Ya que me toca escribir en uno de los días de este absurdo macropuente que muestra una vez más lo poco que debemos fiarnos de las promesas de los políticos (Rajoy aseguró hace años que agruparía festivos para evitar esto) y lo poco prácticos que son (¡con lo fácil que sería que el tercer viernes de cada mes fuera festivo exceptuando Navidad y Año nuevo para diciembre y enero!), imagino que habrá pocos lectores así que me decido por un tema de actualidad ya que ha sido protagonista de las últimas 2 semanas: la muerte de Fidel Castro.
Fidel Castro consiguió algo que algunos ven como un mérito: una sociedad bastante igualitaria. El problema es que la igualdad se hizo por abajo y eso ya fracasó en la Europa del Este, la URSS, el sudeste asiático, China… Precisamente China hace 40 años era como la Cuba actual: todos iguales y los que no lo eran se morían de hambre. Ahora son una sociedad más desigual pero mucho más rica y el cambio se produjo en cuanto se volvió a la propiedad privada. Y es que el ser humano es así, necesita incentivos, es lógico que un cubano que ha estado estudiando durante años para conseguir su título de médico se escandalice de cobrar lo mismo que un camarero que dejó sus estudios y que además incluso puede ganar más dinero gracias a las propinas de los turistas. Los países donde mejor se vive en el mundo son capitalistas, protegen la propiedad privada, incentivan que el que quiera emprender, sea con sus estudios o con su trabajo, pueda tener más beneficios. Y por supuesto, el estado del bienestar se financia con los impuestos de esos que han logrado el éxito.
Se han intentado muchos sistemas, cada generación -más o menos- ha creído encontrar la piedra filosofal pero al final, las sociedades que mejor se han desarrollado han sido aquellas en las que los individuos han tenido la libertad de poder promocionarse. En cualquier caso, me parece estupendo que alguien considere que es un éxito el modelo cubano de sociedad y que piense que su economía funciona bien, que cada uno piense lo que quiera pero lo que no podemos es exculpar por ello a un tirano, es como si exculpáramos por sus ataques a su propia población a Pinochet por sus buenos datos económicos o a Stalin por convertir a la URSS en una superpotencia, sería una perversión moral. Castro fue un dictador que impidió libertades básicas como la de expresión, reunión, asociación… prohibió durante más de cinco décadas que hubiera elecciones libres, aplastó derechos civiles, las cárceles de Cuba están llenas de presos de conciencia y para colmo se hizo suceder por su propio hermano cual monarca absoluto. Estos son hechos indiscutibles, entiendo que haya quien encuentre afinidades ideológicas con Fidel Castro pero es innegable que la mayoría no querríamos vivir en un régimen así. Y entiendo que critiquemos a nuestros gestores políticos porque por motivos estratégicos y diplomáticos tengan que aguantar a dirigentes de dudosa catadura moral como los jeques del Golfo Pérsico pero ellos tienen una excusa teórica: que miran más por el negocio que ellos dejan en nuestro país que por las condiciones de vida de los ciudadanos de allá. No es nuestro caso, ni el de nuestros políticos sin responsabilidad de gobierno: podemos llamar a las cosas por su nombre y un dictador es un dictador, sea de derechas o de izquierdas y me inquieta que en España haya quien admire regímenes con partidos únicos, medios de información exclusivos controlados por el poder, presos políticos… ¿Alguno quiere eso para nuestro país? Espero que no.
Por cierto, hablando de democracia, me parece una gran noticia que nuestro Parlamento esté sacando adelante proyectos con el voto en contra del partido del gobierno, es lo más parecido a mi añorada separación de poderes entre el legislativo y el ejecutivo, además es muy positivo que el PP esté llegando a acuerdos con el PSOE incluso contra su propio programa en pos de la gobernabilidad ya que la política debe ser también ceder a veces. Por otra parte demuestra el enorme error que cometió Pedro Sánchez con su insistencia en no abstenerse tras el #26J, si lo hubiera hecho ahora sería el líder de la oposición con mayor poder de la historia de nuestra democracia, en lugar de eso estuvo a punto de provocar unas terceras elecciones que hubieran hecho más complicado el control al gobierno y ha dividido a su partido que sigue descabezado y con una fuerte crisis de identidad. Otra noticia de esta misma semana que ha resultado positiva aunque no se le ha dado mucho bombo es la aprobación de las primeras medidas para aliviar la carga de la deuda de Grecia con el resto de sus socios, aprobadas tras el “cumplimiento” que está realizando el gobierno de Syriza de las exigencias del €grupo por el que se alarga el plazo medio de amortización de 28 a 32,5 años, se eliminan penalizaciones de rescates anteriores y el préstamo pasa de variable a fijo. No será suficiente para que el endeudamiento griego pueda ser “sostenible” pero es un comienzo.
En cuanto a los mercados esta semana, pánico alcista: la máquina para maquillar el cierre de final de año echa humo, se hincha un poco más la burbuja de Wall Street mientras en la Eurozona negamos los problemas de confianza en el proyecto común. Poco importa la crisis política –y bancaria- italiana tras la clara derrota de Renzi. Mientras no se convoquen elecciones allí, se gana tiempo y aunque pronto las haya en Francia, se confía en que la segunda vuelta deje fuera a Le Pen y ya está. Los europeos descontentos con el € no dejan de crecer e ignorarlos es gasolina para un mayor desencanto popular pero se mira hacia otro lado. Tampoco se tiene en cuenta que 2017 será peor que 2016 según el consenso, lo que más interesa es la foto fija del final de este ejercicio. Nunca hay que olvidar el factor estacionalidad y ahora mismo la tendencia es claramente al alza. En teoría este efecto se prolonga hasta los primeros días de enero, veremos qué pasa después pero toda esta euforia artificial, en la que por supuesto también ha participado una vez más BCE, se acabará pagando. Como imagen, aquí podemos ver que es estadísticamente raro que los EUA lleven tanto tiempo sin entrar en recesión…
Links.-
- ACF: Estrategia 2017. La esperanza reflacionista se abre paso entre el populismo y el cambio de ciclo monetario
- ¿Cómo podemos mejorar el sistema fiscal español?
- Prevenir la próxima crisis de la eurozona desde ahora by Jean Pisani-Ferry
- ¿Hemos dejado atrás nuestro futuro económico? by Joel Mokyr
- Adiós a Occidente by Joschka Fischer
- ¿Estimulará realmente el Plan de Trump la demanda en E.E.U.U.? by Martin Feldstein
- ¿Resistirá el dólar a Trump? by Benjamin J. Cohen
- El problema Trump en América Latina by Andrés Velasco
- ¿Cómo ve China a Trump? by Keyu Jin
- Situación Cantabria 2016 – BBVA Research