Yo creo que es obvio que los seres humanos somos mucho menos racionales de lo que presumimos: arrojamos monedas a fuentes para que se cumplan nuestros deseos, fumamos sabiendo que perjudica a nuestra salud, elegimos para que gestionen nuestro dinero a políticos implicados en corrupción… Y esto lo podemos encontrar también en las más altas instancias, ¿Cómo se explica si no que las dos mayores potencias militares de la historia crearan un arsenal atómico que podía destruir varias veces la vida en todo el Planeta a costa de quitar recursos económicos a su población? Es por eso que yo no me extraño ni de las crisis económicas ni del estallido de las burbujas, por mucho que sean cíclicas y predecibles, son el reflejo fiel del ser humano: capaz de lo mejor y de lo peor, proclive a tropezar 2 o más veces en la misma piedra y que raramente piensa en que el futuro pueda ser peor que el presente. Sólo hay que ver la cantidad de burbujas que han sucedido en la Historia.
Pero hay muchos que piensan que esto no es así, que creen que la economía es algo capaz de ser controlado y que de hecho, la actual crisis está planificada y dirigida. Creen que hay un fin oculto. Normalmente no dedicaría un artículo a intentar refutar lo que algunos piensan: allá ellos. Pero me preocupa que esta creencia en conspiraciones varias se utilicen como excusa para no asumir las culpas por la situación actual, primer paso para intentar poner remedio a las decisiones equivocadas. Es algo muy habitual en la gente que invierte en bolsa y como he dicho en alguna ocasión: “Si uno asume la responsabilidad de sus errores puede solucionarlos pero si busca excusas cada vez que falla, nunca lo hará”
La economía no se puede controlar, ya lo intentó Stalin con sus Planes Quinquenales y fracasó a pesar de tener un poder casi absoluto. Más bien al contrario, lo que nos enseña la Historia es que nadie puede hacerlo: ni las personas ni las instituciones más poderosas son capaces de ello. Hace unos meses tuvimos un ejemplo muy claro: la negativa de una auditoría –que perfectamente pudo haber hecho la vista gorda como seguramente haya hecho otras veces- hizo estallar la crisis de Bankia y a partir de ahí, de repente todo el sistema financiero español se vio afectado y en la agenda política del mundo entero surgió como una necesidad de primer orden el ayudar financieramente a España debido a los movimientos que ello provocó en bolsa, valor del €, prima de riesgo etc. Y por supuesto toda previsión económica referente a España tuvo que cambiar pues se ha pasado –debido a muchos problemas anteriores pero desde luego impulsado por la crisis de Bankia- a necesitar un rescate que pocos veían necesario a comienzos de 2012.
En cualquier caso, si queremos seguir el método deductivo, la mejor forma de comprobar que las últimas crisis no pueden estar dirigidas es porque en realidad no beneficia a nadie, y es más, perjudica especialmente a los que más dinero y poder tienen en el mundo, que son los que más influencia tienen en la economía. Es decir, incluso si fueran tan malvados como para haber provocado esto, en realidad serían también estúpidos.
Quienes defienden la postura de la conspiración hablan de las grandes corporaciones como de las responsables de la crisis cuando son de las más afectadas. Podéis consultar por ejemplo en la lista Fortune de ingresos y beneficios de las 20 grandes corporaciones norteamericanas de 2002, 2007 y 2012 y creo queda clarísimo que el primer periodo (de 2002 a 2007, expansión económica) fue muchísimo más beneficioso que el segundo (de recesión económica), algo totalmente lógico puesto que cuanto mejor nos vaya a todos, más consumimos y por tanto más ganan ellas. Pensar que las empresas quieren quedarse sin consumidores es absurdo, ¿Cómo les va a interesar una crisis financiera que impide que nos endeudemos para gastar? Incluso compañías que estos años han batido récords de beneficios como Apple, ¿Cuánto más hubieran ganado vendiendo cacharros si nuestro poder adquisitivo no estuviera tan menguado?
La banca. A pesar de que salen como los grandes beneficiados de las crisis, los dueños de los bancos –sus principales accionistas al fin y al cabo- son los que más han perdido con el desplome bursátil, el aumento de la morosidad etc. Una cosa es que no hayan sido suficientemente castigados y otra que no estén muchísimo peor que en 2007. Tanto en España como en el resto del mundo. Lo mismo para los que creen que hay un complot para acabar con el € desde fuera: unificar mercados reduciendo costes es el ideal de toda multinacional luego son las más interesadas en que el € exista y triunfe. Y todos hemos visto la capacidad de contagio de cualquier noticia negativa por lo que acusar a otros gobiernos de intentar torpedear el € cuando precisamente su fin es el mayor riesgo económico mundial según la propia ONU tampoco tiene lógica.
Otras teorías dicen que “quieren cargarse la clase media”, ¿Por qué van a hacer eso si son los que más consumen, si precisamente el mayor objetivo es que haya una así en India y China para poder colocar más y más productos? Y como hemos visto, esta crisis está afectando también a su capacidad de consumo. También encuentro absurdo buscar connotaciones políticas como decir que la última una crisis fue provocada por los “neoliberales”, es un sinsentido porque la crisis empujó a más intervencionismo de gobiernos y bancos centrales lo que es anti-liberal y aunque algunos recortes de gasto público de algunos países puedan ser aplaudidos por los seguidores de esa ideología, como han ido acompañados de más impuestos difícilmente puede considerarse esta crisis como una victoria del liberalismo. Y los grandes especuladores tampoco ya que van a rachas.
Las compañías más grandes del mundo son petroleras y financieras, es decir, las más afectadas por una recesión económica y por una crisis que aumente la morosidad. E incluso si estudiamos quiénes son las personas más ricas del mundo (se mida por lo que se mida) no podemos encontrar ningún motivo por el que puedan estar interesados en que al mundo le vaya mal. Por supuesto, el que quiera creer creerá y estoy convencido que es cierto que hay muchos poderes ocultos que desconocemos pero es claramente contradictorio asignar a la economía un comportamiento racional tal como para ser posible que alguien la maneje a voluntad y a la vez, ignorar todos los razonamientos que indican que la actual crisis es dañina precisamente para todos aquellos que más influencia pueden tener en manejar la economía global.