Esto es lo que han respondido los bancos a la pregunta de si gracias a la QE de BCE han prestado más:
Y esto a la pregunta de si gracias a la QE de BCE van a prestar más:
Por si no fuera poco motivo para dudar de la efectividad de la política ultra-expansiva de BCE el pobre comportamiento económico de la Eurozona y el fracaso en el intento por aumentar la inflación, resulta que tampoco está reactivando el crédito. Pero claro, como no podemos saber qué hubiera pasado sin todas esas medidas, sus defensores –que son mayoría en el mundo económico- dicen que son un éxito porque argumentan que sin ellas estaríamos mucho peor. Y quién sabe si tienen o no razón porque no hay con qué comparar ya que no hay dos situaciones iguales y todos los países son diferentes. Lo que puede ser útil en los EUA puede fracasar en Japón, lo que fue un fracaso en Grecia fue un éxito en Irlanda… cada día tengo más claro que hay que ser más prácticos que ideológicos porque no hay una sola política que valga para todos. Quizás por eso es tan difícil que la Eurozona tenga éxito conjunto a largo plazo.
El caso es que BCE quiere marcar las expectativas de largo plazo con actuaciones en el corto plazo. Su intención está clara: si todo el enorme ahorro piensa que los tipos ultrabajos e incluso negativos van a durar mucho tiempo, al final asumirán el riesgo de invertir y con ello crear empleo. El problema a mi juicio es que esa misma expectativa de largo plazo está hundiendo el consumo ya que la sensación de crisis no se va de la población y no crece el gasto en bienes duraderos (los que de verdad importan) como para justificar que se invierta más. Si además los precios no suben ni se espera que lo hagan, no tiene sentido acumular stock de productos con lo que no aumenta la producción.
De este modo, es más fácil para el ahorro elegir la inversión en bolsa, por ejemplo, que el emprendimiento. Y para los bancos es mejor el mercado de deuda, por muy poca rentabilidad que ofrezca, que el crédito ya que los programas de BCE les proporcionan un beneficio casi seguro con menos riesgo, incluso en tipos negativos ya que compran barato y venden más caro. Y las grandes empresas, como ya hemos visto en los EUA, prefieren comprar sus propias acciones que aumentar tamaño y crear empleo y en concreto las españolas cada vez miran más al exterior, donde parece que puede haber más crecimiento económico y mayor consumo. Si además a todo esto añadimos la inestabilidad política española y los problemas de la banca, todo suma para que, aunque pudiera mejorar la bolsa, la economía pierda ritmo. Que lo recupere puede depender mucho del contexto internacional de nuestros vecinos de la Eurozona (el 67% de nuestras exportaciones se quedan en nuestro continente) y estoy seguro que algo tiene que influir positivamente todo lo que hace BCE.
Por desgracia, creo que los efectos del BCE son positivos pero a corto plazo –no porque sus resultados sean espectaculares sino porque su inacción nos llevaría a un crash debido sobre todo a la artificialidad de esta “unión”- pero son los cimientos de una gran crisis en el medio plazo. Difícil saber qué es mejor, si una fuerte caída rápida o una recuperación falsa que nos hará caer más y desde más arriba. Personalmente, soy más de lo primero, llevo desde 2008 defendiendo que debían caer los bancos y empresas ineficientes, sufrir mucho menos tiempo y hacer limpieza rápido y no retrasar lo inevitable y vistos los resultados en España creo que tuve razón pero el coste político –que por ejemplo sí asumió Alemania en 2009 cuando su PIB cayó más que el español- retrasa las decisiones más complicadas. Quizás por eso la mayoría de los gestores políticos son cortoplacistas. En cualquier caso, el mayor problema de España a día de hoy es que a día de hoy las cuentas no salen. De eso hablaremos otro lunes.