queden marcados cara al futuro por un hecho que no deja de ser pasado. Recuerdo por ejemplo los recelos cuando Google salió a bolsa en 2004, el recuerdo del desastre de las “.com” llevó a muchos a rechazar meter su dinero en una empresa del mismo sector. Y lo mismo ocurrió durante años en empresas que luego han resultado muy rentables como Amazon. Y el mismo fenómeno ocurre en la percepción económica general, en España tenemos un ejemplo muy cercano con el sector inmobiliario. Fue tan acusada la caída de precios desde 2008 y el impacto económico del estallido de la burbuja que el pesimismo se generalizó cuando lo cierto es que ya llevamos unos años de subidas y que la vivienda, aparte de un bien necesario, se ha convertido en una excelente inversión que bate con holgura al IPC.
Personalmente ni me gusta (lo veo más como bien de uso que de especulación y además prefiero la inmediatez para recuperar mi dinero de los mercados organizados) ni entiendo la inversión inmobiliaria entre otras cosas porque depende de muchos factores que lo hacen un mercado poco homogéneo (desde la ubicación a las calidades pasando por las normativas municipales etc.) y además me parece un poco burdo meter en el mismo saco un mercado que incluye un ático en el centro de Madrid, un estudio en la costa y un chalet en un pueblo de Teruel… pero es innegable que para muchos lo es.
Nuevo año que supone la ocasión ideal de jugar a ser profetas, siempre como excepción porque todos, yo el primero, debemos ser conscientes de la imposibilidad de adivinar el futuro. Lo primero es repetir que las tendencias no finalizan porque cambiemos el calendario del salón. Seguramente en los comienzos de 2018 veamos que continúa todo de forma muy similar a 2017 -como resumen os recomiendo que visitéis www.perpe.es para ver las tablas de rentabilidades de todos los activos durante el año pasado- pero si hay que mojarse en cómo acabará, ahí van mis predicciones:
Último artículo del año que invita a hacer un balance de 2017, un año en el que casi todas mis previsiones fallaron porque pecaron de lógicas y olvidaron un importante factor. Quizás el mejor ejemplo sea el €/$, mientras en los EUA han subido tipos tres veces y tienen pensado seguir haciéndolo, mientras allí hace años que el balance del Banco Central no crece y además hay planes para reducirlo en el futuro cercano, en la Eurozona es todo lo contrario: tipos de interés en mínimos y BCE sigue inyectando más y más liquidez. Esto debería traducirse en un € más débil y un $ más fuerte, así como un mayor empuje para las bolsas de aquí (que además no están salpicadas por los líos políticos de Trump y las amenazas de Corea del Norte) que no las de allí… Pues no, este año ha pasado lo contrario. Y ahora, a toro pasado claro, creo que mi mayor error fue subestimar el impacto de la gran rebaja fiscal de Trump.
Como hoy es festivo en algunas zonas de España y están cerrados los mercados financieros y todos estamos de resaca de las fiestas y de preparación para las que nos quedan, voy a escribir poco. Y dado que estos días los medios económicos se llenan de recomendaciones de inversión cara al 2018 voy a recordar una famosa –pero totalmente cierta- anécdota histórica: En 1973 el profesor Burton Gordon Malkiel publicó el libro Un paseo aleatorio por Wall Street. En él explicaba que para comprobar si los aciertos de los expertos eran o no aleatorios debía hacerse, según Malkiel, un concurso entre profesionales y una elección de acciones completamente al azar. La metáfora de esta selección fortuita consistía en imaginar un mono con los ojos vendados lanzando dardos a la página con la lista de acciones del The Wall Street Journal. Luego se compararían los rendimientos de las carteras de ambos contendientes.
Los redactores del diario estadounidense cogieron el guante lanzado por este prestigioso economista. Lo sorprendente es que cuando se comparó el comportamiento anual de la cartera de valores elegida al azar por el mono con el de los fondos de inversión referenciados al mercado estadounidense, la cartera del mono había superado al 85% de los fondos, además de haber superado al comportamiento de los principales índices del país. Este experimento se realizó durante 14 años y en el largo plazo las recomendaciones de los profesionales sí que batieron claramente a las del mono aunque sumando comisiones el resultado fue muy similar.
Visto que el mono es capaz de conocer mejor el futuro que los expertos, lo siguiente que voy a hacer es algo que considero más útil: traducir y resumir unas recomendaciones que en principio no son para inversores sino para especuladores (aunque en mi opinión valen para todos), elaboradas por el prestigioso trader Dennis Gartman:
El resultado de las elecciones autonómicas catalanas son la gran noticia del día. Noticia negativa porque todo apunta a que la inestabilidad que se inició en Septiembre con la aprobación en el Parlament de unas leyes contrarias a la Constitución va a continuar. Las elecciones las ganó Ciudadanos como partido -aunque sólo le servirá para liderar la oposición, algo que ya hacía antes- y los independentistas como bloque aunque hay muchas incógnitas sobre su capacidad para formar gobierno incluso poniéndose de acuerdo los tres grupos (que sospecho no será fácil en el caso de la CUP). Personalmente considero muy importante que los partidos independentistas no han obtenido, una vez más, la mayoría en votos y esto da para muchas lecturas: