Los republicanos fueron bastante mal perdedores cuando ganó Obama. Se pasaron años insinuando que su presidencia no era legal porque –decían- no había nacido en suelo norteamericano. El propio Trump dio bola a esa maledicencia mucho tiempo. Pero los demócratas están demostrando que tampoco saben digerir su derrota. Por ejemplo, el economista J. Bradford DeLong (que trabajó en la Administración Clinton) argumenta que: “Donald Trump asumirá el cargo habiendo obtenido casi tres millones de votos menos que su oponente; y trabajará con una mayoría republicana en el Senado cuyos miembros obtuvieron trece millones de votos menos que los demócratas” y concluye que “en la práctica, el gobierno de la democracia más antigua del mundo no es democrático”.
Personalmente, todo o casi todo lo que sé sobre Trump me asquea, no me gusta nada ni él ni su programa político pero la ley electoral norteamericana no está en discusión, es un país federal donde el voto total es menos importante que el voto de los diferentes estados. Él ha ganado con casi todos los medios de comunicación en contra y luchando contra la dictadura de lo políticamente correcto. Quizás por la fuerza de esa “dictadura” es posible que si se votara a mano alzada nunca hubiera ganado pero como el voto es secreto, sí lo ha hecho, y tiene mucho mérito que lo hiciera. Por lo tanto, Trump es un presidente legítimo y no cabe ponerlo en duda y por supuesto se merece un periodo de gracia a ver qué es lo que hace.
Soy el primero que desconfía mucho de Trump y que me asusta ver, como ya ocurrió en 2007, la peligrosísima mezcla de una burbuja en Wall Street y un impresentable en la Casa Blanca y es cierto que nunca en la historia un presidente recién estrenado tiene un nivel de aprobación tan bajo pero las encuestas no deciden los cargos electos y el sistema norteamericano de contrapesos de poder es mucho más avanzado que el español por lo que espero que si comete excesos, éstos sean frenados. Aunque yo temo una mala gestión pero no espero grandes cambios, de hecho me parece extraño que haya tantos que los esperen, al fin y al cabo Trump es un viejo rico -tiene ya 70 años (de hecho es el presidente que llega al cargo con más edad)- que ha elegido para su equipo político a miembros ultraderechistas de su partido y militares y para su equipo económico un exdirectivo de una petrolera, otro de Goldmand… vamos, que de revolucionarios anti-sistema actual tienen poco.
Debido a la importancia global de los Estados Unidos podría ser que Trump hiciera una política muy buena para su país pero muy mala para el resto del mundo (o incluso al revés aunque lo dudo mucho) o muy mala para todos, lo verdaderamente difícil es que, si cumple lo prometido en materia económica, haga una gestión que provoque mejoras tanto para los norteamericanos como para los ciudadanos del resto del mundo. Nosotros no le hemos votado y él, como buen nacionalista, no parece preocupado por los que no somos de su nación y está en su derecho, la cuestión es que, más allá de un brevísimo plazo –y a pesar de que él ha convencido a sus votantes de que esto no es así- no es posible que a los EUA les vaya bien si al mundo, y especialmente a socios comerciales tan importantes como México y China, le va mal.
El tema es que la formalización oficial del comienzo de la presidencia de Trump hoy es la noticia de la semana y a partir de ahora, por fin, podremos juzgar los hechos más que las palabras. De momento los mercados están extrañamente tranquilos y es raro porque independientemente de lo bien o mal que lo haga Trump, de siempre los inversores han preferido a gobernantes predecibles y éste no lo es, por lo que mi consejo es comprar volatilidad. Sólo con su agresiva política de comunicación ya ha provocado varios movimientos bursátiles y en divisas, así que imaginaos cuando gobierne…
Las bolsas están cumpliendo la pauta estacional típica de subir mucho las primeras sesiones del año y luego gotear a la baja pero el saldo negativo es mínimo a pesar de noticias como la de que May haya optado por un “Bréxit duro”. Creo que la postura de May es puro cálculo, está en una negociación que ella misma ha situado en dos años y es entendible su actitud porque para ceder siempre habrá tiempo, quizás por eso la libra, tras haber empezado la semana depreciándose, ha acabado fortaleciéndose: será un asunto muy largo. Por lo demás, el activo de los grandes que está dando más alegrías a los que lo compraron es el oro. Como imagen, esta de la variación del IPC donde se aprecia la “vuelta” de la inflación a Europa, ¿acabará por influir en la política de bajos tipos de interés de BCE?
Links.-
- IPC España Diciembre 2016
- Producción industrial en España – Noviembre 2016
- El agua como fuerza para la paz by Sundeep Waslekar
- El orden del mundo by Ana Palacio
- Acostumbrarse a un mundo multipolar by Jeffrey D. Sachs
- Por un multilateralismo inteligente by Javier Solana
- El déficit de Trump by Kenneth Rogoff
- En defensa de la globalización by Jim O’Neill
- Una cuestión geopolítica muy compleja
- El por qué del dónde