Creo que comenté ya por aquí una vez que yo dejé de creer en la mayoría de las conspiraciones cuando Bush invadió Iraq y no encontró las armas químicas. Reflexioné que si realmente fueran tan manipuladores como algunos creen, hubieran “aparecido”, no parecía algo tan complicado para los servicios secretos haber realizado todo el montaje. Desde luego mucho menos trabajo que auto-derribar las Torres Gemelas (algo que aún hoy muchos creen). Supongo que todos estaréis hasta el gorro ya del tema Trump por lo que sólo voy a hacer unas reflexiones de algunos puntos que creo no se han tratado demasiado estos días pero que considero importantes y una de ellas es que de nuevo otra conspiración famosa no resulta real como la que dice que Wall Street y los grandes lobbies mediáticos mandan tantísimo. Hillary tenía muchas más donaciones, mucho más apoyo de famosos y era la candidata preferida por las mayores multinacionales, especialmente las tecnológicas (con su enorme poder para resaltar unas noticias y ocultar otras por ejemplo) y sin embargo, perdió. Y no por poco: el congreso, el senado y el presidente son del mismo partido –el republicano- por primera vez desde 1928. Como pasó con el referéndum del Bréxit, los grandes poderes económicos perdieron y tendrán mucho poder, nadie lo duda, pero no superan al del voto de la gente. Y eso es, además de una excelente noticia, la constatación de que el “sistema” no es tan anti-democrático como algunos preconizan.
Otro factor que conviene resaltar es que hasta ahora muchos simplificaban el éxito de muchos movimientos radicales al tema económico. Parecía lógico que tras el desastre del Pasok y Nueva Democracia, los griegos intentaran algo distinto (aunque luego no lo haya sido), o que Italia, país que tiene el mismo PIB que tenía al comienzo de este siglo, pruebe con la “transversalidad” del Movimiento 5 estrellas o que en España, con nuestra altísima tasa de paro y los dos principales partidos con tantos casos de corrupción, surgieran nuevos movimientos como Podemos, las confluencias o incluso Ciudadanos, y en Portugal y en Francia etc.. Hasta podemos caer en la tentación de resumirlo todo en que se reacciona a los corsés del Euro, a Merkel, a los recortes etc. Y sin embargo, en los Estados Unidos no ha pasado nada de esto, es una nación con una tasa de paro del 4.9%, con Wall Street en máximos históricos, los precios inmobiliarios en alza y la economía creciendo (se pueden hacer muchas críticas a Obama pero lo cierto es que su gestión es ampliamente aprobada por todas las encuestas), y han preferido el riesgo. Y lo han preferido contra una legión de expertos advirtiendo contra ello. Y claramente no es un voto contra los recortes, ni contra Merkel, ni contra el euro, es contra algo más que se debe analizar muy cuidadosamente porque es evidente es un fenómeno global: un hastío de mucha gente con lo que hay.
Y podemos, yo lo hago, criticar la inconsciencia del que no valora todo lo bueno que existe en la actualidad –que es mucho incluso a pesar de la crisis- y prefiere probar algo que sólo en apariencia es diferente (ya que ya se ha hecho en otros momentos de la Historia con malos resultados) como si no pudieran empeorar mucho las cosas muy rápidamente pero no debemos caer en la tentación de echar la culpa a los votantes. Yo no sé por qué han preferido a Trump (la semana pasada ya apunté que la gente está cansada de lo políticamente correcto y esto puede ser un factor que ha jugado a su favor) y seguro hay muchísimas razones pero, al igual que no todos los votantes del PP son corruptos, tampoco todos los que han apoyado a Trump son xenófobos y misóginos. Hay mucho que analizar sobre el desencanto que vive una sociedad aparente próspera (especialmente en comparación a la media mundial) como la norteamericana como para que tantos hayan preferido arriesgarse pero es tan respetable ese deseo como si hubiera ganado Hillary. Para acabar, la victoria de Trump deja claramente en desventaja a la UE: él va a ir a la suya, como hace Japón, como hace China, como quiere hacer Reino Unido etc. y nosotros somos incapaces de tener una voz propia ni en lo geopolítico ni en lo económico. Otro tema del que tendremos que volver a hablar con más extensión.
Y aunque opacado con el resultado electoral USA, no quiero dejar de mencionar la valiente medida tomada por el primer ministro indio Narendra Modi retirando –de la noche a la mañana- de la circulación todos los billetes de 500 y 1.000 rupias –unos 7 y 14€- aunque podrán depositarlos en cuentas de ahorro de bancos y oficinas postales antes del fin de año o cambiarlos por nuevos billetes de 500 y 2.000 rupias. Cualquiera que realice depósitos grandes en efectivo en las próximas semanas será, lógicamente, blanco de las autoridades fiscales indias. Los bancos aplaudieron la medida –en el fondo salen muy beneficiados por aumentar su capital con efectivo que no controlaban- al considerarla la decisión más fuerte en la historia contra el dinero negro y se comprometieron a reabastecer rápidamente sus reservas de efectivo con los billetes recién impresos. Modi dijo que las autoridades habían descubierto en los últimos dos años y medio 1,25 billones de rupias (unos 15 mil millones de €) en efectivo ilegal. También se valora positivamente como lucha contra la falsificación. Por desgracia, habiendo tantos euros en circulación por el mundo, no parece que podamos exportar algo así a nuestro sistema económico pero sienta un buen precedente para tomar medidas radicales, efectivas y novedosas.
Al contrario que con el Bréxit, que estoy convencido es malo para nosotros pero podría ser hasta positivo para Reino Unido si lo negocian bien, mi opinión es que la elección de Trump es una pésima noticia tanto para los norteamericanos como para el mundo. Y tanto para el hombre de a pie como para el inversor bursátil (que a veces, no lo olvidemos, son el mismo) pero no empezando su presidencia hasta el 20 de enero y moviéndose los mercados al ritmo del muy corto plazo, es normal que los miedos no tengan por qué pesar ya mismo y se tengan más en cuenta otros factores como una posible no subida de tipos de la FED en diciembre. Por eso el viernes pasado comenté que si había desplome sería una buena ocasión de compra, lo que no me podía imaginar es que la esperada vuelta de los mercados se realizara en unas horas el mismo lunes y con tanta energía. Es otra prueba más de la excesiva complacencia y la exuberancia irracional de las bolsas, especialmente de Wall Street, últimamente. Por más que esta semana cierre en positivo y todo sean parabienes cara al fin de año (época ya de por sí estacionalmente alcista), la victoria de Trump, a mi juicio, no hace más que confirmar mi muy pesimista escenario para 2017, ya comentado varias veces aquí. Como imagen unos datos que nos dan una idea muy clara tanto de la altísima abstención como de la división del país (de hecho en votos ganó Clinton) a pesar de que por los colegios electorales y el conteo federal la victoria republicana y de Trump parezca tan grande
Links.
- Artículos recomendados de la semana
- Situación España. Cuarto trimestre 2016 – BBVA Research
- Populismo para ricos by Ian Buruma
- El gran peligro del límite inferior by Kenneth Rogoff
- Los países en desarrollo, cuna de innovaciones sanitarias by Mohammod Jobayer Chisti
- Triangular el Brexit by Daniel Gros
- ¿Cuánta Europa necesitan los europeos? by Joschka Fischer
- Los bancos centrales y la venganza de la política by Otmar Issing
- ¿Realmente queremos más control fiscal?
- CaixaBank Research: informe mensual noviembre